Universidad Wallace

Capítulo XI

Cuando la veo cerrando la puerta del edificio del consejo, y alejarse de ahí, la llamo y ella voltea en mi dirección, para comenzar a acercarse.. En mi cabeza, comienzo a dudar de si realmente tendré que aprovecharme de ella, o si le contaré todo, inclusive lo del audio que involucra a la decana y delata su corrupción. Me genera un poco de inquietud ya que no sé si podré confiarle todo en su totalidad, pero por otro lado, me encantaría poder decirle todo, porque a duras penas pude avanzar en esto considerando que ya llevamos varios días en el consejo.

Ella se acerca a mí, un poco dudosa.

― ¿Ocurre algo? ― me preguntó mientras terminaba de guardar sus cuadernos en su bolso ―. Tengo que entrar a otra clase, así que espero que sea rápido e importante lo que tienes que decirme.

― Lo sé, lo siento. Seré breve ― respiré hondo ―. Es sobre el acuerdo que hicimos.

― Continúa.

― Creo que es tiempo de iniciarlo.

Ella se cruza de brazos y me mira de forma desafiante, y a su vez, complacida e interesada.

― Veo que ya comienzas a hablar de lo que me interesa y a mover tus fichas. ¿A qué se debe esta repentina decisión? 

― Nada en especial ― dije, mirando por encima de su hombro, para asegurarme de que ninguno del consejo esté saliendo y justo escuchara la charla ―. Es que creo que hay asuntos que aún no me terminan de convencer, y que es momento de desenterrar el pasado.

― Bueno, es como dicen... nadie se resiste a un carpetazo.

Nos quedamos callados por unos segundos, ella tomó un poco de agua y luego cerró su botella.

― ¿Y por dónde quieres comenzar?  Creo que ya te diste cuenta de que no podemos movernos mucho... Somos nuevos, y si nos movemos de más, podrían sospechar. Tampoco podemos decir nada, ya que los rumores vuelan rápido.

― Ellos son muy astutos y muy cuidadosos con la información, así que tenemos que concurrir normalmente a las reuniones, entender cómo se comunican y, creo que una vez que tenemos eso, podemos llevar una mejor investigación.

Ella asiente con la cabeza.

― Estaré atenta a todo lo que escuche y vea, pero por ahora, tengo que irme a clases. Hoy es un día bastante ajetreado, y luego debo reunirme con Juan para llamar a los trabajadores que se encargarán del invernadero.

Ambos nos saludamos, y mientras ella se alejaba, saqué el teléfono para mirar la hora, y un par de mensajes. No había nada importante, quizás lo que más puedo resaltar es que el profesor de la siguiente clase está enfermo. Era un alivio, porque podía tener un poco más de tiempo para ponerme al día con su clase.

Puse mis manos en los bolsillos, y caminé por el campus, disfrutando un poco del aire fresco. Para ser, más o menos, la 1 de la tarde, o un poco más, aún hacía algo de frío, pero el sol era agradable, y era el clima perfecto para sentarse bajo la sombra de algún árbol y beber algo.

Voy de nuevo a la cafetería, para comprar algo rápido y así irme a mi cuarto para comerlo mientras comienzo con mi investigación. Mi plan es evitar ir al comedor por hoy y aprovechar la ausencia de Ryler, ya que hoy tiene varias clases, sale algo tarde y tengo el tiempo justo para comenzar, por lo menos, con un pequeño esquema.

Una vez que compré un poco de pollo con vegetales, salí y me dirigí al cuarto. Dejé mi mochila en la cama, solo saqué un par de cuadernos y los dejé en el escritorio junto a la comida. Me senté y mientras comía y pensaba, caía en cuenta de que algunas cosas que sabía, se conectaban de a poco.