𝗱𝗼𝘀 - 𝗉𝗋𝗎𝖾𝖻𝖺𝗌

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El sol se estaba asomando y no me di cuenta hasta que terminé de limpiar todo lo que ensucié, ni siquiera me cansé

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El sol se estaba asomando y no me di cuenta hasta que terminé de limpiar todo lo que ensucié, ni siquiera me cansé. Pero sí sentía algo, más sed. Toqué mi garganta e hice una mueca, miré el piso para dejar de pensar en ello, se veía una pequeña diferencia entre lo limpio recientemente y lo otro, debido a que se había creado una capa de polvo por a la ausencia de los Cullen, pero aun así no había olor a sangre.

Ahora que lo pienso, no sé qué hacer ¿podré ir a casa? anoche fui a la tienda y aguanté la respiración, solo así puede estar ahí, pero también está el tema de que en ese momento recién había comido, por eso no tenía hambre. Ahora pasó solo una noche y tengo sed, no puedo estar bebiendo cada noche, eso causaría un daño en los animales y capaz los extinguía. No sé qué hacer.

Edward si te vuelvo a encontrar, te golpeare. Reí sin gracia.

Espera, anoche no pude beber la sangre de la chica, podría suceder de nuevo ¿y si es una habilidad? Una bendición en el estado en el que estoy. Pero ¿y si sólo fue con ella? Volví a la habitación de Edward, abrí el ropero y vi su ropa.

—¿Por qué? —pregunté, no sé supone que al irte lejos deberías al menos llevarte tus cosas, pero todo está aquí, todas las cosas de él, como si hubiese dejado toda su vida aquí en Forks. Negué y saqué una camiseta manga larga de color negro, la recuerdo, es la misma camiseta que usó el primer día que lo vi. Me quité mis ropas manchadas de sangre y me vestí con la camiseta de Edward, su olor me invadió, es un olor más allá al que conocía como humana, hay una esencia aquí, como si dejara un rastro único. Arremangué las mangas hasta mis muñecas, tomé la ropa que tenía sangre y la eché a una bolsa de basura, todo lo llevé en mano cuando comencé a correr por el bosque, necesitaba asegurarme que no puedo beber sangre humana. Llegué al hospital donde no me costó ingresar, caminaba por los pasillos y no había casi nadie, de seguro era cambio de turno. Avancé e inhale profundamente, reconocí la sangre de la chica porque aún se siente horrible.

—Hijo, deberías ir a comer a la cafetería, te hará bien —dice una enfermera, el chico se levanta y se va, la enfermera avanza a otra habitación y aprovecho para ingresar a la habitación de la chica, ella está dormida en una de las tres camillas de la habitación, tiene su brazo vendado y de seguro le inyectaron anestesia porque siento ese olor. Me acerco para respirar su aroma, pero me da asco, recuerdo lo sucedido anoche, el cómo me hizo vomitar. Aguanto la respiración y escucho al chico venir, me escondí detrás de las cortinas cuando él ingresó a la habitación, se sentó en una silla frente a las cortinas y suspiraba viendo a su amiga, está era mi prueba. Llené de aire mis pulmones, un ardor pasaba por mi garganta, mi boca se llenaba de saliva y sentía que nada era más exquisito que el chico frente a mí, avancé y cuando estuve a centímetros de agarrar su cuello, vi las imágenes, sentí su amor, su miedo, vi a sus padres y su vida, sus errores y logros, todo, ahora está sangre era igualmente asquerosa, no podía siquiera saborearla.

¿Entonces es con todos?




Llegué a casa y me quedé quieta escondida entre los árboles, vi como Charlie recién se estaba yendo a trabajar mientras que Bella no estaba en casa, fruncí el entrecejo por esto, pero igual avancé. Subí a mi habitación y el olor a polvo, libros viejos y más me golpeó la nariz, no respiré. Tomé una toalla y me fui a bañar, con cuidado abrí la ducha y de igual manera intenté hacer todo con mucho cuidado, el agua limpiaba toda la sangre de mi piel, pero no sentía nada, ni frío ni calor. Mi cabello estaba más suave y fácilmente salieron las ramas y tierra, cuando estuve completamente limpia salí del baño a mi habitación, me puse unos jeans azules ajustados, vans negras y la camiseta manga larga de Edward, no podía quitármela, me sentía segura con ella.

𝐒𝐎𝐋𝐒𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐍𝐎 - Parte dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora