Capítulo XIV

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Me armé de valor y me dirigí a la sala de reuniones, donde estaban todos tomando sus respectivos asientos. Como fui el último en entrar a la sala, cerré yo la puerta. Randall sacaba de su bolso una carpeta con varias hojas.

― Bien, tomen sus asientos así podemos discutir los temas del día y en caso de que alguien tenga algo para decir ― dijo, mientras me miraba acusativo y levantaba una ceja ― puede hacerlo. Si de momento no hay nada por decir, daré comienzo a la reunión.

Randall nos pasa una fotocopia a cada uno, las cuales tenían varios dibujos.

― Eso que tienen ahí son los planos del nuevo invernadero que estamos construyendo, en el informe se detalla el precio de los materiales y de la mano de obra. Si alguno presenta alguna duda o comentario, es libre de hacerlo.

Levanté la mano, de forma tímida.

― Es más bien un comentario un poco fuera de contexto, ya que no sé mucho del tema. Me sorprende la rapidez y la facilidad que tuvieron para conseguir los materiales, solo quiero saber cómo es que los consiguieron, porque pensé que las obras las iban a iniciar como en un mes.

Él me sonrió, mientras los demás miraban la fotocopia, sin prestar mucha atención a mi comentario.

― Tenemos un convenio con una de las constructoras más conocidas de Escocia. Bueno, digamos, somos socios, ya que muchos de nuestros estudiantes de Arquitectura terminan trabajando allí. Además, tenemos que ser rápidos, porque si tardamos mucho en restaurarlo, la gente pensará que malgastamos el dinero y perderemos credibilidad. Y creo que es lo último que queremos que crean.

Asentí con la cabeza. Randall retomó la conversación con todos.

― Bien, además de todo esto, los miembros del club de jardinería fueron avisados sobre el estado del invernadero, por lo tanto, esperan novedades cada tanto. Otro asunto que quiero tratar, es relacionado a la seguridad y vigilancia ― voltea para ver a Jack ―. ¿Puedes conseguir cámaras para reforzar la seguridad? Por desgracia, es uno de los puntos ciegos que tenemos en la universidad, pero eso está por cambiar.

 Claro ― contestó él ―. De hecho, se están terminando de probar las nuevas cámaras con sensores de movimiento, y se preguntan por qué, y bueno, la idea surge a raíz de que el presidente del club se puso en contacto conmigo, y me dijo que una idea que tiene es traer plantas que son destinadas para la creación de algunos venenos. Claramente, no se usarán para ese fin, solo serán para investigación y uso educativo, pero con las cámaras, podremos detectar en caso de que alguien quiera meterse al invernadero para robarlas. Le dije que antes de hacer eso lo consulte con nosotros, y por supuesto que también con la decana, para que no meta sus narices nuevamente.

Tras escuchar sobre esas plantas, decidí levantar la mano. Algo no me cerraba.

― Disculpen, pero si hay plantas potencialmente venenosas, ¿no sería bueno implementar una mejor seguridad? Quizás las cámaras no son suficientes, ¿no sería mejor poner algo así como una puerta con lector de tarjeta? Se le daría una tarjeta a cada miembro perteneciente del club.

Los demás me miran y me ponen atención. Al fin, pero no sé si me miran porque dije algo bien o si lo que dije resultó ser estúpido. Randall decide romper el silencio.

― No es mala idea la que planteas y tienes un buen punto. Es una buena observación, implementaremos tu propuesta.

Le sonreí y los demás me miraron complacidos con mi propuesta. Al final, resultó ser algo sensato lo que dije, y bastante inteligente. 

Los demás sacaron sus agendas y comenzaron a hacer anotaciones, supongo que es sobre lo que se está hablando. Randall pasa de hoja, cerrando el tema del invernadero.

Universidad WallaceDonde viven las historias. Descúbrelo ahora