Capitulo 23

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Bajo el cielo teñido de tonos cálidos, la brisa acariciaba la arena dorada mientras ella caminaba hacia la orilla. El murmullo del mar acompañaba sus pasos, y allí, entre las olas, él la esperaba con una mirada llena de complicidad.

Ella sonreía, reflejando la serenidad del ocaso, y sus ojos se encontraron en un instante lleno de significado. Se detuvieron cerca del agua, donde las olas juguetonas besaban la costa.

–¿Recuerdas cuando éramos solo dos desconocidos bajo este mismo sol? – preguntó ella, con una mezcla de nostalgia y ternura.

Él asintió, recordando aquel primer encuentro que marcó el inicio de su historia. Juntos observaron cómo el sol descendía lentamente, tiñendo el cielo con tonos naranjas y rosados.

– El tiempo nos ha llevado por mareas altas y bajas, pero siempre regresamos a este lugar, ¿verdad? – comentó él, entrelazando sus dedos con los de ella.

No había nadie más en esa playa a parte de ellos dos. La conexión entre ambos se fortalecía con el sonido constante de las olas.

–Aquí, entre la arena y el mar, encontramos nuestro refugio – susurró Annie mientras su cabello pelirrojo se movia por el viento – ¿Te duele?

Finnick sabía que se refería a los golpes – No después de estar en la arena estos golpes no significa nada para mí.

Para desgracia de Finnick la escolta mando demasiado rápido las cremas que Erick le pidió para el rostro sus amigos si la usaron, pero el prefirió dejarlo para recordatorio que el Distrito 4 ya no era más su lugar seguro. Su madre casi se infarta cuando le dice su decisión pero los golpes desaparecen rápido debido a que se trataron a tiempo.

–¿Así que te irás pronto de nuevo? – Pregunto la pelirroja con la voz triste.

–No estoy seguro –Respondió Finnick – Delancy y mi equipo vendrán dentro de tres días para una entrevista y dentro de unas semanas después empezará la gira de la victoria.

Annie fingió una sonrisa ante lo dicho a ella no le agrada mucho la decisión que Finnick tomo de ser vencedor, pero no sé atrevía decircelo.

–No quiero que te vayas, no de nuevo – Dijo ella con una mueca de tristeza.

–Regresaré más rápido de lo que pienses y entonces podemos estar juntos de nuevo –dice el acercando una mano a la mejilla de la chica acariciándola – Después de la gira de la victoria nada impedirá que estemos juntos, ni siquiera tu padre.

– Finnick...... Yo

Antes de que Annie pudiera preguntar algo más, el chico la beso con desesperación tomando su rostro entre sus manos y ella se congelo por un momento pero al final le devolvió el beso poniendo una mano en los brazos de Finnick. Quería hacer que Annie se olvide de lo que iba a preguntarle después porque el no sería capaz de contestarle.

Una parte de aquellos jóvenes enamorados sentían que sería la última vez que estarían juntos tranquilamente por lo menos Finnick así lo sabría regresaron de la gira de la victoria tendría que concentrarse en su relación falsa y no podrá estar con Annie.

La marea testigo de su amor continuaba su danza, llevándose consigo las huellas de sus historias entrelazadas. En la playa, bajo el cielo en constante cambio, la pareja compartía un momento eterno en la suave sinfonía del ocaso.

Lo que no sabía ningúno de los dos que aquel sería el último beso que se darían.

*******

A la mañana siguiente, entre destellos de luces y vitrinas elegantes, Finnick caminaba por la joyería exclusiva, cautivado por el brillo de las gemas. La suave música de fondo creaba un ambiente refinado mientras exploraba meticulosamente cada pieza expuesta. El hombre no lo perdida de vista al saber que se trataba del nuevo vencedor y el consentido del Capítolio.

Ocaso la historia de Finnick Odiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora