Capítulo III

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Intentando no hacer ruido, lo seguí. Colocó una tarjeta para entrar a la sala de cámaras, y ahí se quedó. Intenté abrir la puerta pero no había caso seguir intentándolo, así que pegué mi oreja a la puerta, y escuché detenidamente.Los primeros minutos fueron aburridos, puesto a que no decía nada sospechoso más allá de "veamos qué tenemos aquí" o cosas demasiado... rebuscadas.Mientras vigilaba el lugar para asegurarme de que nadie venga, escuchaba. Minutos antes él a duras penas emitía algún sonido, hasta que sonó su teléfono y contestó. 

— ¿Hola? — pude escuchar que dijo, se oía confundido — ¿Qué necesitas, padre? Si es por la alianza con esa familia, tranquilo, va demasiado bien. 

Luego de estar minutos con el teléfono, cortó. 

— Ahora, veamos dónde me quedé...Se quedó callado unos minutos, pero el silencio no duró mucho, él pegó un grito, quizás de enojo.— ¡Argh, carajo! Justo las cámaras no lograron grabar cuando empezó el incendio.

¡Ajá! Dije en mi cabeza. Prácticamente, el consejo estaba involucrado al incendio del patio central, por sus palabras se puede pensar que ellos ocasionaron el incendio y no pudo grabar lo ocurrido, o que... alguien ajeno a ellos pudo haberlo ocasionado. 

— No deberías de estar aquí. Volteé y una linterna me reflejaba en los ojos hasta el punto de irritarme, era un celador... o como sea que se llame, pero era uno de los encargados de cuidar que los alumnos respetasen los horarios y el toque de queda.— ¿Qué haces aquí? No es el horario para que estés aquí, y mucho menos para un chico nuevo. 

— Eh... Solo me he perdido y quise preguntar para volver a mi habitación, es todo. 

El celador me miró confundido, levantó una ceja, por su expresión parecía pensar que yo estaba mintiendo.

— Deja, te guiaré hasta tu habitación. 

Le dije el número y me escoltó hacia ella, mientras me alejaba, volteé para ver ese cuarto de cámaras, era algo sospechoso cómo alguien del consejo podía vigilar y estar tan interesado en... eso.Una vez en mi habitación, me acosté. Ryler me saludó, pero apenas le contesté y me tapé hasta la cabeza. 

— Es muy tarde, ¿dónde estabas? 

 No contesté. 

— Sí sabes que está prohibido saltearse el toque de queda, y peor, quedarse solo en especial durante la noche, ¿no? — dijo molesto. 

Sinceramente, no entiendo por qué estaría mal estar solo durante la noche, quizás por el toque de queda, pero ¿por qué la soledad es algo malo aquí? 

— No volverá a pasar, no te preocupes.

Cerré mis ojos y cuando los abrí ya estaba por salir el sol.A juzgar por el color del cielo y porque aún no sonó mi alarma, era temprano. Veo el reloj y en efecto, eran las 6:30 de la mañana. Ryler estaba dormido aún, me puse mis zapatos, me abrigué, y decidí salir al patio central. No había muchos estudiantes, pero era una cantidad considerable como para no estar solo...Me senté en uno de los bancos, mirando las hojas que empezaban a caer por el otoño. A pesar del ambiente raro que tiene esta universidad, por momentos, es agradable. Resulta relajante sentarse a ver el paisaje.Vibra mi teléfono, veo los mensajes, y solo eran varios que mandaban los chicos del grupo de mi carrera, diciendo que hoy toca Teoría Política a las 8, así que tengo que esperar un pequeño rato antes de ir al edificio de Ciencias Políticas.Para matar el rato, saqué fotos al paisaje. Lucía muy "aesthetic", como dicen los chicos. Dando las 7:45, me levanto y me dirijo hacia el aula, digamos que la clase de hoy no fue muy interesante, solo hicimos la presentación de la materia, los criterios de evaluación, y qué modalidad tendrán los exámenes. Ni más ni menos.

Universidad WallaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora