bonus. 14/03

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Seungmin bajaba la mirada, no tenía la desverguenza de poder mirar a Soojin a la cara. Jugaba con sus manos, vacías, para evitar la mirada amable de ella. 

──No es necesario que todos los novios regalen chocolates, yo sé que me quieres mucho aún si no lo demuestras. ──Y con esas simples palabras Seungmin se sentía incluso peor. El día blanco había llegado, y así como el chico solía olvidar que tenía pareja, se había olvidado de la ocasión tambien. Esperaba, al menos, un leve reproche, pero esas cosas jamás llegaban de Soojin. Era demasiado buena para él.

──Gracias por comprender siempre ──Y tal como siempre Seungmin se marchaba sin siquiera mirarla. Soojin suspiró e intentó sonreir lo más sincera posible, mientras sacaba un chocolate de su bolsillo y caminaba hacia su salón. Algunas exclamaciones como "Tienes un gran novio" y "Siempre recuerda cuales son tus favoritos" eran usadas hacia Soojin una vez más y, una vez más, respondía a todas con una gran sonrisa, guardando al fondo de su cabeza que había sido ella misma quien se había comprado el presente.

No obstante, Soojin estaba bien. Tenía un novio guapo y lo bastante popular para levantar algo de envidia y era el chico que le gustaba, no podía exigirle que hiciera todo por ella.

Seungmin, no ostante, no estaba bien. Tenía una novia un año mayor que siempre originaba de sus compañeros susurros de burla hacia él, sentía que ella exigía demasiado de él pero que aún así las ataduras de esa relación se las imponía él mismo.

Ambos sabían que no tenía sentido continuar eso que ya habían abandonado tiempo atrás, entonces, ¿por qué lo seguían intentando?

Con esa pregunta Minho observaba a la pareja salir de la institución escolar. No se sonreían, se tocaban con extrañesa y se despedían con incomodidad, y entonces no lo aguanto más. Con su uniforme arrugado y reputación algo extraña, Minho caminaba como si se creyera invisible hacia Soojin. La vió despedirse de sus amigas, la vió afianzar su mochila y caminar y la vió mover su cabello azabache al ritmo de su paso. En cuanto la gente se disipó la alcanzó por detrás, haciendola asustar levemente.

──¿Estás ocupada? ──preguntó en cuanto ella relajó su expresión ──Porque yo no.

Soojin lo miró. Desde hacía unos meses que Minho la había empezado a tratar diferente, bueno, la había empezado a tratar. La buscaba para despedirse al marcharse de su casa, le recomendaba series, le preguntaba acerca de su día, y Soojin no se oponía a ello. Le gustaba ese juego de parecer extraños en publico y buenos amigos en la intimidad.

──Qué hacemos. ──Con una media sonrisa Minho la abrazó de los hombros comenzando a caminar.

El arcade de juegos debajo del centro comercial era de los lugares favoritos de Soojin desde que habían llegado a Corea, y al ver que ese era el lugar donde Minho la había llevado la emoción a su rostro fue devuelta. Tan de inmediato como sus pies pisaron ese suelo se arrastró hacia las máquinas, decidiendo que disfrutaría cada segundo a su favor. La diversión entre ambos era tranquila, no habían gritos de por medio ni exclamaciones ruidosas, se reemplazaban por silencios burlescos y orgullo fingido. Minho notó que las horas pasaron y ya era oscuro en la noche, así que tomando la autoridad en el duo preparó las cosas para marcharse.

──Voy a ir al baño primero ──le dijo Soojin mientras avanzaban a la salida, pasando por un gran pasillo con multiples comercios de ambos lados. Al volver Soojin vió a Minho más inquieto, divertido un poco también y no tuvo que esperar mucho para enterarse la razón. Minho le extendió una pequeña bolsa con un par de aros dentro. 

──¿Son para mí? ──Minho asintió satisfecho ──¿En serio? 

──No creo que se los quieras dar a tu papá ──bromeó dandole golpecitos a los colgantes con intención de ser alguna fruta.

──Espero que para la próxima sepas que prefiero las frutillas.

──Esas son para mí ──Minho le mostró sus aros con la mencionada y fue entonces que Soojin cayó en cuenta.

──¡Tienes perforaciones! ¿Cuándo te las hiciste? ¡Ah, le voy a contar a tu madre!

Entre pequeos gritos tomó su telefono, a lo que Minho intentó arrebatarselo. Soojin echó a correr con el chico detrás suyo y alegría sincera en los rostros de ambos.

rosa chicle # lmhDonde viven las historias. Descúbrelo ahora