Capítulo 10: Cry

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La mañana siguiente no se hace esperar, y pronto los rayos del sol comienzan a colarse por la ventana de la habitación de Mark, logrando que ambos jóvenes que aún se encontraban durmiendo envueltos en los brazos del otro, despertaran.

Abriendo sus ojos lentamente, sus miradas se encontraron y un sonrojo no tardó en pintarse en ambos rostros. Algo tímidos, por fin alejan sus cuerpos rompiendo aquella cercanía. DongHyuck, por su parte, se encontraba bastante relajado a pesar de haber dormido con aquel chico, pues no tenía tiempo para pensar lo gay que podía parecer aquello, su mente seguía enfocada en la salud y el bienestar del contrario.

-¿Te sientes mejor?-Pregunta con una sonrisa en su rostro, pues aquella pregunta era más que nada para confirmar, pues en cuanto el mayor abrió los ojos y sintió el cuerpo del canadiense, sintió el calor de su cuerpo.

-Sí, mucho mejor.-Responde devolviéndole la sonrisa, no solo se sentía bien, sino que también había dormido extremadamente bien, como si hubiese dormido en una cómoda nube, quizá aquello se debía a que había dormido entre los brazos de DongHyuck.

No lo admitiría en voz alta, pero le entristecía pensar en que era muy probable que aquello no se repitiera.

Pronto unos golpes se escuchan en la puerta, Wendy se encontraba una vez más allí en busca de despertar a su hijo, y avisar del desayuno, además, la noche anterior se había encerrado en su cuarto y no había podido controlar su estado por la madrugada como solía hacer.

-¡Ya bajo mamá!-Responde el menor deshaciéndose de sus sábanas, tendría que levantarse e ir a desayunar como todas las mañanas.

-Está bien.-Contesta su madre, pero la respuesta de su hijo al parecer no la convence del todo, por lo que insiste.-Sal un segundo mamá quiere verte.-

-Mamá estoy bien.-Responde Mark ignorando su pedido, concentrándose en buscar que ponerse mientras DongHyuck se encerraba en el baño de su habitación.

-¿No tuviste fiebre anoche? ¿Tos?-

-¡Mamá!-Se queja el menor cansado, para su fortuna escucha a su madre suspirar y pronto sus finos tacones bajan por las escaleras hasta la cocina a espera de que sus dos hijos bajaran.

El pelinegro se voltea regresando su atención al mayor, quien al parecer ya había salido del baño y se encontraba listo para salir por su ventana y dirigirse a su casa con el resto de su familia. De tan solo pensar en eso no pudo evitar preocuparse, preguntándose si al haber hecho que DongHyuck durmiera en su casa, no lo metería en problemas.

En cuanto observó al contrario pasar la mitad de su cuerpo afuera se apresuró en acercarse a él y regresarlo al interior de la casa tirando de su brazo.

-¿Qué sucede?-Pregunta confundido DongHyuck.

Algo nervioso, el canadiense comienza a jugar con la manga del abrigo que el contrario lleva puesto, mientras desvía la mirada.-Gracias por lo de ayer.-

-Oh eso... No fue nada, los amigos se cuidan entre sí ¿Recuerdas?-Contesta el castaño recordando la vez que Mark había cuidado él por aquella mordida de perro, la cual había mejorado considerablemente. Pero el menor no se refería a eso, no le estaba agradeciendo solo por haber cuidado de ayer, y haberse quedado a dormir, sino que hablaba en general, abarcando también aquella sorpresa de cumpleaños y aquel hermoso regalo.

-No me refiero a eso.-Se apresura en responder logrando sacarle una mirada de confusión a DongHyuck.-Gracias por la fiesta de cumpleaños, por hacer algo tan bonito y especial para mí, por obsequiarme de los mejores regalos que nunca jamás tuve, por quedarte conmigo, y por ser mi amigo, me hiciste muy feliz.-Confiesa, y sin más rompe la pequeña distancia que había en ellos para regalarle un fuerte abrazo, un abrazo que el castaño llevaba deseando en el fondo de su corazón.

MarkHyuck | free🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora