𝐟𝐨𝐭𝐨𝐠𝐫𝐚𝐟𝐢𝐚

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- No te muevas.

Con un click de la cámara y un destello presente, Hanbin sintió cegarse unos instantes mientras una risa suave se escuchaba a su lado.

- Me encanta.

- ¿De nuevo?

- Es inevitable. Te ves tan encantador que no puedo contenerme a sacar una fotografía tuya. Sonríe. -soltó Zhanghao haciendo click una vez más en aquella cámara negra.

Las mejillas del coreano tomaron ese color carmesí que lo caracterizaba, a la par que bajaba la mirada apenado por las palabras del mayor. Hanbin amaba cada que su novio le tomaba fotos en los momentos menos esperados. Nunca se quejó; sonreía y esperaba a que el contrario quedara satisfecho.

Levantó la mirada y se encontró con esa sonrisa que tanto adoraba cuando su pelirrojo novio encontraba el ángulo perfecto y deseado en cada foto. Más que un adulto parecía un niño con su juguete nuevo.

- Tengo curiosidad de saber lo que haces con todas las fotos que sacas. -la voz del castaño hizo a Zhanghao dejar de observar su cámara para prestarle atención a sus palabras.

De pronto, la posición en la que se encontraba, mirando al lago en medio del atardecer, le recordaron a sus primeras citas, donde todas las fotografías comenzaron.

Al principio fueron imágenes del lago, las plantas, el cielo y las mariposas de colores que adornaban el bello espacio; luego pasaron a ser el calzado y las bebidas que ambos compartían, para finalmente terminar en fotografías de su persona amada.

Desde ese día, cada que tenía oportunidad, Zhanghao sacaba una foto más para añadir a las miles que logró capturar en su momento. Serían recuerdos que guardaría toda su vida.

- Las fotos que saco... -respondió sin dejar de mirar la cámara en sus manos.- ...las aprecio y guardo en mi memoria y carpeta por siempre.

- Entiendo. -respondió Hanbin manteniendo una sonrisa en su rostro; pero aún así tenía una duda más.- Pero...¿por qué fotos mías?

Él lo disfrutaba, más nunca llegó a entender. Era una de las escasas cosas que nunca comprendió de Hao.

- La verdad no hay motivos. Simplemente me gustas a mí y a mi cámara. -sonrió al concluir sus palabras.

Hanbin podía jurar que su sonrisa era angelical. Desde el día en que lo conoció en ese mismo lago, supo que Zhanghao no era de este mundo.

Sin resistirse más, Hanbin tomó el rostro del pelirrojo y plantó un beso en sus labio brillantes. Un acto lleno de ternura y suavidad, como si ambos fueran hechos de porcelana. Los movimientos eran lentos, tímidos, como la primera vez. Un beso sacado de película podría decirse.

La falta de aire hizo que ambos se separaran con unas sonrisas tímidas en sus rostros. Dos sonrisas que se complementaban perfectamente, al punto de pensar que ambos era destinados desde el día en que nacieron.

- ¿Sabes? -susurró Hanbin sin quitar su mirada de los ojos ajenos.- Adoro cuando te concentras en tomar la foto que deseas. -soltó besando la mejilla izquierda.- Me encanta cuando haces cada raras al no conseguir el resultado que esperabas. -besó la mejilla derecha.- Pero sobretodo, agradezco ser yo quien sea parte de tu felicidad. -concluyó dejando un beso rápido sobre sus labios.

Sus palabras hicieron que Zhanghao se sintiera especial, como nunca antes se había sentido. Sin pensarlo mucho se abalanzó hacia su novio atrapándolo en un abrazo que transmitía calidez y amor. Él era lo que más quería en esos instantes de su vida.

- Solo procura buscar mi mejor ángulo.

- Todo ángulo tuyo es perfecto.

Ambos agradecían tenerse el uno al otro, eran su lugar seguro. De manera rápida, Zhanghao dirigió la cámara frente a sus rostros con una gran sonrisa.

- Sonrie.

Dicho ello, Hanbin besó su mejilla en el momento en que el pelirrojo hizo click en el aparato, creando así una fotografía que no sólo dejarán en un archivo, sino que guardarán en su memoria de por vida.

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𝐎𝐍𝐄𝐒𝐇𝐎𝐓𝐒 ┉ 𝐡𝐚𝐨𝐛𝐢𝐧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora