Capítulo 20

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Al día siguiente, comenzaban las vacaciones de Laura. Por lo que se levantó tarde, desayunó en la cama y mimo a sus peluditos todo el día.
Llegada la noche, Cris le escribió pidiéndole la dirección de su casa para pasar por ella. De alguna forma quería retribuir lo que ella había hecho por ella la noche anterior y aunque en un principio Laura no quiso, al final accedió ¿Qué tenía que perder?

Cris llegó por ella y se fueron juntas a un restaurante hermoso, ahí platicaron de todo y nada y se contaron cosas para conocerse mejor. Al finalizar la noche, Cris le preguntó si ya quería llegar a casa o quería ir un rato a una discoteca como sea la noche era aún muy joven. Laura aceptó ir y pasaron una linda velada.

Cuando iban de camino a casa de Laura, Cris estaba muy pensativa, pero al cabo de un rato habló:

- La pasé genial, gracias por aceptar la cena.
- Yo también la pasé estupendo, gracias por invitarme - contestó Laura.
- Laura, se que a lo mejor y es pronto o no debería pero quiero que me des la oportunidad de conocerte mejor - dijo Cris.
- No estoy en mi mejor momento, debo ser sincera pero también he de admitir que la paso bien contigo. Entonces claro, podemos conocernos mejor - concluyó Laura.
- Gracias por la sinceridad y aceptar. No planeo lastimarte ni nada por el estilo, al contrario y me gustaría conocer todo de ti y a los tuyos - dijo Cris.
- Claro, todo a su tiempo - dijo Laura.

Llegaron a casa y se despidieron de un beso en la mejilla. Laura entró a su casa y fue a servirse un trago. La verdad aun pensaba en Rachel, la extrañaba y seguía con las ganas de verla volver. Pero ya casi era un año y ni una ni otra se había buscado, a lo mejor ese era su fin.
Se sirvió otro trago y quedó observando la luna que había en ese momento. A ella le gustaba las cosas simples, incluyendo observar la luna.

Al cabo de un rato, se fue a acostar.

Los siguientes días transcurrieron igual, salía eventualmente con Cris y entre ellas iba creciendo algo. Cris era una chica encantadora, le gustaba compartir con los amigos de Laura, disfrutaba hacer planes para quedarse en casa junto a ella, llegó a tenerles mucho afecto a sus michijos.

En un abrir y cerrar de ojos, ya había pasado un mes de esa primera cena que le había aceptado.

Amanda le escribió para invitarle a su cumpleaños, le dijo que haría una pequeña recepción en su casa y que podía traer acompañante. Laura ya le había mencionado sobre Cris a Charlotte y Amanda y de alguna forma anhelaban conocerla.
Laura aceptó ir y por ende invitó a Cris.

Al llegar a la fiesta, Laura les presentó a Cris:
- Amanda, Charlotte les presento a Cristina, una amiga.
- ¡Feliz cumpleaños Amanda! Te traje un presente (y le entregó una cajita de joyeria). Es un placer conocerlas, Laura me ha hablado mucho de ustedes.
- El placer es nuestro Cristina y gracias por el detalle, no era necesario - dijo Amanda.
- Puedes llamarme Cris - intervino Cristina.
- Mucho gusto Cris y bienvenida a nuestra casa - dijo Charlotte.

Las chicas siguieron hablando, Charlotte le pidió a Cris que la acompañara por bebidas y le quería presentar a unos invitados más de la fiesta.
Entonces Amanda aprovechó para hablar con Laura:

- Es una chica adorable.
- Pero no es ella - confesó Laura.
- ¿La sigues amando? - quiso saber Amanda
- Temo que sea así toda mi vida - confesó Laura.
- Pequeña, hay personas que nunca se van, pero pueden dejar espacio para otras, solo si estas otras son dignas de ello o al menos eso escuché en una película que vi el otro día - dijo Amanda.

Laura no pudo contestar nada porque en eso llegó Cris, que Charlotte ocupaba a Amanda.
Laura entonces le preguntó:

- ¿Te arrepientes de haber venido?
- ¿Bromeas? Ellas son increíble y además me gusta que me hagas participe de tu entorno - confesó Cris.
- Me agrada saberlo - concluyó Laura.

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