Capítulo 2

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Mientras la canción seguía sonando en sus auriculares, recordó su infancia.

Aquellos años donde se quedaba sola porque su madre tenía que trabajar para mantenerla (puesto que para ese entonces solo eran ellas dos). Recordó las festividades donde pasaba con vecinos ya que su madre salía hasta tarde de su trabajo.
Ella jamás le recriminó a su madre su ausencia, ya que entendía la situación y por su parte siempre trató de ser la niña estrella en el colegio, la hija modelo, aquella que hiciera sentir orgullosa a su mamá, para que sintiera que todo lo que hacía por ella valía la pena.

Suspiró y se centró en la letra de la canción, aquella había salido por 1996. Año en el cual ella era solo una niña. Una niña a la cual, la vida ya le había enseñado que habían días grises.
Laura pagaba por no recordar ese año y los dos siguientes, sus ojos se le llenaron de lágrimas irremediablemente. La canción seguía sonando y no pudo evitar que se le derramaran algunas lágrimas al recordar como había sido víctima de abuso sexual, no solo por un tipo, ni una sola vez.
Era como el precio a pagar de una niña desprotegida, que pasaba sola en casa, apartada de la calle y entregada a sus deberes.

Aun a su edad actual, nunca entendió porque tuvo que pasar por todo aquello, obviamente con el tiempo fue superando esos acontecimientos y hoy por hoy trata de mantener esos recuerdos bloqueados.
Se cuestiona si eso habrá sido algún motivo para que le gustaran las chicas (como cree la mayoría de las personas), pero lo cierto es que a ella le gustaron algunos chicos del colegio.

Su madre siempre sospechó su orientación sexual, pero debido a su comportamiento de no querer ser o andar como las demás niñas de su edad. Con solo recordarlo, le causa gracia los pleitos que tenía con ella por no querer usar vestido o maquillaje a los 15 años...
Pero aun y a esa edad, ya se sentía atraída por una chica con la cual compartía a diario, claramente para Laura ese era un tema desconocido y creyó que era simplemente amistad y no indagó en eso.

Años más tarde, volvió a sentir lo mismo por una de sus compañeras de la universidad, ese instinto de protección, esas ganas de estar con ella todo el tiempo, ese deseo de arreglar el mundo solo para esa persona y sobre todo ser ella quien se lo arreglara. Igual aun y con eso, no entendía lo que le pasaba, fue hasta después de la muerte de su madre, que viendo una serie (ya que tampoco le era fácil dormir por las noches), miró una escena de dos chicas en la ducha y para su sorpresa no le pareció descabellado; de hecho deseó algo parecido con su amiga de la universidad...
Fue ahí cuando se dio cuenta que le gustaban las chicas, porque si bien era cierto, si había vuelto a estar con hombres pero no le excitaban, ni le producían nada.

Le costó algo de trabajo asimilarlo y aceptarlo, sobretodo porque ya no estaba su mamá para contárselo, solo su hermano menor.
De igual forma, bloqueó ese sentimiento que sentía hacia su amiga, debido a que esta ya había hecho su vida (era 100% herero) y aunque existía un gran sentimiento, no era más que cariño. Nunca le correspondería, por ello decidió conocer personas nuevas y abrirse a nuevas experiencias.

Hubieron buenas personas, otras no tanto. Algunas le ayudaron crecer y otras solo fueron un bache.

Fue después de eso y justamente en un grupo de WhatsApp de la serie en mención que conoció a Rachel.
Rachel era una chica más en ese grupo, vivía en un país vecino al suyo y pues no interactuaba mucho en el. Fue debido a un fenómeno natural en el país de Rachel, donde Laura cogio su número y le habló por privado para saber como se encontraba ella y su familia después de lo ocurrido (al igual que lo hizo con dos chicas más del mismo país). Rachel tardó un par de horas en contestar, pero al hacerlo su respuesta fue tan sincera y tan correcta que a Laura le llamó la atención y a partir de ese día, el chat entre ellas fue constante.
Se fueron conociendo, de entrada se dieron cuenta que eran demasiado diferentes la una de la otra, polos opuestos como se le suele llamar. Pero existía una química y una magia entre ellas, que optaron por ignorar lo demás y conocerse mejor. Pasó lo inevitable, se enamoraron aún a pesar de no verse ni tocarse; a los días, se hicieron novias, comenzaron a compartir más tiempo, ver películas juntas aun y a pesar de la distancia y hacer planes a corto y mediano plazo.
Lógicamente una relación a distancia y con tantas limitaciones no iba a durar mucho y al poco tiempo Rachel terminó con ella, por "diferencias irreconciliables"; las cosas terminaron y dejaron de hablar por algún tiempo.

Curiosamente con Rachel pasa eso de que no importa cuanto tiempo pasa sin hablar, con un minuto de reaparecer y se ponen al día. Así que decidieron ser amigas y charlar de vez en cuando, así pasaron dos años.

Fue hasta que por trabajo, a Laura le tocó visitar el país de Rachel y por si fuera poco, alojarse a solo unos minutos de donde ella vivía.
Era como un llamado del destino, una sorpresa o lo que fuera. No más pisó ese país y todo entre ellas resurgió, se pudieron conocer en persona, tuvieron su primer cita, Rachel le enseñó algunos de los mejores lugares de la ciudad.

Durante el recorrido, Rachel había intentado besarla, pero ella se negó ya que no quería volver a sufrir y la fecha de regreso a su país se aproximaba. Pero finalizada la tarde, no se aguantó y fue ella misma quien la besó.
Ese beso le supo a gloria y la encendió por dentro. Ya era tarde para los arrepentimientos, ya no solo era una experiencia por chat, esta vez era real, la tenía de carne y hueso y le hacía sentir mil emociones juntas.

La noche antes que Laura regresara a su país, le pidió una segunda cita a Rachel en la cual le pidió que fuera su novia y le prometió que si bien era cierto no podía quedarse ahí con ella (como Rachel se lo pidió), regresaría tantas veces como le fueran posible y después de muchos besos y el deseo presente de estar juntas, les tocó despedirse y regresar a la realidad...

En el camino, Laura le escribió a Rachel y le dedicó Photograph / Ed Sheeran y le recalcó una y otra vez que la esperara, que regresaría por ella.
Obviamente una vez más, las cosas no salieron como esperaban. Rachel tuvo complicaciones con su salud y en medio de sentir que era un milagro estar viva, decidió romper con ella. ¿El motivo? Que Dios le había dado una segunda oportunidad de vivir y que no quería seguir cometiendo un pecado al estar con ella. Por segunda vez, Rachel la hacía pedazos con sus decisiones y aun sin quererlo, lo aceptó.
Fue duro esta vez, puesto que ya la había visto, besado y sobretodo porque tenían planes. Se aproximaba su fecha de cumpleaños y fue uno de los cumpleaños más tristes y grises de su vida. Comenzó a beber un poco más y fue gracias a sus amigas que poco a poco fue saliendo de ese hueco.
Comenzó a salir nuevamente, conocer nuevas personas, pasaron dos meses y justo cuando iba a viajar con alguien con quien se había vuelto muy cercana y le demostraba su amor una y otra vez, Rachel reapareció en su vida y le pidió otra oportunidad. A ella no le costó dársela, puesto que aún la amaba y realmente deseaba estar con ella...

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Laura llegó finalmente a la oficina, asistió a la reunión del día, su propuesta fue aprobada y estaba feliz.
Sus compañeros al finalizar el día, decidieron ir a un bar a festejar junto con ella por ese nuevo logro y pasadas unas horas, ya iba camino a casa nuevamente. La noche había llegado y solo le pedía una cosa, que está vez fuera más amable que la noche anterior.

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