"¿Nos volveremos a ver?" Preguntó Miguel Ángel, esperanzado de que su respuesta fuera si.
"Cada que quieras verme, ve a la pista" Le respondió.
Eso motivó a Miguel Ángel, quería verla hasta que pudiera descubrir cada pequeño detalle de ella.
Dos...
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Miguel Ángel observa asombrado como habían cambiado las alcantarillas para hacer patinaje allí, incluso tenían rampas y algunas tuberías para hacer trucos. Mondo no mentía cuando le dijo que aquel lugar había cambiado y que ahora sí tenía estilo.
Realmente lo tiene, piensa Mikey con asombro. Notando algunas luces neón que quien sabe de dónde salieron y un par de graffitis que le daban un toque super callejero, o bueno, más del que ya tenía, porque estamos hablando de una alcantarilla. Había pintura neón que brillaba con las luces y muchos stickers pegados por todas partes.
Miguel Ángel realmente estaba sorprendido, le encantaba ese nuevo toque, así que sin esperar mucho y observando que Mondo lo estaba esperando, se sube a su patineta y comienza a deslizarse entre las tuberías.
-¡Booyakasha! - Grita riendo.
Esto era lo que había estado necesitando desde hace ya bastante tiempo. Y es que los Dragones púrpura han estado robando con más intensidad buscando ganar más terreno en las calles. Sin mencionar al Clan del Pie que ha estado muy sospechoso, lo que los mantiene realmente ocupados por las noches.
-¡Te dije que esto es genial! - Le dice Mondo con alegría.
Mikey no podía creer lo increíble que se sentía poder volver a eso, ya hace bastante tiempo que había dejado de salir por las noches en su skate porque Leonardo le decía que debía tomarse las cosas con seriedad.
Pero, vamos, tienen apenas diecisiete años, Miguel Ángel quiere disfrutar de esto por ahora. Ser un adolescente sin tener que preocuparse por tener que salvar la ciudad.
En el fondo, solo sigue siendo un chico que necesita de esas salidas para sentirse bien.
Mondo le ayuda a impulsarse, haciendo que cuelgue de una tubería, baja con su nunchaku, haciendo una voltereta y frenando en seco. Riendo con bastante alegría.
No es que odiara salvar la ciudad, piensa para si mismo, pero no quería dejar lo que le gustaba por tener que hacerlo.
-Los martes por la noche usualmente está vacío, deberías venir los viernes, a veces viene Cara de pez, aunque tenemos un acuerdo de paz o algo así... - Dice Mondo recordando la primera vez que patinaron contra él, ahora tenían un tratado especial en el que él también iba para pasar el rato. Se sienta a su lado, dándole una lata de bebida mientras observan el lugar. -¡Ah, cierto! Si vienes mas seguido, puedes poner tu marca aquí, tu Tag. - Mondo con su cabeza le indica la pared, una detrás de ellos, totalmente rayada con varios nombres y etiquetas.
-¡¿De verdad puedo?! - Mondo asiente. -Viejo eso sería increíble. -
Toca con la palma de su mano la pared. Oh, debería buscar desde ya un nombre, aunque siendo él, sería fácil, siempre ha sido bueno para dar nombres.
-Mmm... Ya es tarde... - Murmura Mondo con fastidio. -Debo irme, me deben estar esperando. -
-¿Nos veremos aquí de nuevo? - Pregunta Miguel Ángel.
