Llegamos a su casa, la encamine a la puerta y su madre abrió la puerta justo en el momento en que Citlali iba a abrir la puerta, me preguntaba ¿Como era eso?...que alguien te esperara en casa, saber que había alguien ahí esperando por ti y solo por ti, aplique mi don de sonreír al verla, ella me saludo pues me consideraba a mi y a Laura como sus hijas pero para mi no era lo mismo, tras la madre de Citlali estaba su pequeña hermana gritando mi nombre, esa pequeña era linda siempre que iba me abrazaba sin parar era lindo, sentir que al menos le importabas a alguien...
-¡Charlotte! Cuanto tiempo...¿Como estas?- dijo la madre de Citlali sonriente sacándome de mis pensamientos.
-Ayer vine...Señora Mamá...Bien y ¿usted?...-dije sonriendo.
-Muy bien y ¿Ya volvieron tus padres?
-No pero mañana es mi cumpleaños y ellos siempre llegan en mi cumpleaños sin falta...-dije sonriendo.
-¿Te quedas a comer?- dijo la madre de Citlali mirándome mientras Citlali me susurraba que dijera que si.
-En otra ocasión sera...Hasta mañana-dije sonriendo y caminando hacia casa.
Siempre volvía sola a casa, el frio me golpeaba en pecho con fuerza, miraba el suelo pensando en que mañana cumpliría 17 años tanto tiempo y tan poco, tanto tiempo sola y tan corta edad para tanta soledad, esa mirada fija en mi volvió a hacerse presente, comenzaba a acostumbrarme a ello pero la ignoraba a la vez, ya habían pasado once meses desde que mis padres se fueron, no podía creerlo aunque si sumaba todos los meses de todos sus viajes el resultado seria mayor que mi edad, no entendía aun como ellos no captaban que su única hija los necesitaba a ellos no a un teléfono nuevo o un auto de lujo, se que es bueno tener lujos pero era mejor para mi tenerlos conmigo, era duro ver como mi vida era tan miserable, la familia de Citlali y Laura siempre estaba unida, no tenían el carro del año pero estaban juntos sin dudarlo, suspire y continué mi camino a casa el cielo comenzaba a nublarse dejando en día gris como mis emociones, llegue a casa, me detuve frente a ella y la mire como siempre, suspire bajando la mirada y camine asía la puerta.
Entre a la casa, subí a mi habitación, deje la mochila en el suelo, me mire en el espejo antes de salir por la puerta y no tenia idea de a quien estaba viendo, ya no sabia quien era, veía una sombra no a alguien, eso era yo, una triste sombra, desvié la mirada y junto al espejo en la pared había un inmenso mural de fotos que había hecho hacia mucho tiempo, en el había millones de fotos unas mías, unas con las chicas y unas pocas con mis padres, saque la ultima foto del mural y la tome en mis manos, mañana sería un día en el que volverían mis padres y un día en el que se volvería una foto mas, estaba hundida en recuerdos, estaba hundida en esa oscuridad de la que quería salir pero no podía, gritaba pero nadie me escuchaba, no había quien me salvara de mi profunda oscuridad.
Antes no me gustaba esconder lo que sentía pero...descubrí que es lo mejor.
Deje la foto en su lugar, baje a la cocina, abrí el refrigerador, saque las cosas para un emparedado, lo prepare y salí al patio trasero con el emparedado y un jugo de caja, al salir el viento golpeo mi pecho pero no le tome importancia, me subí a mi vieja casa en el árbol y me senté en la puerta de la casita a comer mirando el extenso bosque.
El tiempo y las horas al igual que los minutos pasaron volando con el viento helado, tenia la mirada ida en el bosque, quería no estar sola nunca mas, pero al parecer ese era mi destino, baje de la casa en el árbol y entre a la gran casa, ese inmenso silencio que me rodeaba, tome mi celular y no tenia nada solo un mensaje de Citlali preguntándome si estaba bien, a lo que recurrí a mi don, decir que todo estaba bien cuando no lo estaba, mandé el mensaje a lo que ella contesto que teníamos que hablar iba a contestar pero un golpe en la ventana de atrás me saco de mis pensamientos, deje el teléfono en mi bolsillo y caminé hacia la ventana lentamente y al llegar solo vi una sombra adentrándose en el bosque rápidamente, me desconcertó un poco pero lo ignore como todo, saque mi celular para contestarle a Citlali pero en ese momento ese horrible zumbido volvió a mi, pero esta vez seguido de gritos desgarradores, no soportaba oír eso, mi cabeza me dolía mas que antes, mi vista comenzó a oscurecerse hasta que una oscuridad infinita llego a mi.
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