Capítulo 17: Celos

94 12 0
                                    


Alaude y Tsuna seguían trabajando buscando desaparecer esas montañas de papeleo que parecían infinitas mientras que cierto rubio platinado se juraba que buscaría hacer la forma para que Giotto ya no se escapara del trabajo.

Justo cuando ya estaban por llegar a la última pila de documentos, empezaron a escuchar un fuerte estruendo seguido de algunos gritos, donde de un momento a otro el suelo que estaba debajo de sus pies tembló provocando que los documentos cayeran al suelo esparciéndose.

Por lo cual ambos se pararon para empezar a recoger y volver acomodar ese papeleo, lo cual fue relativamente rápido... claro si tomamos en cuenta que primero Tsuna tuvo que ir a detener al rubio ya que este había bajado a arrestar a todos los herbívoros hasta la muerte por ruidosos e irrumpir su trabajo.

Después de poner orden más 30 minutos: todo el papeleo había sido revisado y archivado de forma correcta.

- Al fin... creí que nunca acabaríamos – exclamo alegre Tsuna mientras se estiraba.

- Hmm... - se limitó a contestar Alaude, mientras se recostaba en el sillón y cerraba momentáneamente sus ojos, realmente estaba empezando a apreciar la razón de las constantes quejas de su cielo... ver tantas letras y estar firmando ya lo tenía cansado.

- Ahora que lo noto, Hibari-san y Giotto-san ya se tardaron – opino de forma despreocupada Tsuna.

Claro que esa fue una mala idea, ya que ante el comentario Alaude se levantó de golpe y de dos zancadas se había acercado a tomar al castaño por lo hombros.

- ¿Quien esta con Giotto? – pregunto algo enojado, asustando al interrogado.

- Am... bueno recuerda al pelinegro que estaba conmigo – comento de forma nerviosa Tsuna.

- ... - eso enojo aún más a Alaude, ya que si recordaba bien ese chico se parecía un poco a él, ante eso se había regañado mentalmente por ese descuido al notar que solo estaba uno de los adolescentes en la mansión.

Pero antes que ambos pudieran hacer o decir algo más, la puerta de la oficina se abrió de forma estrepitosa.

- ¿Alaude, cómo vas con e...? - empezó a hablar de forma alegre Giotto pero en eso se quedó en silencio al observar lo que ocurría en su oficina... ya que a su vista: Alaude sujetaba al castaño y estaban muy cerca como si estuvieran a punto de besarse... obvio que ante esa visión un aura negra empezó a rodearle mientras temblaba de ira y furia.

- ¿Que te pasa herbívoro, porque te quedaste callad...? – Kyoya quiso burlarse, el cual apareció detrás de Giotto ya que había caminado de forma tranquila al llegar a la mansión, pero igual se quedó mudo ante la escena que se desarrollaba ante sus ojos, provocando que ocultara su mirada detrás de su fleco al mismo tiempo que sacaba de entre sus ropas sus tonfas – ¡Tsunayoshi, que significa esto! – pregunto muy enojado.

- Am... etto... Hibari-san... yo... etto... nosotros... - empezó a hablar de forma nerviosa, porque ya sabía lo que estaba por ocurrirle.

- Alaude, ¿se puede saber que estaban haciendo? – pregunto Giotto, el cual debido al enojo que sentía de forma inconsciente ya había activado sus llamas.

Claro que, aunque jamás lo fuera a admitir cierto jefe de la policía se había sentido intimidado un poco... claro tomando en cuenta que sabía lo que ocurría cuando su rubio se enojaba por lo cual solo atino a soltar al castaño de su agarre, el cual por esa acción tropezó y cayó sentado al suelo.

Lo cual fue justo a tiempo ya que Giotto se había lanzado a golpear a su guardián de la nube traidora, provocando que rompieran las ventanas de la oficina y cayeran al jardín donde ambos siguieron peleando.

- Ah... noooo – grito asustado Tsuna porque eso significaría más papeleo, aunque realmente no debía importarle mucho ya que no era su papeleo, pero en eso noto que se había quedado solo con su propio guardián de la nube, el cual ahora estaba a dos pasos de distancia de su espalda.

- Herbívoro... - le llamo enojado, provocando que este brincara del susto y se girar para verlo a los ojos.

- Ah... etto... hibari-san, yo...

- ¿Que hacías con ese carnívoro? – pregunto algo enojado, aunque realmente está buscando contenerse de no golpearlo.

- Am... bueno... es que... él... me estaba preguntando... - Tsuna intentaba hablar pero al mismo tiempo que daba algunos pasos hacia atrás ya que se sentía intimidado por su guardián.

- ¿Qué?

- Pues... sobre ti...

- Ah si... - hablo de forma calmada mientras seguía avanzando de forma lenta hacia su herbívoro, notando que ahora se había acorralado ya que su espalda había topado con la pared y él estaba a un paso de distancia suya.

- Hiba... - intento hablar el castaño, pero en eso noto que el pelinegro clavaba una de sus tonfas en la pared y apoyaba la otra mano en la pared, impidiendo que lograra moverse, lo que hizo que cerrara sus ojos mientras temblaba.

- Tsunayoshi – le llamo con calma – mírame – le ordeno.

- ... - ante eso y aun con algo de miedo, Tsuna obedeció ahora notando que sus rostros estaban muy cerca, por lo cual un ligero rubor coloreo sus mejillas ya que podía sentir la respiración del contrario – Hibari-san le juro que no pasó nada de lo que...

- Eso ya lo sé – le interrumpió – tú no eres de esos herbívoros – le dijo de forma tranquila, mientras sonreía de lado.

- Eh... - dijo de forma desconcertada Tsuna – entonces, ¿porque estaba enojado?

- Porque... - empezó a decir el pelinegro y en un rápido movimiento sujeto al castaño por la cintura y lo pegaba a su cuerpo, mientras que con la mano libre lo sujetaba del mentón – porque no me gusta que toquen lo mío – declaro.

- Eh... - claro que le pobre castaño nuca llego a reaccionar a tiempo sobre los eventos que estaban ocurriendo y cuando reacciono sintió que sus labios estaban siendo capturados por los del contrario... entonces callo en cuenta que Hibari lo estaba besando, provocando que al principio se resistiera y buscara separarse, pero el pelinegro al notar las acciones del castaño lo sujeto con más fuerza y le mordió el labio inferior y de esta forma lograr profundizar el beso notando que poco a poco Tsuna dejaba de resistirse y empezaba a disfrutar del contacto.

Después de que el aire fuera necesario ambos se separaron ligeramente mientras se podía notar como jadeaban en busca de aire mientras que un hilo de saliva conectaba sus dos bocas.

- Tsunayoshi, eres mío así que no dejes que nadie más te toque o te morderé hasta la muerte – declaro Kyoya mientras sonreía de lado y pasaba su dedo índice sobre los labios del castaño.

- ... - Tsuna por su parte aún estaba tratando de asimilar lo ocurrido, ya que se sentía en un sueño por lo cual solo atino a asentir mientras sentía sus mejillas arder.

- Muy bien – comento el contrario mientras sonreía y volvía a acercarse para volver a besar al castaño.

Claro que de forma simultánea igual había un par de rubios que también estaban aclarando sus sentimientos, aunque de una forma muy diferente a los adolescentes...

En tus zapatosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora