El vestido me iba por encima de las rodillas. Era de un blanco muy desgastado que daba a ver lo que cubría la tela con ligereza.
Después de vestirnos, nos volvieron a sacar a la calle donde nos esperaba otra furgoneta, de color negro esta vez. Rápido nos sentamos en los sillones que habían en la parte de atrás y nos llevaron a una zona más poblada. Allí la gente nos veía bajar del coche, pero ni se inmutaba.
Nos colocaron en fila india, atándonos las muñecas con la misma cuerda dejando un largo entre nosotras, y así, fuéramos todas unidas . Parecíamos un cien pies humano. Yo iba la última de la fila con Grace delante.
-Nos van a matar.- me susurra desde su sitio.
-Tranquila, alguien llamará a la policía. - mentí. Estaba más que claro que allí nadie iba hacer nada.
Comenzamos a caminar escoltadas por cuatro hombres enmascarados, los pies descalzos sobre el suelo mojado de la ciudad era una sensación extraña en ese momento. Nos dirigieron a un edificio gigante con paredes negras. Desde fuera se podía escuchar el gran estruendo de la música.
Nos guiaron por los infinitos pasillos del edificio. Estos estaban iluminados con luces de diferentes colores y habían muchas chicas de ropa ligera mirándonos con superioridad. Algunas nos escupían, otras simplemente reían.
-¡Putas!- gritó un hombre rodeado de mujeres desnudas.- ¡Putitas nuevas para todos!-
Era un prostíbulo.
"Por favor que alguien nos saque de aquí." Lo pensé con tanta fuerza que dude si lo había dicho en voz alta.
Continuamos caminando hasta llegar a un tipo de sala enorme, me recordaba a una especie de pasarela de modelos. Había un escenario al fondo del cual sobresalía un pasillo y, a ambos lados de este había montones de sitios ocupados ya por todos tipo de personas, principalmente hombres.
Todos vistiendo de alta gala con o sin acompañante, algunos fumando otros hablando entre ellos.
-Subid.- alcancé a escuchar sobre el estruendo de música tecno y el jaleo de la gente de uno de los hombres enmascarados que nos había guiado hasta el sitio..
-A continuación veremos el ganado del señor Francesco Stolini. - anunció con un micro otro hombre que paseaba por encima del escenario. Los chicos enmascarados que nos escoltaban nos empujaron, obligándonos a seguir caminando. Con miedo, fuimos avanzando lentamente.
La gente no paraba de llegar a la sala y llenarla hasta los límites y más, quedando algunos individuos en los pasillos. Una lágrima cayó por mi mejilla sin poder evitarlo. La mayoría de las chicas que iban conmigo tenían la cara descompuesta por el terror, no teníamos como huir de allí.
-La va a liar- me dijo Grace girándose rápido. No entendí muy bien lo que me quiso decir hasta que vi a Sarah negando con la cabeza de forma muy repetitiva mientras discutía con una de las chicas que estaba con nosotras detrás de ella.
-¡Por favor ayudarnos! ¡Alguien que nos ayude, por favor!- comenzó a gritar. No se le escuchaba muy claro por todo el barullo.
Las demás no decían nada. Yo me encontraba en shock. Sarah no paraba de gritar y zarandearse en contra de las cuerdas y del escenario.
- ¡Hacer que pare!- grité desde atrás del todo viendo que las chicas que estaban cerca suya no la ayudaba controlarse, simplemente sollozaban viendo con miedo la escena.
Entonces ví por el rabillo del ojo a un hombre de traje gris que hacía juego con su pelo plateado subir al escenario con calma. Cuando nos alcanzó, pasando por al lado mía y dejando un rastro de perfume masculino muy intenso, saco de su cinturón un arma. Una pistola no se de que calibre.

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Ragno d'oro (gold spider)
Teen Fiction-Melissa. - me llamó mi padre lo más flojo que pudo. Él estaba cerca de la puerta, mi hermano sentado en la cama y yo me mantenía al final del cuarto, pegada a la ventana. -¿Donde lo has escondido? Han venido a por el dinero, quieren lo que es suyo...