Capítulos tres: Romeo odia a Julieta, y viceversa.

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Una hora después estábamos todos en el gran escenario para practicar alguna obra teatral, necesitaban saber que tan buena era yo en ésto de la actuación.

Los estudiantes estábamos en los asientos del público y Victoria sobre el escenario.

—Bueno —anunció Victoria—. Todos ustedes, chicos, saben qué debemos hacer cuando alguien nuevo entra en VICTORIA's.

—Esa persona debe elegir a alguno de nosotros y recitar la escena más famosa de Romeo y Julieta. Así sabremos si es buen actor o no. —se apresuró a explicar Allenny, la chica rubia qué me saludo a un inicio.

Me parecía algo completamente tonto, es decir... ¿Romeo y Julieta? ¿En serio? ¿No había una obra más original?

—Pero —Victoria me sacó de mis pensamientos—, hoy seré yo quién seleccione a la persona con quién Lili actuará.

Aquí había gato encerrado.

—¿Y quién será? —preguntó la pelíverde sentada a mi lado.

Victoria pareció examinar a todos mis compañeros.

—Tenía planeado elegir a Antonny, por su picardía. Estoy segura que se complementaría con la seguridad de Lili —hizo una pausa y me miró con una sonrisa torcida—. Pero al ver la tensión que tienes con Xavier, el odio acumulado... Joder, chica, debo aprovecharme de eso para sacar tu mejor actuación. Debes fingir estar enamoradosíma de él, qué te tiene loca... No hagas esa mueca de asco, Lili, que él está bueno —miró a Xavier y lo reprendió con la mirada—. Tú tampoco hagas esa mueca, payaso, ella está más buena que tú, ¿o no? —le preguntó a los demás, todos asintieron— Si ella aceptará salir contigo estaría siendo bondadosa.

Todos rieron ante la humillación hacia Xavier, incluyendóme. Estaba cagado tener que actuar con él, pero era parte de ésto y no me negaría, aunque tuviera ganas de vomitar al verlo.

Victoria me explicó que debíamos hacer la famosa escena del balcón, lo que me pareció vergonzoso.

—Que asco actuar contigo. —me dijo Xavier cuando estábamos en nuestras posiciones.

—El sentimiento es mutuo. —resoplé.

—¡Bien! —chilló Victoria al notar que comenzaríamos a discutir— Amo a Shakespeare, no me hagan odiarlo.

Victoria se sentó junto a sus alumnos y nos hizo un gesto con su mano, indicando que podíamos iniciar.

Me subí al banquito que hacía la idea del balcón y lo miré con la mejor cara de enamorada que pude actuar. Capaz parecía un mueca, pero poco me importó.

Xavier, en cambio, sí que sabía actuar. Su cara de asco se transformó en una de amor puro. Me sonrió, sus hoyuelos en sus mejillas se hicieron presentes, sus ojos tenían un extraño brillo...

Y por un momento me pareció ver al Xavier de hace seis años.

Ése Xavier me sonreía de esa manera, y yo...

—No puedo hacer esto —le dije en un susurro, después me dirigí a Victoria—. Perdón, pero no... No puedo.

Bajé del banco y corrí en dirección al baño. Definitivamente no me veía mostrándole amor de nuevo a él.

Cerré la puerta con seguro y me senté en el inodoro, coloqué mis codos en mis muslos y las manos en mi rostro. Mis ojos me traicionaron y las lágrimas se hicieron presentes, y sin darme cuenta me encontraba llorando como una niña al recordarlo.

«—Eres lo único bueno que tengo en mi vida desde que papá se fué —me dijo con una sonrisa en su rostro—. No me importa si somos unos niños, no quiero perderte. No veo mi vida sin tí.

No si no eres tú © [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora