Capítulo 11: Heart Attack

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Una vez DongHyuck logró tranquilizarse y detener su llanto, se dio cuenta de que se sentía mucho mejor, como si se hubiese quitado el peso de una mochila muy pesada. Y no pudo evitar preguntarse, ¿Cuánto tiempo llevaba cargando todo eso sin siquiera ser consciente? No estaba seguro de cuando había sido la última vez que había llorado, al menos de aquella forma, por lo que supuso que habían transcurrido varios años.

En cuanto su cuerpo se separó del de Mark, limpió aquel rastro de lágrimas y dándole la espalda habló por primera vez en un rato.

-Mark.-Llamó su nombre, su voz aún sonaba algo quebrada, lo cual lo hice sentirse todavía más avergonzado que antes, pues se había abierto ante el canadiense de una forma en la que no lo había hecho con nadie nunca jamás, no sabría decir si le había gustado la idea o no, pero al menos se sentía mejor. Sabía que Mark no lo juzgaría ni pensaría mal de él.-Además de poder salir de tu casa... ¿Qué es lo que más deseas?-

El pelinegro se voltea, no puede ver el rostro del contrario, por lo que se mantiene observando su espalda mientras piensa una respuesta.-¿Cómo un sueño?-

-Sí, algo así.-

-Siempre quise una moto.-Ante sus palabras DongHyuck se sorprende, y acaba volteándose enfrentando al menor, sin importarle que este pudiera observar lo hinchado y lo rojo de sus ojos.

-¿Una moto?-Repite sorprendido.

-Sí, una de esas bien grandes.-Explica.

Su respuesta deja sorprendido a DongHyuck después de todo para él, Mark no se veía como ese tipo de chicos que anduvieran en esas motos, en definitiva él pegaba más con ellas que el mismo Mark.

-¿Y para qué una moto?-

-Pues... Siempre quise pasear por la ciudad, recorrer, conocer lugares, y sentir el aire fresco en la cara.-DongHyuck sonríe de tan solo escuchar aquellas palabras, podía imaginarse aquella escena a la perfección, en especial el rostro de Mark al vivir aquello.-¿Cuál es tu sueño Hyuck?-

El castaño se mantiene en silencio, pensativo, pues nunca se había planteado un sueño en sí, no había nada en especial que quisiera, pues prácticamente lo tenía todo, en especial si comparaba su vida con la del chico a su lado. Quizá podía decir que su sueño era viajar por el mundo, pero no era una meta, un sueño que deseara con tantas fuerzas, porque de todas formas aquello es algo que la mayoría de personas quiere.

No sabe cuál podría ser su sueño, nada se le viene a la mente, ni siquiera una idea tonta, lo único en lo que podía pensar en ese momento era en Mark. Mark, el chico que no puede salir de casa y vive enfermo, el chico el cual le encantaría salir y poder pasar una tarde como el chico normal que era.

Un sonrojo se forma rápidamente en sus mejillas cuando en su mente se forma una idea, un sueño, algo que de verdad quería que se cumpliera, algo que le encantaría poder presenciar. Quería que Mark pudiera ser libre, salir de su casa, tener amigos, y visitar lugares sin correr riesgo de que una enfermedad, una alergia, o cualquier cosa lo envíe al hospital.

-¿Hyuck?-Lo llama, pues el nombrado parece completamente perdido en sus pensamientos.

-Oh sí.-Responde rápido al reaccionar.-Mi sueño sería... Que pudiéramos intercambiar vidas, al menos por un día.-Revela.

Su respuesta llama la atención de inmediato del pelinegro, quien no duda en sentarse en su lugar y enfrentar a DongHyuck.

-¿Intercambiar vidas? ¿Por qué querrías eso?-

-¿No es obvio?-Contesta imitándolo, para quedar enfrentados. Mark niega.-Para que tú puedas disfrutar un día sin madre, sin reglas, y sin enfermedades.-Sus palabras de inmediato conmueven al menor, al cual pronto sus ojos se llenan de lágrimas y un llanto desconsolado se dispara, asustando a DongHyuck.-¡Mark! Hey... No llores, lo siento, ¿Fue muy cursi? ¿Muy malo? No quise hacerte llorar.-

MarkHyuck | free🍃Donde viven las historias. Descúbrelo ahora