Capítulo IV

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Sonó la alarma, eran las 6:30 de la mañana. Decidí levantarme temprano esta vez para mentalizar un poco la situación: me pude unir al consejo, aunque no tengo ni la más remota idea de lo que debo hacer como un miembro, ni siquiera sé qué voy a hacer en mi primer día. Ryler me dijo que era probable que hoy podía haber una especie de capacitación, y que si faltaba a clases, no había problema alguno. Decido tomar una ducha con agua caliente para despertarme. Al salir, me visto y me dirijo a la cafetería para desayunar.Suena mi teléfono y es un mensaje de Randall solicitándome en el edificio del consejo a las 8 diciendo que deben definir mis tareas.

Para matar el rato me puse a anotar cosas que he ido notando en estos dos días; nada relevante, solo que la gente actúa muy extraña, a veces es hostil, a veces es evitativa. Los de primer año no tienen dramas, apenas empiezan y son alegres, pero parece que conforme van avanzando en las carreras y esta universidad, acaban cada vez más infelices, del consejo no diré nada, cuando los vi ayer parecía que me iban a comer vivo.

Quizás, divagar de esta forma, es algo que dejará de ayudarme a la larga y entorpecerá mi investigación.Dan las 7:50, pago mi desayuno y me retiro. Me dirijo hacia el edificio del consejo en donde entro y me encuentro con Verónica, quien me dice que hay que esperar a que llegue Randall y nos dirija con los demás. 

— ¿Te aceptaron en el consejo? — le pregunté. 

— Sí, me aceptaron. Ayer me llegó la carta, pero preferí leerla hoy porque no me sentía lista para ver si me rechazaron o no, no luego de lo ocurrido ayer en la reunión. 

 — Ya... sí, dieron bastante miedo.Asintió, dándome la razón.

La recepcionista llega, disculpándose por tardar. Aún exhaltada, nos anuncia que nos esperan en el salón principal, que no es necesario escoltarnos siendo que como somos miembros, podemos entrar con total libertad.Llegamos a la puerta del salón, la abrimos y nos recibe Randall. 

— Justo a tiempo — dice Randall, quien estaba hablando con Nathalie y Ryler —. Me agradan los miembros puntuales donde llegan justo a tiempo para cuando los necesitamos. Randall hizo una seña a Ryler y Nathalie de que lo esperen un minuto, se acercó más a nosotros, casi siendo confidente. — Muy bien, chicos nuevos, entre nosotros tres — puso sus brazos encima de nosotros, uno encima de Verónica y el otro en mí —. Es su primer día como miembros del consejo y la cosa se resume en esta simple frase: por ser ingresantes no tendrán las cosas fáciles, así que hoy deberán demostrar que valen la pena. 

Lo miramos, casi sin entender lo que dijo. ¿En nuestro primer día debemos demostrar que somos competentes? Y la mejor pregunta es ¿Cómo se supone que lo haremos, si apenas somos unos novatos? Preguntar que cómo lo haremos, sería un suicidio, en especial porque si no demostramos ser competentes, nos echarían a la más mínima.Randall se aparta de nosotros, sacando su agenda. 

— Según mi agenda, tengo que resolver algunos asuntos con la decana, pero no los dejaré solos en estas labores; asignaré a Nathalie y Ryler como sus tutores, quienes se encargarán de ayudarlos en lo básico.Perfecto. "Tutores", y para mejor, uno de ellos es mi propio compañero de cuarto y la otra es una persona que todos hablan "bien" de ella, pero a mí me da miedo.Miro a Ryler, él se acerca a mí. 

— Yo seré tu tutor, no te preocupes, te iré orientando en lo básico. Tú sígueme — sonrió. 

— ¿Y qué pasará con Verónica? — pregunté, con curiosidad. Si algo me generaba curiosidad, era qué iba a hacer mi compañera con su tutora, ¿algo distinto, quizás? 

— Tú no te preocupes, ella está en buenas manos.

Confié en sus palabras, Ryler me sonrió. 

— Y bueno, ¿listo para empezar con las tareas? 

Universidad WallaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora