Capítulo 17. Reloj de arena inverso

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Shen Jiu no era tan desgraciado como para dejar dormir a Luo BingHe en el suelo. Su casa era pequeña, ideal para un soltero, por lo que no había habitaciones extra y el sofá más grande que tenía era de una pieza. Imposible para que alguien durmiera.

Así que desde el primer día en que BingHe se quedó con él, lo obligó a dormir en la cama. Con él.

Lo cual era normal. No es como si durmiera con muchos hombres, de hecho ninguno desde la última vez que durmió con Yue Qingyuan en la misma cama. Hace muchos años atrás cuando eran niños.

Ya era un adulto y entendía que el cuerpo de Luo BingHe y el de él tenían lo mismo, nada de que preocuparse. También sabía que solo era dormir. Los primeros días que durmieron juntos fueron tensos, como esperaba que serían, luego de eso, Shen Jiu no podía permitirse perder valiosas horas de sueño solo por su acompañante. Se mentalizó una noche para dormir y funcionó.

Funcionó tan bien que a la mañana siguiente no estaba esperando antes de que la alarma sonara para levantarse. Mucho menos que un Luo BingHe histérico lo zarandeara de un lado para otro.

"¡Apaga esa maldita cosa!" había gruñido con la voz rasposa como lija. "¡Es increíble la cantidad de ruido que hace! ¿Es que planea despertar a todos los malditos vecinos? ¡No entiendo cómo todos ustedes-"

"Atrasados tecnológicamente." terminó de decir Shen Jiu con más sueño que diversión. Abrió los ojos y se dio vuelta para levantarse.

"...pueden vivir y despertar con algo tan infernal como eso! ¿Es que acaso todos son unos idiotas masoquistas?" finalizó con enojo. Shen Jiu bufó con un sonido suave que parecía ser una risa. Luo BingHe lo miró como si estuviera planeado su muerte.

"¡Largo!"

Shen Jiu aprendió que si había alguien que odiara despertar por las mañanas más que él, era Luo BingHe. Ese hombre miraba con tanta rabia su despertador que unos días después de que Shen Jiu dejara sonar la alarma por quedarse dormido, no le sorprendió en lo más mínimo que el lugar que ocupaba en su mesa estuviera vacío. Y el perpetrador tenía la sonrisa más grande que le había visto, los hoyuelos de sus mejillas eran visibles a lo grande y había un tinte de travesura y justicia en sus ojos.

"¿Qué le hiciste a mi despertador?" preguntó más dispuesto a escuchar la creatividad en la respuesta de BingHe que a reprocharle nada.

"Lo tiré." respondió con autosuficiencia, hinchando el pecho con orgullo. Shen Jiu asintió con cara seria.

"Ya lo noté."

"Qué bueno."

Esperó a que Luo BingHe siguiera hablando pero solo se quedó callado. Shen Jiu hizo un esfuerzo muy grande para no querer borrarle la satisfacción en su cara.

"¿Será que el señor-nada-me-es-suficiente se despertará todos los días más temprano para despertarme?"

La sonrisa en la cara de BingHe creció. Alzó un dedo y negó con él. "Oh, por supuesto que no. Yo no tengo que salir a trabajar."

Resultó que este pequeño bribón en realidad era todo un desvergonzado. Debió costarle mucho mantenerse callado tanto tiempo, mucho más cuando Shen Jiu le prohibió hablar. Hablaba hasta por los codos.

"Claro, pero me pregunto quién traerá dinero a la casa ahora que mi disposición a despertar puntual ha sido... Mermada."

"Puedo mantenerte si esa es tu aflicción." Luo BingHe en verdad lucía tan realizado con su travesura que a Shen Jiu le costó mucho mantener una compostura seria, lo intentó con todas sus fuerzas.

Arqueó la ceja. "¿Ah, sí? ¿Y cómo lo harás?"

"Robando. Obvio."

"¿Oh? ¿Es que en tu realidad el sentido de la moral también es defectuoso? Eso, desde luego, explicaría muchas cosas."

"Algo que tú no entenderías." replicó con una sonrisa. "De cualquier forma, me gustaría que seas informado de que nunca más vas a tener que despertar por la fuerza del sonido incongruente, ¿Sabías que eso puede provocarte muchos problemas de salud? ¡Es una salvajada! Así que para tu deleite, construí un artefacto capaz de hacer que tus mañanas sean armónicas."

"¿Y dónde está?" cuestionó recorriendo la habitación con la mirada. "Más allá del inusual hueco en mi mesa de noche, no veo nada. ¿Será que el gran señor me ha honrado con un poco de su tecnología?"

"Supones bien, mi querido compañero de cama. No lo ves porque está instalado a la estructura de la cama, en cambio, lo sentirás y ¿sabes qué es lo mejor de todo? Que no me despertarás. ¿No estás feliz?"

"Vaya, algo menos de lo que preocuparme."

Lo cierto es que el bastardo de BingHe no mentía cuando dijo que sus mañanas serían más armónicas. Su sueño era profundo pero lo que sea que le había hecho Luo BingHe fue suficiente para que Shen Jiu fuera despertando, poco a poco. Como las veces en las que despertaba en un día normal, primero sentía la sensación de las sábanas, de la posición de su cuerpo y luego abría los ojos. Justo a tiempo.

Pensó que eso había sido una coincidencia, que su inconsciente lo había despertado a la hora para darle algo de cara a Luo BingHe. Sin embargo, cuando toda una semana después siguió despertando con la misma naturalidad ya no pudo seguir pensando que era su inconsciente.

"¿Qué hiciste?" preguntó un día refiriéndose al aparato en la cama. Luo BingHe se encogió de hombros con las gafas puestas y la laptop en sus manos.

"Magia."

Shen Jiu rodó los ojos, odiándose en el momento en que decidió que enseñarle Harry Potter a Luo BingHe era una buena idea.

"¿Qué hiciste?" repitió la pregunta y Luo BingHe despegó la vista de la pantalla y se quitó las gafas para mirarlo fijamente.

"Salvar tu salud. Has sido muy descuidado todo este tiempo, nunca te has preocupado por ti porque eres perezoso, ahora estoy aquí para cuidarte."

Estoy aquí para cuidarte resonó en su cabeza por un largo tiempo. Casi el mismo en que la idea de que Luo BingHe moriría si no encontraban la cura a la intoxicación por materia oscura, llegaba opacando su mente.

BingHe no pareció darse cuenta de eso. "Tengo que engordarte, hacer que tengas un mejor gusto por los aparatos que usas y desde luego, que tengas mejor habilidad para la cocina."

Shen Jiu pudo burlarse o atacar esa última parte. En cambio lo único que hizo fue mirar a Luo BingHe. Sabía a despedida lo que le estaba diciendo, como si estuviera viviendo en su casa solo para que él pudiera vigilar que Shen Jiu viviera bien. Solo por eso. Porque en un tiempo no muy lejano, él moriría y entonces, no podría asegurar nada. No quiso sentir el frío que le bañó el pecho, tampoco el desazón en sus huesos, pero lo hizo.

Luo BingHe volvió a su trabajo sin ponerse las gafas de nuevo. Ignorando a Shen Jiu y el cambio que había hecho en su semblante.

No era tan fuerte como para confrontarlo, así que se quedó callado y cambió la plática a una más animosa.

Si me faltas tú [BingJiu][Completa].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora