Capítulo 7: Sentimientos similares

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En esos momentos todas las personas que se encontraban en la mansión se encontraban tensas, nerviosas y algo angustiadas... y no era para menos ya que hace una hora se habían empezado a escuchar gritos y lamentos en la sala de juntas de la mansión, lugar donde se encontraba Nono con sus guardianes y Reborn, acompañados por dos agentes de CEDEF que habían traído a una persona; pero nadie se atrevía a acercarse al lugar ya que se les había dado la orden de que nadie interrumpiera.

Por su parte Tsuna y Kyoya igual habían quedado fuera del interrogatorio y estaban esperando en la oficina de Nono.

- Creo... que están exagerando – opino algo nervioso Tsuna mientras se volvía a escuchar un fuerte estruendo.

- Está recibiendo su merecido – opino aburrido Hibari mientras se acomodaba en el sofá para tomar una siesta.

Ante ese comentario Tsuna dejo escapar un suspiro con pesadez mientras se recostaba en la silla donde estaba, notando que su acompañante ya estaba dormido por lo cual desvió su atención hacia cierto libro que había encontrado en el suelo...

Después de haber limpiado y arreglado el jardín se dio el anuncio de que Verde ya se encontraba en la mansión, dejando ver la sed de sangre de casi todos los presentes los cuales ya están de camino a hacerle un amigable interrogatorio al científico, pero en eso Reborn detuvo a Hibari y le ordeno que Tsuna y él debían esperar en la oficina, algo que a regañadientes acepto el guardián de la nube pero con la insistencia del joven capo logro aceptar no participar en ese interrogatorio por lo cual ambos fueron rumbo a la oficina a esperar. En su andar Tsuna noto que había un libro de color gris de cuero tirado en medio del pasillo, el cual llamo su atención así que lo recogió y guardo entre sus ropas para luego leerlo.

En ese momento volvió a poner su vista en su acompañante el cual dormía pacíficamente con Hibird acurrucado en su cabello... en verdad que esa era una visión extraña: mirarse a sí mismo dormir, por lo cual prefirió centrar su mirada en el libro.

Al abrirlo noto la perfecta caligrafía que contenía e igual notaba que este estaba escrito en italiano, al empezar a ojear noto que este poseía muchas narrativas de casos o conflictos con algunas personas que infringían la ley de aquel entonces, por lo cual pensó que se trataba de algún libro antiguo de novelas policiacas pero esa idea fue descartada rápidamente cuando noto que habían pequeñas anotaciones personales... y entonces en una página narraba sobre la invitación que había recibido para pertenecer a un pequeño grupo de vigilantes, los cuales trataban de derrocar a aquellos nobles que abusaban de sus poderes así como igual a aquellas personas que hacían el mal o buscaban enriquecerse a cuenta de otros... ante esa información sus ojos se abrieron sorpresivamente haciéndole cerrar de golpe el libro... el cual volvió a mirar... no era un libro: era el diario del primer guardián de la nube de Vongola, ante eso por inercia miro a ver a Hibari el cual seguía cómodamente dormido en el sofá, entonces una nueva pregunta surgió en su cabeza: ¿cómo había llegado ese diario al pasillo? e igual su hyper intuición le decía que había algo más, pero no sabía el que... por lo cual y dejando escapar un suspiro volvió a abrir el libro y reviso las últimas páginas de este.

"Lunes, 23 de febrero...

A veces no se en que está pensando, la verdad me es difícil tratar de adivinar sus pensamientos ya que es demasiado caprichoso, muchas veces me e preguntado cómo es que termine accediendo a formar parte de su grupo de herbívoros... pero creo que esa respuesta la obtengo cada que miro a ver ese extraño anillo que nos dio ese viejo a todos... realmente a veces Giotto puede comportarse como un herbívoro al cual solo me dan ganas de encarcelo por ser fastidioso, mimado y desquiciante pero luego me recuerda por que le sigo, ya que cuando se trata de defender sus creencias o protegernos a nosotros se convierte en un carnívoro al cual nadie puede ganarle...

En tus zapatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora