Capítulo 7

25 2 0
                                    

Luego del desfile Carolina se encuentra buscando a Haymitch ellos son viejos amigos y necesitaba un favor de su parte. En su tiempo tuvieron sus encuentros cuando tenían sus malos ratos como vencedores. Ningún vencedor le era completamente fiel a su pareja, pero lo que pasa entre vencedores se queda entre vencedores.

Entra al bar, pide un martini y se sienta a su lado. Haymitch se esconde en su vaso de cerveza, esperando a que Chaff llegue de una vez por todas. Sabe para que lo busca la mujer y no quiere más problemas con Snow.

– Al fin te encuentro sólo – dice ella quitando la aceituna de su copa con el palillo. Haymitch no dice nada, se limita a darle otro sorbo a su tarro ya estrellarlo en la mesa con fuerza. Un poco de cerveza salpica el vestido de seda de Carolina y ella parece querer lanzársele a la yugular.

– Que lo intente —piensa Haymitch—  Así tendré una excusa para golpearla.

– Eres un animal – masculla con los dientes apretados, limpiando con una servilleta. Pero en un segundo relaja la cara.

Haymitch no puede evitar levantar la ceja y mirarla con incredulidad – No decías eso antes.

– Eso fue un error ambos estávamos borrachos y lo que paso nunca debió serlo.

– ¿Qué diria el alcalde Odair si supiera todo lo que haces a sus espaldas? –  pregunta tomando otro trago de cerveza, incómodo por todas las miradas que los comensales le dirigen ahora que está con un Vencedor importante.

– Seguramente me comprendería  —dice ella encogiéndose de hombros – Pero no puedo decir lo mismo de Effie que tiene más cuernos que un alcé – agrega – Ella sabe de tus encuentros con las otra vencedoras que tú pagas para ver a Cashmare o la veces que has tapado las cosas que Persephone le hace a su padre.

– ¿Disculpa? – Haymitch entrecierra los ojos. Su problema con Carolina era el mismo que tenían todos los Vencedores de los Distritos pobres con los Vencedores Profesionales y su nula atracción hacia ella no tenía nada que ver con sus preferencias sexuales muchas gracias. Ella parece leerle el pensamiento y suspira con un pesar tan genuino que Haymitch casi le cree  – Lo de Cashmare es un favor que Gloss me pidió no lo hago porque me plazca lo hago porque me parece asqueroso lo que Snow hace con ellos dos al obligarlos ya sabes que cosa y solo lo hago para que no lo pase peor con otros ciudadanos del Capitolio y Persephone no puedo evitar ver reflejado mi historia en ella ya que al inicio me vi obligado a estar con Effie y es lo mismo que Snow está haciendo con ella a pesar de que tiene diecinueve.

– Escucha Haymitch, necesito un favor y ya me cansé de estar jugando al gato y al ratón – Carolina  a penas mueve los labios al decir esto, y se pasa una mano por el cabello con un enorme ademán, efectivamente tapándose la boca para que los curiosos no sepan de lo que hablan. Es entonces cuando Haymitch sabe que Carolina está metida en un lío, y uno gordo, o jamás habrá recurrido a él.

– ¿En qué lío estás metida? ¿Ella tiene que ver con eso? – pregunta con preocupación.

Hace años Haymitch cometió el peor error que pudo ser. Cuando por fin las cosas con Effie estaba bien y se estaba empezando a enamorar de verdad de ella. La estaban presionando para que lo dejara y se reencontró con un ex novio evidentemente Haymitch explotó y una noche se emborracho con Carolina la cual también estaba pasando una mala racha en ese entonces. Y lo último que recuerda es amanecer con ella en la cama desnudos. Y el resto es historia.

Ocaso la historia de Finnick Odiar Donde viven las historias. Descúbrelo ahora