𝟏-𝟔

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—No me chilles en el oído, estoy siendo cuidadosa—, alegó en voz baja. Sus brazos abiertamente extendidos a cada lado de su cuerpo en un pobre intento por mantener el equilibrio. 

La tierra bajo sus pies estaba muy suelta, y no tenía de qué sostenerse. Hacia su derecha solo había una caída inminente hacia el mar, seguramente plagado de tiburones.

Avanzaba a pasos lentos repitiéndose constantemente que ya solo faltaban unos metros, a modo de motivación.

Y resultaba casi gracioso que se estuviera poniendo en peligro al cruzar por ese camino para poderse ver con un villano -quien irónicamente, aseguraba que no le haría daño.

Al final de aquel tramo, por fin se halló frente al enorme barco.

Nunca antes había visto uno, mucho menos un barco pirata. Así que se tomó su tiempo para apreciarlo.

La madera era oscura, y era realmente grande. El lugar lucía imponente, casi aterrador.

Y si no hubiese sido el mismo Harry Hook quien le pidió ir, Jade ni en un millón de años se habría acercado siquiera.

Un nuevo squeek llegó a sus oídos, sacándola de su trance. Miró a Angus y luego, de regreso al barco.

No hablaba Roedor, pero sabía que Angus le reclamaba sobre el cómo planeaba subir a la nave.

Porque en frente suyo no había nada conectando la tierra firme y el barco. Entre ambos solo había una aterradora caída al mar oscuro y plagado de tiburones.

Tendría que saltar.

Maldijo por lo bajo, dando algunos pasos hacia atrás, tomando impulso. Corrió y por fin saltó.

Con un estruendo seco cayó dentro del barco -apenas.

Respiró con fuerza, llenando sus pulmones de aire otra vez, pues la caída la había sacado la respiración. Se levantó con algo de esfuerzo y miró alrededor.

Caminó algunos pasos -revisando que Angus estuviera bien- si su memoria no le fallaba, se dirigía a la proa.

Estaba todo en absoluta soledad, ni un alma a la vista.

Subió unos escalones y se acercó al borde, sosteniéndose de la baranda para mirar hacia abajo. La brisa marina se sentía completamente diferente; y de igual forma se sentía distinto a la brisa en Auradon.

Ahí el viento apenas era perceptible, y tenía un gusto salado, ni siquiera resultaba refrescante.

En Auradon la brisa era amena, movía su cabello en todas direcciones, desordenándolo; era refrescante desde el día más caluroso hasta el día más frío.

Y sintió su estómago retorcerse ante la idea que sus pensamientos formaron en su cabeza.

Muchas de esas personas no conocían lo que era la libertad. Casi todos niños, o jóvenes, no sabían lo que era la agradable brisa en un día caluroso de verano. Y, muy a su pesar, quizás muchas de esas personas no podrían llegar a conocerla.

Sintió algo presionarse en su espalda, era filoso, lo sabía porque dolía en su columna. Su corazón se saltó un latido debido al susto.

—Qué crees que haces, basura.

Se sintió palidecer en ese mismo instante; y alzó sus manos en señal de rendición. Giró lentamente solo para hallar a cierto azabache que ya conocía.

Volvió a respirar con normalidad y soltó un suspiro de alivio.

—Qué susto me diste—, llevó una mano a su pecho, sintiendo los latidos desbocados de su corazón bajar su ritmo a uno más normal.

Jade || Harry Hook [Descendientes]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora