Capítulo XII

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Te dejaste caer al suelo mientras esperabas a Miguel Ángel en aquella alcantarilla que usaban para patinar

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Te dejaste caer al suelo mientras esperabas a Miguel Ángel en aquella alcantarilla que usaban para patinar. Suspiraste mientras resfregabaa tus ojos algunos cansada y bastante frustrada por lo que Mondo te había contado el día anterior.

Estaba claro que salir comenzaba a ser un peligro. Lo supiste ese día cuando saliste con Mikey y lo viste a lo lejos.

Los estaban cazando una vez más.

Te hubiera gustado haber podido ignorar el hecho de que significaba que tendrías que volver a irte. Pero saber que había alguien afuera, que te quería muerta, no podías simplemente hacer como si nada.

No siempre viviste en el mismo antiguo edificio en qué ahora vivías junto a tus hermanos.

Por unos meses te la pasabas viviendo de casa en casa, de puente en puente o como sea solo para mantenerte alejada de alguien que desearías poder olvidar.

Claro que eso solo lo despistaba de tu ubicación y así evitabas que te encontrara.

Y pensaste que viviendo allí donde ahora estabas por fin dejarías de vivir así y tendrías algo más estable, habías encontrado a Froggy en la basura y Theo se auto adoptó. Y realmente creíste que tendrías una familia una vez más.

Pero tal vez, y solo tal vez, podría estar equivocada.

La verdad es que no querías volver a huir. No querías abandonar todo lo que has construido.

Pero él estaba más cerca y ya no sabías que hacer.

"—Tengo malas noticias–"

Mondo estaba asustado, la vida que le prometiste parecía desmoronarse poco a poco.

"—¿Qué pasó? –"

"—Se llevó a uno... –"

Era claro que te buscaba.

Y esa era su advertencia.

Una parte de ti quería huir, pero había otra que te decía que no.

Y tenías miedo.

Mucho miedo.

—¡Hola, linda! – Con una gran sonrisa Miguel Ángel apareció desde uno de los tantos túneles de aquella alcantarilla, patinando a mucha velocidad mientras te saludaba. —¡Me alegra verte de nuevo! – Gritaba.

Suspiraste, no querías ignorar lo que estaba sucediendo.

No querías tampoco meterlo en tus problemas, no querías verlo herido y que volviera a poner en riesgo su vida.

—Mikey... – Reíste divertida al verlo saltar de la patineta. Corrió hacia ti y te abrazó con fuerza. Aunque apenas pudiste corresponder su abrazo.

—¡Adivina! – Miguel Ángel sonrió mientras tomaba tus manos.

—¿Qué cosa? – Apenas podías sonreír, Miguel Ángel notó eso, no era la preciosa sonrisa llena de vida que él amaba ver y admirar. Era una mirada triste con una sonrisa fingida.

Dos Mutantes -Mikey2012 Y Tu-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora