Capítulo III

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Miraste la patineta algo alejada de ti luego de haber estado jugando con ella deslizándola en el suelo hasta que se fue

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Miraste la patineta algo alejada de ti luego de haber estado jugando con ella deslizándola en el suelo hasta que se fue.

No te interesó en ir a buscarla. Solo la miraste alejada de ti, tirándote al piso completamente mientras pensabas y analizabas lo estúpida que fuiste al haber aceptado la carrera con Cara de pez.

Frustrada suspiraste.

¿Por qué tuviste que aceptar luego de que te dijera que eras una cobarde?

Sabías que a veces tomaba decisiones probablemente precipitadas. Pero no eras una estúpida que tomaba decisiones estúpidas como si no pudiera morir en el intento.

Tu unico consuelo, era saber que a todos les alegraría la vida si le ganabas. Porque nadie se atrevía a pelear contra Cara de pez luego de volver a ese lugar y querer tomarlo a la fuerza.

Era mucha presión sobre ti.

—¿Ya te estás rindiendo? – Una sonrisa iluminó tu rostro al oír aquella voz.

Te levantaste con rapidez, observando a Miguel Ángel allí. Justo como le dijiste el día anterior.

—¡Mikey! – Saludaste. —¡Pensé que no vendrías! –

Él te miró ofendido.

—¿Por qué no lo haría? – Su mano tomó la tuya con delicadeza, Miguel Ángel no solía ser un tipo que ocultaba lo que sentía, así que probablemente deberías aprender a acostumbrarte a sus muestras de cariño y a su sinceridad. —Queria verte. – Te dijo mientras su pulgar se deslizaba suavemente por el dorso de tu mano.

Esa sinceridad te hizo sonrojar. Haciendo que tus orejas algo apenada bajaran un poco. Incluso intentaste ocultar tus ojos, que sabías que a veces se dilataban y que con gran facilidad te delataban.

No sabes porque, pero te hace sentir como un pequeño remolino en tu interior.

—Así que... ¿Qué hacias? – Habló Miguel Ángel.

—En dos semanas será la competencia. – Hablaste sentandote en la orilla de la rampa.

Allí empezaría el circuito y ya tenías problemas para arrancar.

Probablemente eran los nervios que te jugaban en contra.

Pero si eso ocurría al momento de empezar en la competencia, definitivamente perderias. Y no podías darte el lujo de perder.

—¡Genial! Ya he pensado en nombre. – Lo miraste divertida. —"GatoSkater" "FelinSkate" – Comenzó a nombrar.

Lo miraste con una mueca divertida.

—¿De verdad? –

—¡Oh, vamos! ¡Son geniales! Solo confía. Soy el mejor. –

—¡Okey! Tendré que seguir confiando. –

Dos Mutantes -Mikey2012 Y Tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora