Capítulo 11

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El regreso a casa fue amargo y cruel para ambas.
Laura optó a ir de paso a su habitación, extrañaba demasiado a Rachel.
Extrañaba su presencia, su risa, sus brazos y su aroma. Se limitó a abrazar la almohada (que aun conservaba el perfume de Rachel) por un largo rato y cerrar los ojos. No tenía ni idea que iba a hacer para que esta vez su relación funcionara, pero lo que fuera, lo haría.

Estaba aún abrazando la almohada cuando le cayó un mensaje de WhatsApp:

Rachel Az.: ¡Hola amor! Ya llegamos, voy rumbo a mi casa. Te extraño 🥺

Laura: Que bueno que llegaste con bien cariño, yo también te extraño como condenada.

Rachel Az.: Algo haremos mi vida, lo prometo.

Laura: Te amo ❤️

Rachel Az.: Te amo más ❤️

Laura se levantó de la cama, ya sabía que Rachel había llegado y la sentía aún más lejos.
Es increíble el precio que pagas después de días maravillosos.
Fue hasta la sala y se sirvió un trago, realmente no entendía porque ella estaba justo ahí y su novia a kilómetros de distancia. Conectó su celular a la bocina de la sala y puso música aleatoria, no quería escuchar algo en específico, solo distraerse un poco.

Una a una fueron pasando canciones, pero cuando llegó una en especial, le prestó toda la atención del mundo. La canción era: She Will be loved / Marlon 5.

La canción justo hablaba de un amor algo difícil y que no importaba conducir millas o estar bajo una lluvia torrencial, solo por amarla. Pero sobre todo, realmente era la promesa de amarla.

No tardó mucho en decidir lo que quería hacer. Realmente iría de visita al país de Rachel, pero sin avisarle, sería una sorpresa y sobre todo esta vez se llevaría a sus bebés. Era aún muy precipitado tomar la decisión de irse a vivir allá, pero si podía ir tanteando el terreno y sobre todo y viendo opciones.

Se sirvió otro trago y empezó a ver Airbnb para buscar la mejor opción de hospedaje, que fuera amplio y que permitieran sus 3 gatitos. Lo rento para el siguiente fin de semana.
Debía ser fuerte una semana y luego, pues la volvería a ver.

Pasado un rato le escribió a Rachel para desearle dulces sueños y ella también se fue a dormir.

Era lunes y debía darse prisa, no había escuchado la alarma y ya iba tarde. Llegó a su trabajo y era un día de locos, de esos que te preguntas porque rayos te levantaste.
Hizo sus pendientes y empezó a investigar como viajar con sus michijos, encontró la forma y se puso a trabajar en ello.

Durante los siguientes días, hablaba bastante con Rachel, realizaban videollamadas constantes y terminó de organizar todo para su viaje.

Por fin era viernes, lo había esperado tanto.
Recogió su maleta, metió en la caja transportadora a sus dos gatitos machos y a su princesa se la llevó en un maletin especial.
Afortunadamente pasó rápido migración en el aeropuerto y no tuvo ningún contratiempo por llevar a sus mininos.

Pasadas casi dos horas, ya estaba saliendo del aeropuerto rumbo al Airbnb que había rentado a solo unos minutos de la casa donde vivía Rachel.
En el trayecto iba pensando como darle la sorpresa...

Al llegar se instaló, dejó libres a sus bebés, se ducho y se puso en marcha.
El plan era escribirle al estar a unas cuadras de su casade y decirle que le había enviado algo, que si por favor lo iba a recogerlo puesto que el mensajero andaba perdido.
Cuando llegó al sitio que consideró, le envió el mensaje:

Laura: Hola mi amor, cómo vas? Mira que sin preguntarte, te envié algo pero esta persona se perdió y no encuentra tu casa. Puedes salir a recogerlo? Me dijo que cree que está a la vuelta o algo así.

Rachel Az.: Amor y porque no me dijiste? Igual ahora voy a dar una vuelta para ver donde está.

Laura: Listo mi amor, ahora le digo que te espere 🥰

Laura se quedó esperando a cierta distancia, pero con una maravillosa vista para ver cuando Rachel llegara.
Cuando la vio venir, se fue acercando lentamente por detrás y ya estando detrás de ella le dijo:

- Te enviaron un par de besos, que dejaste olvidados en el país que estuviste hace unos días.

Rachel se dio la vuelta, no lo podía creer. Amaba y al mismo tiempo le caía mal la impulsividad de Laura.

- ¡Mi amor! Que linda sorpresa.
Sin embargo no la pudo besar, puesto que era su barrio y pues no podía exhibirse.

Eso le dolió un poco a Laura, pero intentó que no le arruinará el volver a verla. Se pusieron a platicar un rato hasta que Laura le dijo que esta vez había rentado una pequeña casa para el fin de semana, que había traído compañeros de viaje y que si se iba con ella.
Rachel lo quedó pensando y le dijo:

- Laura es un gran detalle venir así, pero no puedo solo irme contigo. Tuviste que haberme avisado, así lo resolvería con tiempo.

- Mujer no pido que te vayas de por vida conmigo, es solo el fin de semana.

- Juro que quiero ir, pero no puedo.

- ¿Rachel es en serio? ¿Lo dices en serio?

- Si, no puedo ir. Ya tengo planes para este fin de semana. Quédate más tiempo y después compartimos.

- No, no puedo. Debo ir a trabajar el lunes temprano.

- Lo siento, en verdad - dijo una Rachel apesarada.

- Déjalo, igual yo lo siento mas. Feliz fin de semana Rachel - dicho esto se fue caminando hasta su uber para que la llevará de regreso, dejando a Rachel ahí parada.

El trayecto de regreso hasta la casa rentada fue difícil, no había logrado lo que deseaba y sinceramente estaba muy dolida. No esperaba eso.
Hizo una escala a un pequeño supermercado a comprar algunas cosas y varias cervezas. Rachel no pasaría con ella esos días, pero ella se tomaría estos días como vacaciones. Ya estaba ahí, ¿Qué más podía hacer?

Llegó a casa, ordenó una pizza, alimentó a sus bebés en lo que llegaba su comida. Una vez la recibió, activó la función No molestar en su celular y colocó música.
Tomó algunas cervezas, lejos de todo lo que realmente pasaba, disfrutaba el lugar donde se estaba quedando, el clima perfecto y ver a sus bolas de pelos adaptarse a un entorno desconocido.

No supo cuanto había tomado, amaneció en el sofá de la sala y Bella maullando en son de reclamo.

- Ya perdón princesa, ahora te doy más comida y luego tu y yo nos vamos a dar una vuelta - le dijo Laura a su gatita.

Después de un rato, ya iba saliendo y prefirió ignorar su celular y desconectarse de la tecnología por un fin de semana, aprovecharía el viaje para ello.

Pasó un buen rato en la calle, luego se regreso a dejar a Bella a casa, bañarse y volver a salir, definitivamente iba disfrutar la noche del sábado.
Fue hasta un bar-disco donde se encontró algunos conocidos, se quedó con ellos conversando y bailando. Ya avanzada la noche, la fueron a dejar a la dirección que les indicó, prometiendo repetir en la próxima visita al país.

Miró su celular y notó que tenía algunos mensajes, pero llegó tan cansada que se fue de paso a dormir.

Finalmente era domingo, recogió todo y se marchó de regreso.
El viaje no había salido como quería, pero al menos salió de la rutina y les regalo un viaje a sus pequeños. Al fin y al cabo, ¿De eso se trata los pequeños placeres de la vida no?
De disfrutar con los que tienes al lado momentos únicos.

El avión aterrizó sin problemas y en cuestión de minutos, ya iba rumbo a su casa. Sacó a sus consentidos y tiró su maleta en la habitación. Era temprano aún, pero no quería salir. Hizo algo de comida y se llevó una botella de vino a la sala.

Después de un par de películas, cedió ante el sueño y cansancio. Hasta el día siguiente sacaría su celular de la maleta, esa era su última noche para pasar libre de él...

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