𝗰𝗮𝘁𝗼𝗿𝗰𝗲 - 𝖺𝖼𝖾𝗉𝗍𝗈

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—¿Crees que se le note? —pregunta Jess

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—¿Crees que se le note? —pregunta Jess.

—Jess, no está embarazada —comenta Angela.

—¿Por qué otra razón se está casando? —responde Jess.

—Por amor —responde Angela.

—Quizás, pero es extraño ¿quién se casa a los dieciocho años? —pregunta Mike.

—Me gustaría poder meter una almohada bajo mi vestido, así todos verían mi razón de casarme —digo al ver un poco el exterior, hay muchas personas afuera, algunas ni siquiera conozco y otros son familiares y amigos, oigo sus voces y cuando no estoy concentrada en alguien, es como el zumbido de abejas.

—Ni se te ocurra, ese vestido es a la medida, podrías ancharlo o romperlo—dice Alice, cuando ella desvía la mirada, le hago una seña a Emmett. «Hazlo» le digo al modular, Emmett levanta el pulgar y va al sofá, toma un cojín y me lo lanza, Alice, quien es más veloz y ve lo que haremos detiene la almohada y me observa—. Quédate quieta, solo falta el velo.

—Vale —hago una seña a Emmett, muevo mi dedo en circular intentando decirle que después haremos lo de la almohada, él entiende y sonríe divertido.

—Ya está —dice Alice. No hay un espejo, pero desde sus ojos me vi, el velo es de encaje y va sobre mi cabeza, como una capucha. Cae por mis hombros hasta perderse en el vestido, Alice me sonríe y golpea la mano de Emmett, haciéndolo soltar el segundo cojín. Reí ante eso— Te veré luego —dice Alice al llevarse a Emmett, ahora me encontraba sola con el ramo de flores blancas en la mano, oí unos pasos y sentí a Charlie llegar a mi lado, su corazón estaba acelerado y sentía su nerviosismo.

—¿Estás lista? —me pregunta, asentí. Él ofreció su brazo y yo metí mi mano ahí, todos los invitados se levantaron al oír la música y la mayoría se giró para verme llegar. Puedo tener una nueva apariencia y soy capaz de luchar contra otros vampiros, pero me sigue dando pánico las multitudes.

—Papá —Charlie me ve—, no me sueltes.

—No cariño, eso nunca —Charlie dio leves palmadas a mi mano en su brazo, entonces comenzamos a avanzar. El camino era como una L, caminamos un poco y al girar lo vi. La tonada de piano era suave, melodiosa y me recordaba mucho a Edward, él estaba en el altar sonriendo, llevaba un traje de tres piezas, la camisa era blanca y tenía un corbatín, sonreí al admirar su belleza, él por lo visto, hizo lo mismo. Avanzamos y cuando llegue a estar frente a él, Charlie me dio un leve beso en la mejilla, le dio mi mano a Edward y se alejó a su asiento. Edward me guio para estar a su lado, aún estábamos tomados de la mano cuando él padre empezó a hablar. Todos se sentaron y él padre nos pidió repetir todo lo que decía, el primero fue Edward.

—Yo Edward Cullen —dice Edward al girarse y posicionarse frente a mí, toma mi otra mano y al final las tenemos unidas—. Te tomo a ti, Venecia Swan. Para amarte siempre —sus ojos a bares relucían hoy, me iluminaban no solo el momento también la vida misma. Creí morir cuando me transforme, hoy me siento más viva que nunca—. En las buenas y en las malas. En la riqueza y en la pobreza. En la salud y en la enfermedad. Amarte y respetarte, por el resto de nuestros días.

𝐒𝐎𝐋𝐒𝐓𝐈𝐂𝐈𝐎 𝐃𝐄 𝐕𝐄𝐑𝐀𝐍𝐎 - Parte dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora