CAPÍTULO 17. REVELACIONES.

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Luego de que Kiara saliera a la oficina de Donatello y escuchar a Genevieve aclarar las dudas, su cuerpo tembló y salió de ahí en busca de Álvaro.
—¿Que te pasa hermosa? Estás temblando ¿Que te hicieron, o más bien que te hizo Donatello?
— Ya sabe que no soy la esposa de Rómulo ya sabe que soy su hija adoptiva.
—¿Y cuál es el problema? No le veo lo malo así podrán arreglar sus diferencias.
— No Álvaro, está ella,  Genevieve y espera un hijo suyo.
— Este es otro tema, aquí el tema es que ustedes se aman y desde hace mucho tiempo, dale una oportunidad al hombre.
Abrazados ella muy aferrada a él sintiendo los nervios a flor de piel, Álvaro levantó su mentón quedando muy cerca de su rostro, sus alientos se mezclaban y sus narices casi se rozaban por un momento se perdieron en sus miradas.
Y justo en ese momento, eran observados por la mirada gélida de Donatello, que apretaba tan fuerte su mentón al punto de doler y sus puños apretarse tanto que se tornaron blancos los nudillos de sus dedos.
—Sacame de aquí Álvaro, por favor. Suplicó Kiara
—Está bien, vamos pero recuerda no toda la vida estarás huyendo de ese hombre, tienes que enfrentarlo.
Salieron del edificio y fueron a un café para tratar de tranquilizarla.
— Perdóname Álvaro,
— ¿Perdon por qué? Hermosa.
— Por siempre estar sacando te de tu trabajo.
— Es mi jefa la que me da permiso de salir para atender mis asuntos personales. — Expresó con una sonrrisa, y Kiara sonrío.
— Te hice reir, y eso es bueno, no quiero verte deprimida nuevamente mi hermosa, me parte el corazón cuando te veo en tus días de depresión.
— No más de esa Kiara, Álvaro, tengo que ser fuerte y enfrentar las consecuencias de mis errores, no puedo arrastrar a mi padre y mi hijo a mis desastres, y a ti también.
— Hey, conmigo puedes contar siempre, a mi si me puedes arrastrar a tu desastre, yo encantado.
Rieron terminaron su café y salieron de ahí para ir a contarle a su padre. No contaba con encontrar a su hijo en una revelación tan dolorosa para todos.
Llegaron y vio el auto de Donatello estacionado y vio también el auto de su hijo que es del aeropuerto, y su cuerpo se tendió sin más. Álvaro al verla tomó su mano para que sintiera que él estaría con ella.
— Estoy contigo hermosa, siempre te puedes apoyar en mi.
— Gracias mi amigo, eres como el hermano que nunca tuve.
— Lo sé hermosa, lo sé y créeme que me siento muy honrado de serlo, siempre estaré para ti, como lo que tú quieras.. un hermano, un amigo, un escapista.
Volvieron a reír, salieron del auto y se dirigieron a la entrada camino a paso lento y escucho la discusión entre Donatello y Salvatore, fue como un golpe al estómago que la dejo en shock, cuando escuchó la revelación de su hijo, le dolía el corazón saber que su hijo sabía esa verdad tan dolorosa que tanto le ocultó.

Parada en la puerta de la oficina de su padre, sintiendo su mundo desvanecerse bajo sus pies y siendo arrastrada por la oscuridad.
Kiara cae al suelo desmayada y Álvaro corre al mismo tiempo que Donatello su padre y su hijo para tomarla en brazos. Y es Álvaro quien logra agarrarla primero.
— ¡Hermosa! ¿Bonita que tienes? Por favor reacciona.
— Madre, por favor ¿Que tienes? Despierta.
—Tenemos que llevarla al médico. — Expresó muy temeroso de lo que pudiera tener su hija, Rómulo ordenó llevarla al hospital.
Álvaro cargo a Kiara en brazos y la llevó al auto salieron de tan de prisa.

Ya en el hospital..
El médico revisó y ordenó realizar exámenes para saber su estado de salud,  media hora ya están los resultados en manos del galeno.
— Bien señores, físicamente todo está bien, tiene que descansar, la dejaré en observación por veinticuatro horas.
— Yo me quedaré con ella señor Rómulo, si no tiene inconvenientes.
Dijo Donatello mirando a Álvaro.
— Yo me quedaré abuelo, yo he cuidado a mi madre, y ahora no será la excepción.
— Hijo, has tenido un viaje muy largo necesitas descansar, deja que Donatello se quede cuidando a tu madre esta noche.
— Esta bien abuelo, Álvaro mañana vendremos por nuestra hermosa.
— Así es Salvatore, mañana vendremos por ella a llevarla a casa.
Respondió sin quitar la mirada de Donatello.
Salieron de la habitación luego de despedirse de su abuelo y dándole una mirada fría y despectiva a su padre.
— Hijo, sabes que..—Donatello trató de hablar con su hijo, pero este no se lo permitió.
— Salvatore, por favor.— Respondió con voz gélida. — Recordó Salvatore
Donatello sintió su corazón doler por el rechazo de su hijo, y recurrió al juego que el inició.
— Dereck, ¿podemos hablar?
Salvatore se detuvo en seco, al escuchar a su padre jugar su juego. Se gira y lo mira fijamente.
— Ya sabes mi nombre.— Dijo Salvatore de forma gélida
— Pues tengo que hablar con mi amigo Dereck ¿Podemos?
— Sabes que ya no será igual. —  Debatió Salvatore.
—¿Podemos? — Insistió Donatello
— Cuando mi madre este fuera de este hospital.
Salió sin decir una palabra más.
Donatello regresó a la habitación donde estaba Rómulo.
— Hija mía hasta cuándo tanto sufrimiento, daría lo que tengo por verte feliz, que tú sonrisa sea genuina y verdadera, que llegue a tus ojos y los ilumine con ese brillo que quizás tuviste alguna vez, ya no quiero verte sufrir mas. — En un susurro Kiara pronunció palabras que dejaron a Donatello congelado en su sitio
— Padre, ya no puedo más, oculté esa verdad de mi hijo, pensando que le hacía bien, protegiéndolo, me equivoqué nuevamente y no quiero estar para cuando sepa cómo fue concebido, prefiero morir a vivir el reproche de mi hijo. — Sus lágrimas rodaban por sus mejillas, a Donatello le dolía ver y saber el sufrimiento de la mujer que amaba, se acercó a ellos.
— Kiara, mi amor, mi vida, yo estaré contigo, no me alejaré de ti jamás y tú no escaparás de mi nuevamente, por qué siempre estaré en busca de tu amor, en busca de mi amor, que eres tú.
Kiara no creía lo que escuchaba y a Donatello no le importó hacerle su declaración de amor delante de su padre.
— Espero no hagas sufrir más a mi hija, ya ha tenido suficiente todos estos años. — Hablo Rómulo mirando a Donatello, luego miró a Kiara y siguió.
—  Hija mía yo sé que no debo meterme, pero date una oportunidad de ser feliz, dale una oportunidad a esta relación que tiene años viviendo en agonía, y ahí ven si la rescatan o la terminan, pero que sea algo que resulte de todo este sufrimiento.
— Señor Rómulo, pondré todo de mí para que nuestro amor florezca y prometo, te prometo Kiara, aquí delante de tu padre que nunca te fallaré y te juro que desde que mis sentimientos se aclararon nunca hubo otra mujer ni la habrá porque siempre fuiste tú.
— Donatello, Genevieve Koslov existe en tu vida me dejó muy claro que tú serás su esposo porque espera un hijo tuyo.
Donatello cayó sus palabras con un suave roce de labio, Rómulo sintió estar de más .
— Bueno mis hijos y te digo mi hijo Donatello porque si estás con mi hija, te consideraré mi hijo los dejo, cuida mucho a mi hija es mi tesoro más preciado, y no te preocupes que hablaré con mi nieto Salvatore es un buen chico solo está resentido con la vida sin su padre.

— Gracias Don Rómulo, se lo voy a agradecer toda la vida, el que haya cuidado a mi mujer y a mi hijo, que  les haya dado lo que yo nunca le di, protección y cariño.
— Hice lo que todo padre hace por sus hijos.

Rómulo sonrió y apretó sus mano, salió del hospital, y fue directo a la mansión De La Rosa, ya estaba su nieto Salvatore sentado en el jardín, bajo la luz de la luna con sus pensamientos muy lejanos.

«Sirena, mi sirena algún día te encontraré y serás mi mujer no habrá otra más que tú voy a esperar a que crezcas y entonces te encontraré »

No sintió que su abuelo se acercaba, hasta que se sentó a su lado.

— Abuelo, no te sentí llegar.
— Hijo, nieto mío ¿podemos hablar de hombre a hombre? es una conversa que tenemos pendiente desde hace mucho tiempo, ahora ya eres grande y puedes comprender las razones y las circunstancias de la vida.

— Abuelo no quiero hablar de Donatello Rinaldi.

— Quieras o no me vas a escuchar Donatello Rinaldi es tu padre, y tienes derecho a saber su versión tienes que escucharlo, no todo lo que sabes es así las cosas no son como las entendiendo, estás estudiando derecho y sabes que hay que escuchar ambas partes y de ahí generar un juicio pasa dar una sentencia justa.

— Abuelo, ¿que no ves a mi madre? Cómo ha sufrido todos estos años por la culpa de ese señor, de esa familia, la han humillado abuelo

— Lo sé, lo sé, no creas que no me doy cuenta del sufrimiento de tu madre, el sufrimiento que me causa a mí no poder ayudar a sanar su culpa.

— ¿Culpa? ¿Culpa de qué abuelo? si ella es la víctima es ella quien recibió humillación y abandono parte de los Rinaldi.

— Solo escucha hijo, escucha a tu padre, y escucha a tu madre, y no la juzgues, no juzgues a nadie, tu madre te ama, y lo ha hecho todo por protegerte.

— ¿Qué sabes tu abuelo? Dímelo tú, dime cuál es esa verdad que atormenta a mi madre.

Rómulo sentía un nudo en su garganta, no podía confesar una verdad que no le pertenecía, le pertenecía a Kiara y a donatello enfrentar esa verdad más dura que la que ya sabía Salvatore.

La Novia Fugitiva Del CEO. ( Libro # 2 De La Saga, Cielos Eternos)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora