Salí de la casa y corrí a la mía, me giraba para ver si me seguía y no era así estaba sola, había sobrevivido, no lo creía para nada, mi respiración estaba de una manera que jamas había estado, quería llegar a casa, estaba a unos metros de la entrada, sentía que esos metros eran kilómetros, estaba exhausta, al llegar trate de abrir la puerta pero estaba cerrada con llave, golpee la puerta con ira y mire si había dejado alguna ventana abierta y si, la única que lo estaba era la de mi habitación pero no podía acceder a ella porque estaba entre ese pasillo, camine hasta el patio trasero y logre abrir la puerta de atrás.
Entre, cerré la puerta y me desplome en ella, suspire en el momento de llegar al suelo, estaba a salvo, había sobrevivido a uno de los mejores asesinos, no podía creerlo, mire hacia el frente ida hasta que me levante y camine a mi habitación, al llegar cerré la ventana y me desplome en mi cama, para quedarme profundamente dormida...
La alarma de mi celular comenzó a sonar repetidas veces hasta que la apague, me levante con pesadez pero lo hice, no quería ir al instituto, caminé hasta mi baño para darme un corta ducha, al salir cubrí mi cuerpo con la toalla y camine a mi vestidor, lo abrí y mire mi ropa pensando en que usar, el día se sentía frio, saque unos jeans negros, una sudadera de Batman negra, mis converse negros. Salí de mi vestidor y me dirigí a mi tocador para cepillar mi cabello, me mire al espejo y me veía horrible, mas de lo usual, no era la típica chica de portada de revista, era real, la típica chica que se sentaba a leer en el parque en vez de estar de fiesta, era diferente a cualquier chica de 16 años, no tenia la figura ni la belleza de una chica que tuviera millones de chicos tras de ella, era diferente en todos sentidos, según las chicas era linda pero dentro de mi sabia que no lo era.
Ese alocado cabello castaño no era como el cabello de comercial de shampo, esos grandes ojos azules claro no eran tan lindos como los de las demás, esa pequeña nariz, esas cejas, esas pestañas, esa boca pequeña, esa piel blanca, esa figura que no se acercaba para nada a las de las demás chicas ¨lindas¨, pero para mi era real, no era bonita pero era real. Simplemente real.
Termine de arreglarme, tome mi mochila y me dirigí a la cocina, tome un jugo de manzana y camine hacia la puerta principal, la abrí, salí y cerré con llave, al salir sentí algo inusual, ademas del fuerte viento helado golpear mi rostro, sentía algo diferente. Algo extraño, camine hacia el instituto como todos los días, sin dejar de mirar hacia atrás pues sentía como si alguien me estuviese siguiendo, mis tranquilos pasos comenzaron a volverse mas rápidos cada vez, hasta llegar a casa de Citlali.
Las hojas de los arboles ya casi todas estaban en el suelo, el invierno estaba por llegar, se sentía en el viento helado, no evitaba seguir sintiéndome observada por entre los arboles o arbustos, al llegar a casa de Citlali, toque la puerta varias veces hasta que me abrió ya vestida pero con una cara de muerta viviente, no vite soltar una risa por su cara pero la calle al ver que me miro mal.
-¿Nos vamos?...-dije mirándola conteniendo la risa.
-Ya que...¡Lau!...vayámonos ya...-grito Citlali.
-¡No!...¡no quiero ir!...¡me iré a Narnia!- grito Laura desde la cocina
-Espera...¿¡que te paso en el cuello!?- dijo Citlali tomando mi cuello.
-Es...una larga historia...- dije mirado el suelo.
-¡Laura mueve tu trasero ahora! ¡Nos vamos!...
Salimos de la casa y nos encaminamos al instituto, no sabia como decirles que su amiga por poco y moría masacrada anoche, era algo difícil de digerir, miraba el suelo y asía atrás pues aun sentía esa mirada en mi, jamas me imagine en una situación así y mucho menos sobrevivir a algo así, estaba sorprendida de mi misma, había olvidado por completo la herida que había dejado Jeff en mi cuello anoche.