No me sentía yo misma mirándome en el espejo que tenía enfrente. Mi aspecto era casi glorioso de todo el maquillaje que llevaba encima. Los ojos estaban con un sombreado estilo "smoke eyes" de tonos negros con un poco de maquillaje fantasía donde me hicieron dos pequeñas calaveras al lado de los ojos unidos por un "eyeliner" blanco y negro. Usaron lentejuelas individuales para decorar, con una fila de estas, por encima de mis cejas . Tenía gloss en los labios y cuerpo haciéndome brillar con fuerza en mis movimientos.
El pelo me lo engominaron peinándolo hacia atrás, juntando los extremos con una grandes horquillas plateadas de una forma bonita y fija, dejando el resto caer en cascada sobre mi espalda desnuda.
Vestía un sujetador elástico, parecido al material de los bañadores. Era de un color blanco, con calaveras negras pequeñas distribuidas de forma desorganizada, ocupando la mayor parte del sujetador elástico. En la zona baja, vestía un tanga del mismo estilo y color. Cintas se cruzaban sobre mi abdomen y espalda uniendo el sujetador al tanga de encaje, haciendo al final una única pieza. Decoraron mis brazos con más cintas elásticas negras y dos brazaletes plateados a la altura de los bíceps. De mi cuello, colgaban tres collares matinee de diferentes tamaños que se cosían sutilmente por un punto específico del traje para que no molestara mucho a la hora del bailar, o se cayera, cubriendo un poco mi escote.
También tenía un collar grueso, cuatro dedos más o menos, y plateado rodeándome el cuello de forma ceñida con un tipo de anilla en la zona delantera.
Las piernas también estaban decoradas con cintas negras elásticas en la zona de los muslos y calzaba con una botas blancas y altas hasta las rodillas con una plataforma de unos 15 cm y un tacón de aguja.Llevaba dos días ensayando con ellas y ya eran parte de mí. Rita y Abril vestían igual que yo, pero en vez de tener el traje blanco con calaveras negras lo tenían negro con calaveras blancas. Y sus botas eran de la misma altura de tacón pero les llegaba hasta un poco más arriba del tobillo. siendo al contrario de un color negro.
-Estoy cagada de miedo tías.- dijo Rita. Mirándose al gran espejo de pared junto a mi.
-No sé de qué si nos sale perfecta la dichosa coreo.- dijo Abril toqueteando una de sus dos trenzas con extensiones.
-Exacto.- dije yo intentado ajustar mejor el sujetador elástico. Se me marcaban los pezones sutilmente, incomodándome. Tenía un pecho normal, ni muy grande ni muy pequeño, pero este sujetador apretaba y empezaba a temer que se escapara alguna sorpresa.
La puerta de la sala donde estábamos las tres se abrió.
-Es la hora mis bellísimas. Os acordáis de todo, ¿verdad?- preguntó Lúa acompañada de Albert y tres soldados más.
Nosotras tres asentíamos en silencio puesto que nunca teníamos la palabra sin pedirla.
-Perfecto, pues al lío. -
Salió Lúa seguida de dos soldados. Nos encaminamos rápido detrás de ella y los otros dos soldados armados fueron detrás. Los tacones de las botas resonaban por todo el pasillo, siendo el único sonido que se alcanzaba a oír después del tintineo del metal de las armas que llevaban los soldados y el de las joyas que lucíamos nosotras.
Albert iba detrás mía, muy pegado a mi, puesto que era la última, con su compañero al lado un poco más atrás. Llegamos rápido al exterior, donde nos esperaban dos coches lujosos Rolls Royce Ghost.
-Bien chicas. Melissa tu irás en el coche negro junto a ellos dos.- nos señaló a mi y a los dos soldados de detrás mía. Los dos coches contaban con un chofer ya incluido, como en el bus de la otra vez. -Vosotras dos en el blanco con ellos dos. Yo iré en otro aparte, así para cuando lleguéis estaré esperando para la gran entrada.- Se arregló el pelo rápido y nos miró una última vez para cuando llegó un tercer coche Audi A5 conducido por otro soldado enmascarado. - Más vale que no la caguéis, por que esta vez si que no lo contaréis como anécdota. - nos dijo antes de montar en su vehículo para acabar de asustarnos por completo.

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Ragno d'oro (gold spider)
Teen Fiction-Melissa. - me llamó mi padre lo más flojo que pudo. Él estaba cerca de la puerta, mi hermano sentado en la cama y yo me mantenía al final del cuarto, pegada a la ventana. -¿Donde lo has escondido? Han venido a por el dinero, quieren lo que es suyo...