Capítulo 17

86 3 0
                                    

Esa misma noche, al cabo de unas horas se levantó, no logró quedarse dormida hasta el día siguiente. Además no le había llegado el mensaje de Rachel que había llegado bien. Le pareció extraño, por lo que ella le escribió primero:

Laura: Mi vida, ¿llegaste bien? 🤔

Pasaron dos horas y no tenía respuesta, según sus cálculos, Rachel tendría que haber llegado hacia unas tres horas atrás.
Pensó que seguramente llegó cansada y se durmió. Ya al día siguiente contestaría.

Sentía la casa demasiado grande, si bien era cierto le encantaba justo por eso, pero desde que Rachel la visitaba, en el momento en que quedaba sola de nuevo la sentía inmensa.
Su novia llenaba la casa y le daba otro sentido. Lástima que Rachel no quería mudarse con ella, esa casa era perfecta para el comienzo de un hogar.
Se sirvió un trago y se puso a ver una película. Al finalizar, vio la hora y era aun era temprano. Por lo que decidió salir a su patio y nadar un rato, eso le serviría para dormir. Se llevó consigo una botella de vino, una copa y su bocina.

Había nuevamente una noche estrellada, con un cielo despejado y una luna llena. Amaba esa vista y el ambiente era perfecto con la aportación de la voz de Luismi.
Por un rato, se puso a pensar en su nueva vida dentro de poco.
Tenía que empezar a ver viviendas, trabajo y todo lo que le implicaba. Pero no quería clavarse en el tema, se conocía y se iba a estresar antes de tiempo.

Pasado un rato, salió de la piscina y se dirigió a su habitación. Miró su celular y no tenía aun mensaje de Rachel. De igual forma decidió escribirle otro:

Laura: A lo mejor ya duermes, solo quiero desearte un bello despertar y recordarte que te amo ❤️.

Se vistió para dormir y se acostó.

Al día siguiente, se levantó antes de su alarma, desayunó y se fue a su trabajo. Avanzada la mañana, Rachel seguía sin escribir y eso ya le estaba preocupando. Optó por llamarle, pero tampoco contestó la llamada. Sinceramente ya era preocupante.
Pasado un rato, le llegó un mensaje:

Rachel Az.: Estoy bien, hablamos después.

No entendió porque solo decía eso, pero al menos sabía que estaba bien. Siguió trabajando y cuando se acercaba la hora de la salida, sus compañeros la invitaron a un bar, ya días no salía con ellos por lo que aceptó ir.

Era uno de sus bares favoritos y esa noche había música en vivo. Miró su celular y no tenía notificaciones, por lo que decidió disfrutar la noche con sus compañeros.
El dúo que estaba cantando lo hacía muy bien, estaba compuesto por una chica y un chico.
La mesa donde estaba sentada era la más cercana al escenario por lo que en cierto momento, la cantante dijo que podían solicitar canciones y viéndola directamente a ella.
Laura se rió, justo en ese momento no sabía que canción pedir, pero se le vino a la mente: Algo más / La quinta estación.

Sin duda seguía siendo una canción popular y todos los presentes, incluyendola, la cantaron.
Ella solo podía pensar en una persona en especial al escucharla, su novia.

Así siguió la ronda de complacencias y más tragos.
Avanzada la noche, todo el grupo se despidió y Laura se fue a casa. Al llegar, volvió a revisar su celular y 0 mensajes de Rachel. Le pareció muy raro, pero pues no insistió.
Se ducho y se fue a la cama.

El jueves por la mañana, una de sus mejores amigas le llamó para invitarla a un finde a la playa. Entre varias, alquilaron una casa frente a la playa y pintaba ser un gran plan.
Como seguramente se la pasaría pensado que pasaba con Rachel, aceptó ir.

Por la noche, al ver que seguía sin señales de vida de su prometida, le volvió a llamar pero tampoco contestó, por ello le envió un mensaje:

Laura: Amor, ¿pasa algo?

No tuvo respuesta, comenzaba a impacientarse pero no quería perder la cabeza. Buscó algo de comer, se entretuvo un rato jugando con sus michijos y luego se fue a dormir.

El viaje era desde el viernes por la tarde, por lo que al amanecer se levantó para hacer su maleta e irse. Les dejó suficiente comida y agua a sus peluditos y se fue.

El día pasó rápido y al cabo de un rato ya iban camino a la playa. Hicieron parada en un supermercado y compraron de todo para pasarlo increíble.

Llegada la noche se encontraba ayudando en un asado, mientras sus otras amigas estaban en ronda de Karaoke.

Sin embargo, no sentía muchos ánimos porque Rachel ni le había llamado ni le había contestado su último mensaje de la noche anterior.
Sus amigas sabían de Rachel, pero no sabían lo de su futura unión y lo que se iría del país. Sin embargo, prefirió no hablar de ello esa noche, no hasta saber que estaba pasando, algo dentro de ella tenía un mal presentimiento.

Cuando le tocó su turno de Karaoke, al principio no quería pero la retaron y terminó agarrando el micrófono.
Se decidió por la canción Simplemente amigos / Ana Gabriel.

A medida la canción iba empezando, sentía su corazón chiquito y cantaba con más sentimiento.
De alguna forma, se identificaba con esa canción. Su relación al menos por el lado de Rachel, era a escondidas. En su país, rara vez podían demostrarse afecto en las calles por si alguien la veía y reconocía.
Por eso amó el viaje a México y disfrutaba cuando ella venía hasta su país, significaba que eran libres.

Cuando terminó de cantar, todas la quedaron viendo y una de sus amigas bromeo con el típico:
¡Como la tienen!...

Laura solo se rió y cedió el micrófono a otra de sus amigas. Así se pasó la noche, entre canciones, cervezas y el mar frente a ellas.

Al día siguiente, se turnaron para cocinar. A ella le había tocado en el equipo de almuerzo. Por lo que hicieron unas hamburguesas y luego se fueron a disfrutar el mar.
Laura era de las personas que era difícil sacarlas del agua y como seguía con poco ánimo, se internó toda la tarde en el agua.

En la noche, hicieron lo mismo de la noche anterior y esta vez cantó la canción Sólo déjate amar / Kalimba.

Deseaba poder dedicársela a Rachel, pero pues no estaba ahí y mucho menos contestaba sus llamadas.

Después de varias canciones y muchas cervezas, todo el grupo de amigas se fue a acostar.

El domingo, habían quedado de ir a comer a un restaurante cercano, por lo que recogieron todo porque después de almorzar ya se irían de regreso.

Cuando Laura llegó a su casa, ya por la tarde alimentó a sus gatitos, se ducho y se fue a la sala a ver televisión.
Miró su celular, nada de noticias de Rachel. Llevaba cinco días de silencio y ya estaba pensando lo peor. Pero no quiso llamarle ni escribirle, le daría "su espacio" si era lo que ocupaba.

Después de dos películas, una pizza casi completa y más cervezas, se fue rumbo a su habitación. Antes de entrar al umbral de la puerta, le cayó un mensaje. Miró que era Rachel, así que lo abrió:

Rachel Az.: Tenemos que hablar...

La historia de nuestras vidas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora