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Pasamos un fin de semana maravilloso, pero con la vuelta a este maldito pueblo, todo vuelve. Vuelven los excesos, los celos, y de nuevo sus peleas y sus tontas excusas.

Pareciera un chico diferente cuando está conmigo a solas o sin mi. Como un demonio enfadado que se convierte en un ángel dulce cuando esta a mi lado. Y ya no sé qué más hacer. Cada día me entero de una nueva pelea, que él intenta ocultarme, y eso es lo que más me duele.

- En mi defensa te diré que yo no empecé. - Alega Noah, una vez más, con una sonrisa burlona.

- Claro, como no. Tu nunca empiezas ninguna pelea. Es que el mundo entero te tiene manía - miro el moratón de su hombro, sin encontrarle la gracia, preguntándome en que cojones piensa cuando se mete en broncas, si realmente no puede evitarlas o es él el que las busca para calmar su ira.

- Estoy bien, no duele. Solo es un rasguño. ¡Ni te imaginas cómo quedó el otro! - Se ríe acercando su torso desnudo al mio y besando mi cuello, queriendo pasar del tema.

- Mientras tú estés, no hay problema ¿No? Si le rompes algo al otro, o te lo cargas ¿da igual? - mi tono suena aún más socarrón de lo que quisiera. No se en que momento, el se pensó que esto se ha vuelto gracioso para mi. Eso también me preocupa, el estado al que deja a los otros. Puede haber una línea muy fina entre una gamberrada, una pelea y un delito.

- No te enfades, no le hice nada. El muy cobarde salió corriendo. - Su voz suena suave a mi oído. Mientras acaricia mi espalda. - estás muy fea cuando te enfadas.

- ¿Que se supone que tengo que hacer, Noah? ¿Reírte la gracia? ¿Aplaudirte? ¿Que fue esta vez? Dejame que adivine ¿Te miraron mal? ¿Se te colaron en la panadería? No, ya sé ¿te volviste a dar con el cabecero de la cama? ¿O fue un balonazo jugando al fútbol? ... ¿? Dime, ¿que excusa más vas a contar hoy?

- Solo ha sido una pelea tonta. Fumamos demasiado y ... Se nos fue de las manos.

- Ese es el problema, Noah. Siempre fumas demasiado, bebes demasiado y dios sabe que más.

El bufa, aguantando el chaparrón.

-Siempre es una tontería que se te va de las manos. Y ni siquiera sé con quién andas. Quienes son esos "amigos" tuyos que no te traen nada bueno.

- Joder... Auri, ¿Puedes dejar de tratarme como a un niño?

Separa su cuerpo del mío, apoya la espalda en el cabecero de su cama y cruza los brazos sobre su pecho. Su espresion, burlona cambia hacia una de aburrimiento, aguantando la charla. Yo sigo sentada a orcajadas sobre sus piernas, observando su actitud chulesca, sin saber dónde nos llevará esto.

- Quizá cuando dejes de portarte como uno, te trataré como a un adulto. Llevamos cuatro meses así, ¿Cuanto tiempo tendré que aguantar esto? ¿Cuando pararas? ¡Dime!Por qué no tengo ninguna intención de ir a visitarte al hospital, ni a la cárcel y mucho menos a la tumba.

- Te estás pasando ¿no?- resopla y estira el brazo cogiendo la cerveza que tiene apoyada en la mesilla y le da un trago, como si no le interesará escucharme.

- Te echaron de tu antiguo instituto, no te dejan entrar en la mitad de los bares, ¡tienes antecedentes! ¡Joder Noah! ¿Cuanto te darás cuenta de que tus actos tienen consecuencia?

-¿Y tu cuándo dejaras de ser tan dramática?

-¡Esto es el colmo! Entonces ¿Soy yo la dramática? -Mascullo. Muerdo mi labio furiosa, conteniendo las ganas de abofetearle.

- ¡Venga! No te pongas así. Lo siento ¿Vale?

- No digas que lo sientes. Volverás a hacerlo en una semana o menos.

- Y que quieres que le haga si...

- Noah, - le interrumpo. - ¿es que no eres consciente de que ya eres mayor de edad? ¿que no es tu primera vez? La próxima no irás a un correccional. Irás a la cárcel.

Cada vez me siento más impotente, más frastrada. Me rebano los sesos buscando una solución, pero parece imposible.

Resopla, cansado de oírme siempre la misma cantinela.

- Es que al menos podrías intentarlo. Siempre le echas la culpa a tus "amigos" pero no dejas de irte con ellos. - siento que estoy hablando con una pared.

- ¡Auri! Solo ha sido una pelea. Ya está. Nadie salió herido, ni nadie me va a denunciar. El también tiene antecedentes ¿Crees que es gilipollas?

- Es que ese no es el problema. No sabes controlarte, necesitas ayuda, y no la aceptas.

-¡Auri! ¡No me jodas! ¿ayuda de Quién?- su tono empieza a subir, empezando a perder los nervios. -Si lo llego a saber, no me quito la camiseta y follamos vestidos.

- ¡Eres imbécil!¡Vete. a. la. puta. mierda! ¡Claro, si no lo veo se acaba el problema !No? - Me quedo en silencio unos instantes. Sintiendo como queman las palabras en mi garganta. - No te preocupes, que no volveré a decirte nada. Haz lo que te salga de los santos cojones. ¡Se acabó Noah! -me aparto de él, recojo la camiseta que deje tirada en el suelo, quito el pestillo de la puerta, haciendo que el se ponga en pie, salgo de la habitación.

Hemos tenido demasiadas veces la misma discusión. Y a él cada vez, le resulta más fácil normalizarlo y hacerme sentir a mí como una amargada que no le entiende. Pero está vez se acabó. Se acabó de verdad. Aunque le quiera con todo mi ser, aunque me muera si le pasa algo. Pero quererle así no parece ser suficiente para él.

Con la cara empapada en lágrimas, bajo corriendo las escaleras hacia el piso de abajo, sientiendo su presencia a mis espaldas.

- ¡Auri! ¡Espera joder!- grita desde la barandilla del piso de arriba, pero yo sigo adelante sin hacerle caso.

- ¡Se acabó, Noah!¡Se acabó! - repito, queriendo que esa realidad no me duela tanto.

Pongo el pie en el último escalón cuando soy consciente de que Elí, Dani y Alex también se encuentran allí, mirándome, compadeciendose de mi.

- ¡Auri!- me llama ahora Eli, claramente preocupado.

- ¡Ahora no, Eli! ¡Ahora no!

- ¡No te metas donde no te llaman! - es lo último que oigo pronunciar a Noah antes de cerrar la puerta.

No quiero ver a nadie. Solo corro, corro sin rumbo, sin poder dejar de llorar, como si al dejar atrás esa casa, creyera que también pueda dejar atrás ese dolor.

He sido yo quien ha dicho que no, he sido yo quien ha decidido acabar con esto de una vez por todas. No cambiará, lo intenté todo, por mucho que se lo pida, no es suficiente para el. Siempre tendrá una escusa, yo no puedo ayudarlo, le prometí que nunca le dejaría, pero ha sido lo mejor, no puedo mas. Me digo intentando convencerme a mi misma.

El KillerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora