Capitulo 3

54 3 0
                                    

La familia Odiar Wells suele vivir en la mansión del alcalde la cual siempre estaba protegida de agentes de la paz en caso de que en el pueblo haya revueltas hacia el alcalde como a sucedido en Distritos no profesionales que se quejan de las comodidades que reciben. La mansión está en el medio del pueblo pero con su propia playa privada. También tienen la casa de su madre en la aldea de vencedores pero esa nunca la usan más para gravas entrevistas junto a su madre cuando viene gente del Capitolio cómo mensiono Finnick anteriormente.

La casa cuenta con una habitación para cada quien y otra área para el personal de servicio y los vencedores que llegan a quedarse cuando van de visitas o durante su gira de la victoria. Tenía el comedor para doce personas, una sala de estar, otra sala de estar familiar, la oficina de su padre y un cuarto de su madre donde hace su pasatiempo de vencedor. Todo estaba en colores grises, azules y dorados.

Pero a Finnick lo que le encantaba de esa mansión es que su habitación es la que daba a la playa privada y puede disfrutar del mar y el sonido de las olas.

El chico apenas iba llegando a su casa y el rueda los ojos con aburrimiento cuando ve a Flora y a su madre viendo otra telenovela del Capitolio que trata sobre el romance del presidente Snow, la vencedora del Distrito 12 Lucy Gray Bair y la otra vencedora del Distrito 2 su nueva esposa la cual ganó hace varios años Cassiopea Plinth pero aún así parece su hija a su lado pero se miran muy enamorados en televisión aunque prácticamente Cassiopea se ganó el odio de la ciudadanía de Pamen más bien de los Distritos no profesionales porque Lucy Gray hacía justicia por ellos hasta que murió en un accidente de auto cinco años después de traer por primera vez a un vencedor Haymitch Abernathy y el esposo de su hija Effie Snow.

– Hola – saludo cerrando la puerta de casa.

–  ¡Finnick Odair! ¿Qué horas son estás de llegar? No creas que no me di cuenta que anoche no estabas en tu habitación –  le gritó su madre molesta parándose y apuntando con el dedo.

– Solo salí a pensar a la playa –  mintió el aunque no era de todo mentida y el miro molesto a Flora la cual trataba de contener su risa por su mentirá.

– Si así le dicen ahora – se burló la menor de los Odair.

La vencedora se giro a ver a su hija menor por lo que dijo –  ¿Tu que sabes de eso Flora?

– Te juro que yo no sé nada madre yo estaba con Annie anoche en su casa –  exclamó ella poniendo esa mirada de cachorro con la que siempre se sale con la suya.

Ante esa respuesta de su hija se giro de manera amenazadora hacia su hijo del medio con los brazos cruzados.

– Más te vale que no estuvieras con chicas en el muelle te recuerdo que no somos cualquier familia del Distrito y tenemos que mantener una reputación buena para el Capitolio –  recalcó su madre viéndolo fijamente.

– Te juro que soy inocente de todo lo que me acusen – exclamó Finnick alzando los brazos en forma de rendición y su madre agarro un trapo que había en la mesa de te y le dio en el hombro.

Finnick se sobo el brazo si le había dolido.

– ¿Ah, sí? – dice fingiendo estar enfadada –  Pues deja de estar de playboy con las chicas del Distrito Frederick no me daba esos problemas cuando tenía tu edad.

Y ahi va otra vez lo que le molestaba que todos los comparen con su hermano mayor pero ya verán algún día Finnick les demostraría que era mejor. Ni siquiera Finnick entendía porque todo lo relacionado con su hermano mayor lo molestaba últimamente quizás si sean celos de hermano pero nunca lo admitiría con alguien más tenía una dignidad y reputación que mantener.

Ocaso la historia de Finnick Odiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora