Universidad Wallace

Capítulo XV

Nos quedamos viendo el auto, que de golpe había salido de la mismísima nada. Varios estudiantes estaban amontonados ahí, que no podíamos ver quién era el que estaba dentro.

— Esto es extraño, deberíamos notificarles a los demás chicos — dije, mientras miraba detalladamente el auto, pero aún sin éxito para saber quién es la persona — Enviaré un mensaje, espero que lo vean rápido.

Agarré mi teléfono mientras Verónica seguía viendo en mi lugar, de vez en cuando levantaba la mirada para aunque sea intentar identificar quién era la persona. Mi mensaje fue breve, fue algo así como que un auto sospechoso entró a la universidad y que debían verlo cuanto antes. Quizás exageré un poco.

Verónica me tironeó la manga del uniforme para intentar llamar mi atención, yo despego la mirada del teléfono y veo cómo esa multitud de estudiantes se separa, abriendo un caminito, ya que la decana se estaba acercando a ese auto.

— Señores, señores —dijo, con una sonrisa en su rostro y una mirada tranquila. Actuaba como si fuera lo contrario que vi durante estos días; parecía buena e inspiraba confianza para los estudiantes —. No se amontonen tanto, abran paso.

Una vez que se separaron los estudiantes que estaban más cerca del auto, la decana se agachó para abrir la puerta. Una chica salió de ahí, era de tez algo morena, de cabello castaño y ondulado, no era tan alta, era más bien una estatura promedio y consigo traía el uniforme, mientras iba acompañada de ropa y accesorios de gran valor. Ella, ni bien terminó de bajarse, le agradeció a la decana por la hospitalidad.

— Quiero presentarles a Ivy Arenberg — dijo, mientras Ivy saludaba de forma efusiva —, es hija de una embajadora importante de Francia, y tenerla aquí con nosotros, en la universidad, será un honor. 

Los demás estudiantes pusieron expresiones de sorpresa, incluso le sacaban fotos, o querían sacarse fotos con ella. Aunque quería seguir viendo en silencio, escuché que los chicos del consejo llegaron.

— ¿Quién se supone que es? — dijo Juan, confundido y molesto — ¿No era que no se permitía ningún ingreso más de gente?

— Parece que la decana hizo la excepción con ella — dijo Nieves —. Usualmente, a estas alturas no se permiten.

— Escuché que se llama Ivy Arenberg, y es hija de una embajadora de Francia.

Los que se habían quedado en silencio, se miraron entre ellos y analizaban la situación; no tenían una buena cara, estaban bastante serios y preocupados.

— Ya verás que entró aquí por pura conveniencia de la decana — dijo Nathalie mientras se sacaba las gafas y las limpiaba con un pequeño trapo —. Todo lo que implique mejorar la imagen y el renombre de este lugar, significa más dinero. 

— Hay algo que no cuadra aquí — dijo Randall, poniendo su mano en el mentón — Jack, comienza a averiguar todo sobre esta chica Arenberg. Tenemos que saberlo todo.

Jack asintió con una cara seria, yendo por su cuenta a investigar a esta chica. Los demás se quedaron aquí.

— ¿No deberíamos decirle que esto es injusto? — dije, para sugerir.

— Después del regalo que le enviamos... ¿crees que es seguro hablarle? No somos suicidas — dijo Randall, con ironía para desmeritar mi sugerencia.

— Pfff, como si hiciera caso a lo que decimos — dijo Nathalie, mientras se cruzaba de brazos —. Es una putísima desgraciada que puede hacer lo que se le dé la maldita gana y cuando le haces lo mismo te arruina la vida.

— No tienes que ser tan grosera, Nathalie — dijo Verónica, mirándola molesta.

Nathalie la miró molesta, pero luego apartó la mirada para no tener que seguir soportando la situación en donde, por puro favoritismo, entró una nueva estudiante. Harumi se quedó callada, un poco nerviosa por la tensión que se estaba formando en el ambiente, pero aun así, prestaba más atención a la llegada de esta nueva estudiante.