Capitulo 13.¿Acaso los sedados dicen verdades?

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Juraría que el tiempo se detuvo en ese momento, mi respiración se corto por completo, sentí como algo en mi se rompía lentamente, la horrible sensación de la verdad golpeando mi rostro, las lagrimas no salían y no saldrían esta vez, estaba claro, para ellos estaba muerta desde hacia demasiado tiempo, antes de desaparecer del mapa para ellos era la hija a la cual según ellos ¨amaban demasiado¨ y por eso trabajaban todo el tiempo sin verla ni un segundo, ni siquiera en su cumpleaños después de demasiado tiempo fuera, ahora solo era aquel triste ¨desbastador¨ recuerdo de su pobre hija la cual murió cuyo cuerpo nunca fue encontrado y ni siquiera se dignaron a buscar o permanecer un tiempo en casa tratando de recapacitar el daño que ellos inconscientemente le hicieron, pero no, se largaron pero con sus cosas solamente, no entendía el porque si habían guardado ya todo menos lo mío lo volvieron a dejar como estaba para después irse a quien sabe donde, ya no me importaría estaba decidido, ya no me harían mas daño ahora, dejaría que aquellos terribles males dejaran mi ser por completo, olvidaría que alguna vez tuve una familia por la cual sufría día a día, olvidaría todo, escuche el rechinido de la puerta que se abría mas, me gire aun con mi abrazo mutuo el cual comenzaba a reconfortarme, para encontrarme con aquel chico de permanente sonrisa el cual trataba de derrumbar la barrera de acero impenetrable de mi corazón, me miro con unos que jamas había visto en el, extendió sus brazos en señal de que corriera a ellos, a lo cual no sabía que hacer, ¿Como sabía que estaba aquí? ¿Acaso comprendía lo que me sucedía?, lo mire tratando de contener las malditas lagrimas que querían volver a mis ojos.

-No me dejes colgado...-dijo caminando lentamente asía mi.

Volví mi mirada asía aquellos ojos grises con un toque de azul, el cual no podías apreciar si no los mirabas detenidamente como yo lo hacía todo el tiempo, una maldita lagrima salio de mi ojo derecho, corrió mi mejilla y en menos de lo que pensé los brazos de Jeff rodeaban mi cuerpo, provocando una extraña sensación que en mi vida jamas había sentido, nadie jamas estaba ahí para mi en momentos como esos, aquel cálido abrazo hacía mas lagrimas caer y rodar por mis mejillas, tenía mi rostro metido en el pecho de Jeff en el cual dejaba la mayoría de mis lagrimas mientras el acariciaba mi cabello y mi espalda diciéndome que estaría bien, que todo estaría bien ahora, que ya no podían hacerme mas daño del que ya me habían hecho, sentía su cara en mi cabeza por lo alto que era, en momentos odiaba que el fuese mas alto que yo pero, en este, no lo odiaba para nada, mi respiración se cortaba odiaba en parte que me viera así, derrotada por mi maldito pasado. Seguimos así un largo rato, sentía uno que otro beso en mi cabeza de parte de Jeff, lo cual me reconfortaba mas de lo que me estaba reconfortando, quería que mi pasado dejara de importarme tanto pero había dos razones por las cuales no podía dejarlo atrás. Las dos chicas que querían recuperarme.

-¿Estas bien ahora?...-pregunto Jeff tomando mi barbilla, levantando mi mirada hacía el y secando mis lagrimas con la otra mano.

-Eso creo...-dije sonriendo levemente mientras lo miraba a lo ojos.

Y así fue como la gran barrera cayo y el entro en donde yo no quería que nadie entrara.

Salimos de mi casa y nos adentramos en aquel bosque por el cual comenzaban a verse los pequeños rayos de sol de los cuales ya no estaba tan acostumbrada a ver, llegamos a la cabaña y no evite sentir una mirada fija tras de mi,me gire para encontrarme con aquella oscuridad la cual comenzaba a desaparecer a causa de el sol, y así comenzaba a hacerse mi oscuridad, esta comenzando a ser iluminada por la persona que menos esperaba, por aquella persona que seguía hundida en su propia oscuridad, pero ahora sabia era mi turno de sacarlo de aquel tormento oscuro que lo torturaba día tras día.

-Oye...sobre la montaña...yo...-dijo Jeff rascándose la nuca, ¿estaba apenado acaso?.

-¿Si?

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