Capitulo 10

32 1 0
                                    

Era casi el amanecer cuando se empezaron a escuchar gritos en la sala el joven se sienta muy erguido en la cama, agarrando las mantas contra mi pecho.

–¡Por el amor de Dios, Carolina! –  Mags grita desde afuera –Cálmate.

–No puedo hacerlo. Me voy a volver a casa –  murmura. Hay otro golpe y la puerta de mi habitación tiembla.

–No puedes irte ahora. El se enojara si lo haces – se escucha una puerta abriéndose y la voz de Erick por el pasillo.

Me levanto de la cama y me deslizo hasta la puerta, abriéndola suavemente y en silencio. Los tres están de pie en el pasillo, Mags en bata, su mano en el brazo de mi madre. Lleva una maleta pequeña. Justo detrás de ellos yace un jarrón hecho pedazos. Eso es lo que debe haber sido el accidente. Erick está cruzado de brazos recargado contra una pared observando todo.

–¿Por qué no? ¿Qué diferencia hace honestamente?.

– Lo haces porque ahora tienes tres hijos y un esposo, tus padres ya no están pero sabes lo que les pasará si tú desobedeces sus órdenes y Haymitch no podrá ayudarte siempre – exclamó Erick pasándose una mano con desesperación en el cabello.

April y el se miraron confundidos sin entender nada de lo que pasaba. Finnick ni siquiera entendia ¿Que tenía que ver Haymitch Abernathy en eso?

– Pensé que querías alejarte de los Distritos.

–Lo hice. Pero no puedo. Todavía está aquí, es imposible escapar. No puedo enfrentarlo más.

Mags la agarra de ambos antebrazos con firmeza, como si lo estuviera sujetando – Puedes hacer esto, Carol, te las has arreglado para cosas peores.

–Bueno, tal vez ya no quiero seguir  –Su voz se quiebra – Estoy harto de seguir, harto de salir adelante, harto de arreglármelas. Solo quiero dejarlo ir, dejarlo todo. No hay mucha diferencia en verdad ellos siempre encuentra la manera de atarte de nuevo –  La maleta se le cae de la mano y cae al suelo – Todo es culpa de Caspian por meterles esas ideas Frederick me odia ahora ni siquiera quiere hablarme y el ya sabe toda la verdad de lo que pasó hace doce años – Mags envuelve su brazo alrededor de su hombro y se la lleva, susurrándole con voz maternal.

Estoy a punto de cerrar la puerta y volver a la cama cuando noto que Erick empieza a caminar hacia  a nuestra dirección lanzando maldiciones a todo el mundo y antes que los noten espiando gala a April a su cuarto y  cierra la puerta con un clic.

– ¿Que te pasa mocoso? – exclama molesta soltandose de mi agarre  camina hacia la cama. Se sube a la cama, apoyándose en las almohadas y yo la sigo, sentándome en el borde del colchón.

–¿Crees que se irá? – le pregunto

–Tal vez.

–¿Por qué crees que él... qué pasó? A veces se pone así en casa pero nunca a este grado.

April  deja escapar un suspiro de cansancio – Élla ganó los juegos, eso es lo que pasó.

No entiendo; No sé lo que está diciendo. Simplemente no tiene sentido para mí – ¿Qué?

– Te dan una casa, te dan fama y dinero, te dejan vivir pero te poseen. No creas que al final de esto vas a encontrar la felicidad. Eso no es más que una de sus mentiras. La vida del feliz vencedor  –  son como todo lo demás en los juegos – falsos.

–Como si supieras algo al respecto.

–¡Sé más que tú!

– ¿Pero y si se va?

–Entonces lo siento –  Se cubre las piernas con las mantas y comienza a caminar hacia la salida.

– ¿Por qué te arrepentirías?

Ocaso la historia de Finnick Odiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora