Capítulo once: Un juicio ganado y una sexualidad descubierta.

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Habían pasado dos semanas desde lo ocurrido.

Alex, Lenny y Xavier estuvieron para mí en todo momento; en mi proceso.

Sólo me atreví a contárselo a los chicos más cercanos que tenía en la academia, y eran ellos. Todos eran mis amigos, sin embargo no era algo que me gustaría que todos supieran. Aún así, Alex y Lenny al notar mi ausencia en VICTORIA's vinieron a visitarme, y les confesé todo.

Con Xavier las cosas iban como lo acordamos, ya no más insultos, no más peleas estúpidas y más comunicación.

Aunque una que otra vez nos mentabamos la madre.

Él comenzó a ir a terapia y yo igual. Se podía controlar mejor y yo notaba su avance; poco a poco proseguía. En mi caso estuve lidiando con mi abuso sexual y el asco que sentía hacía algunos hombres, poder hablarlo con alguien me ha estado ayudando mucho. Mi terapeuta era la mejor, me hacía reír y poco a poco podía hablar de todo lo vivido con Luis con más fuerza. Aunque aún dolía.

El juicio sería hoy, y me estaba preparando mentalmente para volverlo a ver.

Salí de mi habitación, decidida, y mi sonrisa se ensanchó al ver a los chicos esperando por mí, junto a mamá y Lau.

-Te ves hermosa. -me dijo Xavier y mis mejillas ardieron. Acostumbrarme a sus cumplidos costaría mucho.

Le sonreí en modo de agradecimiento.

-¿Nos vamos? -les pregunté.

-Ale y yo nos quedaremos con tu hermana. -me contestó Lenny.

Asentí y salí del apartamento, con ellos tras de mí.

Subímos al auto de mamá y pude sentir como los nervios se apoderaban de mí. En todo el camino estuve en silencio, sopesando lo hablado con mi terapeuta.

«-No le demuestres miedo al hablar con él -me dijo-. Ellos se alimentan de eso; les da más alas. Y te hará dudar, querrá hacerte sentir débil para que te dé miedo hablar frente al jurado. No caigas en su juego, Lawliet.»

Seguiría sus consejos al pie de la letra, me mostraría fuerte frente a él y al jurado aunque por dentro estuviese temblando de miedo.

Llegamos a nuestro destino y nos adentramos a un salón con un escritorio y un hombre tras él, a su lado, había una mesa rectangular con varias personas charlando entre si.

Mamá y Xavier se sentaron en los asientos que estaban detrás de nosotros y yo me coloqué en una de las dos mesas frente al juez. Al lado mío ya se encontraba papá con un traje gris. Me miraba con odio.

El juicio transcurrió tranquilo, pero era doloroso. Su abogado sabía meter argumentos de mierda para conseguir la libertad de Luis.

Al cabo de un tiempo, me llamaron a dar mi versión de los hechos.

-Señorita Lawliet -habló el abogado de Luis mientras yo estaba sentada junto al juez-, cuéntenos. ¿Desde cuándo ha sido "abusada" por su padre?

-Ese hombre no es mi padre. -escupí.

-Legalmente lo es, al igual que biológicamente. Los une un lazo sanguíneo.

Estuve a punto de soltarle un insulto, pero lo soporté. Eso era lo que ellos querían, que saliera de mis casillas. No les daría el gusto.

-Responda, señorita. -me exigió el juez.

-Desde los quince años -respondí sin titubear-, después de qué él ganará mi custodia. Esa misma noche me violó.

No si no eres tú © [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora