Capítulo 16

85 3 0
                                    

Los lunes eran muy diferentes si amanecía con la mujer que amaba. Laura debía ir a trabajar, así que se levantó primero. Se alistó y antes de irse, se fue a despedir de su novia:

- Amor, ya me voy a la oficina. Nos vemos más tarde, ¿si? - dijo Laura.
- Okay mi amor, ¿Vienes a almorzar conmigo? - preguntó Rachel.
- Si cariño, por supuesto que si. Te amo (Dicho esto la besó y salió).

Camino al trabajo, le cayó un mensaje:

Amanda: Buen día mi niña, ¿cómo estás? Te escribo para saber si vienen a cenar hoy a mi casa.

Laura: ¡Buen día Amanda! Gracias por la invitación, deja le comentó a Rachel y te confirmo al ratito ¿si?

Amanda: Perfecto, espero tu respuesta.

Laura sabía de sobra que Rachel odiaba ibteractuar con sus amigos, pero Amanda y Charlotte eran conocidas de ambas. Tal vez no se negaba a asistir. Le diría durante el almuerzo.

Llegó a la oficina, sacó el trabajo que tenía pendiente, adelantó sobre un proyecto que presentaría la siguiente semana y asistió a una reunión convocada a último momento.
Se llegó la hora del almuerzo y salió rumbo a su casa.
Cuando llegó, Rachel ya tenía todo preparado, solo le ayudó a servir y se fueron a sentar a comer.
Laura entonces le contó sobre la invitación a cenar:

- Amor me escribió Amanda, para invitarnos a cenar hoy con ellas. ¿Vamos?
- La verdad no tengo ganas de salir, pero si se trata de ellas puedo hacer una excepción - contestó Rachel.
- Gracias mi vida, le confirmaré que iremos entonces.
- ¿No habías confirmado? - quiso saber Rachel.
- No, le dije que te preguntaría primero. Sé que no te gusta salir con mis amigos y no les iba a decir que no a última hora - contestó Laura.
- A veces me da miedo ver como me conoces. Pero igual, ellas son muy agradables y sé que se han convertido en seres muy especiales para ti.
- Si, así es. Les he tomado bastante aprecio. Puedes estar segura que las invitaré a nuestra unión - comentó Laura.

Siguieron conversando hasta que terminaron de comer, Laura ayudó a recoger todo y lavó los platos. Miró su reloj y aun le quedaban unos minutos, fue a abrazar a su novia y quedarse un rato más con ella y ver una película que Rachel había empezado a ver en la mañana. Luego se tuvo que ir, prometiendo que llegaría temprano para recogerla e ir a casa de Amanda y Charlotte.

Cuando finalmente llegó la tarde, Laura se fue rumbo a su casa, se cambió y junto con Rachel fueron a cenar con sus amigas.

Cuando llegaron, Amanda como siempre se alegraba mucho de verlas juntas, las abrazó y les dio la bienvenida.
Charlotte por su parte, estaba terminando la cena y poniendo la mesa. Hizo una pausa para ofrecerles algo de beber a sus invitadas mientras llegaba la hora de comer.
Ellas aceptaron una cerveza cada una y las cuatro se pusieron a platicar en la cocina.
Cuando ya estaba todo listo, Laura le ayudó a Amanda a terminar de poner la mesa.
Se sentaron y empezaron a comer.

Amanda notó que sus jóvenes amigas andaban más que felices y les preguntó si deseaban contarle algo.

- ¿Más que felices? Explícate Amanda - preguntó Laura.
- Si, andan una sonrisa que ilumina el lugar - comentó Amanda.
- Cielo déjalas y no seas tan curiosa - le dijo Charlotte.

Laura y Rachel se vieron y les contaron que ocurría:

- Tienes razón Amanda, el motivo de las sonrisas es porque Laura me pidió matrimonio. Aclaro, no nos casaremos legalmente. Será más bien un acto simbólico con los más cercanos - dijo Rachel.
- Al cual, ustedes dos están invitadas - concluyó Laura.
- ¡Que emoción! Me alegra mucho escuchar eso, felicidades a ambas. Y desde luego que ahí estaremos - dijo Amanda.

La historia de nuestras vidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora