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—Que no quiero.—Dije cruzado de brazos. Habían pasado algunos días desde mi incidente escolar, aún no había hablado con Wendy, sinceramente me daba miedo. No sabría qué decir y aún me sentía culpable de casi acostarme con su novio. Por otro lado, Kenny y yo nos habíamos hecho algo cercanos desde el día que nos vimos en el baño. Era divertido juntarme con él, aunque mis padres no aprobaran su "estilo de vida". 

—No podés perderte tu primera fiesta.—Respondió Kenny insistente. —Ojalá fuera tú para tener a todas esas chicas detrás de mí, imagínate lo que será si vas.— Dijo risueño. 

—Ya te dije, que seas un pajero no significa que todos lo sean.—Conteste molesto. No era la primera vez que Kenny mencionaba aquel aspecto de mi reciente popularidad. En una situación más normal, le seguiría el juego y probablemente ya me habría acostado con alguna chica. Pero al pensar en aquellas acciones, la cara decepcionada de mi prima aparecía en mi mente, haciendo que cualquier deseo desapareciese. 

—Hazlo por mí, que será aburrido sin ti.—Hablo kenny como último recurso. Suspire poniendo mis ojos en blanco y cambie mi expresión molesta.

—Ambos sabemos que es mentira, pero iré si me haces un favor.—Respondí algo pícaro. Sabía que Kenny formaba parte del grupo donde se encontraba cartman, algo que podría servir. 

—No eres mi tipo, prefiero los rubios.—Hablo burlándose. Rodé los ojos algo divertido y golpeé su hombro algo amistosamente.

—¿Y por qué no? Soy bastante bonito, sabes?—Dije ente un tono burlón y ofendido. ¿Por qué no era su tipo? Podría serlo si quisiera, estoy seguro. 

—Sí, lo eres, pero para una mujer.—Respondió analizando mis facciones. 

—¿Qué mierda se supone que significa eso?—Volví a cruzarme de brazos conservando mi orgullo. Kenny comenzó a reír, desconcertándome levemente. Suspire malhumorado y me recosté en mi cama, tratando de ignorar su comentario.

—Olvídalo.—Hablo riendo. —La fiesta es este viernes. Nos vemos allá, iría contigo, pero se supone que no somos amigos.—Dijo mientras se preparaba para irse. Era cierto que tanto Kenny como yo habías decidido no ser amigos públicamente, ya que su grupo de amigos y yo no nos llevábamos muy bien.

—Como si quisiera ir contigo, que asco que me vean con un pobre.—Comente sarcástico. 

(...)

La mañana del viernes había llegado. El clima no favorecía la ocasión, la abundante lluvia era notable, el ruido que dejaba esta al impactar en la ventana era algo molesto. La mayoría de los alumnos se veían algo deprimidos, algo que acompañaba la neblina.  

Camine hacia mi casillero ignorando la deprimente aura del día. Al llega, un pequeño grito a mi lado me exalto levemente. Un chico rubio (que no notado visto antes) había golpeado su casillero algo frustrado. 

—¿Necesitas ayuda?—Pregunte al ver su notable estrés. El rubio me miro algo extrañado, se detuvo a analizar nervioso mi cara. 

—Esta bloqueado—Respondió devolviendo su vista al casillero. Me acerqué un poco más a la taquilla y suavemente la tire hacia mía, haciendo que esta se abra. 

—Estabas tirando muy fuerte.—Sonreí amablemente. 

—¡Ah! Gracias...—Respondió tímido, correspondiendo mi sonrisa. Antes de que pudiera responder, un chico de aspecto conocido se acercó. Era algo bajo a comparación del rubio, su tez era algo morena y sus cabellos negros se escapaban de su azul gorro. 

ONE LAST KISS | Stan Marsh °Donde viven las historias. Descúbrelo ahora