Advertencia:
Autora: Katsumiis
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El chico de cabellos rizados miraba con detenimiento desde que vio a su mujer hablando con otro hombre, riendo de vez en cuanto.
- Bien señores, las ventas empiezan ahora. - Anuncio un hombre desde un altavoz. La mujer al escucharlo se despidió secamente del hombre, caminando hacia su hombre.
- ¿Cual vas a comprar? - Pregunto con curiosidad la chica al ver a su marido observando algunas imágenes de los lugares.
- Que tal si le pides alguna propiedad a tu nuevo amigo. - Dijo serio a lo cual la chica suspiro.
- Edward Munson, ¿que voy a hacer contigo? - Rio.
- T/N Munson, ¿que piensas hacer conmigo? - La tomo de la cintura, acercandola a el con una sonrisa.
- Besarte es una de ellas. - Lo acerco a ella, uniendo sus labios en un juguetón beso.
- Señor, ya empezaron. - Dijo el asistente del hombre.
- Ya vamos a ir. - Dijo el hombre separándose un poco de su mujer antes de volver a besarla.
- Amor, vamos, quiero ver lo que hacen. - Dijo la mujer separándose de el y empezando a caminar hacia donde se hacen las ventas.
- Este es un solar, grande y muy lujoso. - Dijo el hombre antes de dar la ubicación y los beneficios de esta.
- ¿Te gusta? - Pregunto el hombre a su mujer pero ella negó.
- Se ve aburrido y encima esta muy cerca de la carretera, una carretera muy transitada por camiones. - Respondió ella agarrando la mano de su esposo antes de ambos escuchar las propuestas de algunas personas hasta que fue vendido.
- La siguiente es una gran casa, de tres pisos, un gran pateo y muchas comodidades. - Siguió explicando aquel hombre.
- Se ve lindo. - Comento en voz baja la mujer.
- Lo compro si gustas. - Dijo el acariciando su mano.
- Deja las apuestas. - Dijo la chica riendo. - Compra la otra cosa, es más grande. - Le dijo ella a lo cual el rie.
- No entiendo tu fascinación por las casas grandes. - Le comento, pasando su mano por su mejilla.
- Me hacen sentir libre y de pequeña me hubiera gustado tener una casa grande. - Le respondió ella con una sonrisa inocente.
- Bien, cumplire tu capricho. - Respondió el antes de suspirar y esperar a que comenzara la venta de la casa.
- No es capricho. - Susurro ella. - A los niños le puede gustar y podríamos adoptar a una mascota, como ellos tanto quieren.
- Los "niños" tiene 28 años, los dos. Ya deberían irse a vivir solos. - Le susurro. - Quiero una casa para mi mujer, mis hijos y yo, no esos "niños" mal educados. - La mujer rio antes de apretar su mano.
- La siguiente casa que venderemos es... Esta, queda en el centro de la cuidad, es de tres pisos, dos habitaciones principales, nueve habitacion y tres de huespedes, 7 baños en total, garaje para dos a 3 autos, sala y cocina gigantes. - Dijo el, antes se seguir describiendo la casa y dar la ubicación.
- Te lo dije, es más grande.- Dijo victoriosa la mujer antes de acercarse al asistente del hombre.
- ¡Señor Wilson! Por fin lo veo participar. - Dijo con gran alegría aquel hombre. - Y se vende, a la una... A las dos.. - Su cuenta regresiva fue interrumpida por una propuesta más grande.
- ¡Vendido al señor Munson! - Exclamo el hombre luego de unos segundos, a lo cual el hombre sonrió victorioso.
- Ve por los papeles. - Ordeno el hombre al su asistente, a lo cual el chico se puso de pie y se retiro.
- Gracias amor. - Le susurro la mujer, dando un cálido beso en su mejilla.
- Espero compensación de esto. - Susurro a la mujer, quien rio.
- Besos es lo único que doy.
- Eso no decias el otro día. - La mujer le dio un golpe en el brazo con su codo.
- De eso no se habla. - Le dijo ella, con un leve sonrojo en su rostro.
- Amor, los chicos quieren ir a ver la casa. - La chica se meció suavemente abrazando el brazo del hombre.
- Pero no, no van a ir. Les daré esta casa para que vivan y nos mudaremos a la otra. - Le dijo el hombre tomándola de la cintura y acercándola a el.
- ¿No pueden ir a ver la casa? - Pregunto la mujer pasando su mano por su pecho hacia su rostro.
- No, se quedaran un día, luego otro, luego otro hasta quedarse a vivir en la casa. - Le dijo el hombre antes de darle un beso en la mejilla. - Las maletas ya estan en el coche, solo falta que venga la mudanza para que lleven las cosas más pesadas. - Le dijo antes de darle otro beso pero esta vez en la otra mejilla.
- Me gustaria adaptar uno de los cuartos para mi estudio. - Le dijo bateando las pestañas con suavidad.
- Puedes hacer lo que quieras con la casa, pintarla, decorarla, de todo a tu gusto. - Le dijo el hombre, pasando a su cuello, besando con suavidad algunas partes de el.
- Pero necesitaria ayuda.
- No van a ir.
- No me refiero a los chicos, si no a un pequeño ayudante. - El hombre detuvo sus besos antes de reír.
- En otra ocasión te ayudara algún pequeño ayudante. - Dijo.
- Señor, señora, lamento interrumpir pero llego la mudanza. - Dijo tímidamente una señora.
- Esta bien Greta, iremos enseguida. - Dijo el hombre con una suave sonrisa. - Volveré pronto. - Le dijo a su mujer antes de retirarse.
- Un auto vendrá mañana por ti y tu equipaje. - Le dijo la mujer.
- ¿Me llevara...? - Fue interrumpida.
- No, te compre una casa para que vivas con tu hija, te pegare 30mil dolares al mes para comida y la escuela de tu hija, los demas gastos yo los pagare. - Respondió ella con una sonrisa a lo cual la mujer sonrió. - Ve empacando para que estés lista. - Camino hacia la salida, llegando hasta donde estaba su marido.
- Vamos amigo, solo iremos a ver la casa. - Trato de convencerlo un joven castaño.
- Ya les dije que no, ustedes dos son paracitos, no permitiré que se queden. - Les dijo con seriedad y molestia.
- Amor, no les hables así. - Les dijo aquella mujer, tomándolo del brazo y llevándoselo.
- Señora Munson, aqui estan los papeles y las llaves de la casa. - Le dijo el asistente de su marido.
- Gracias, tomate el resto del día como descanso. - Dijo con una sonrisa tomando los papeles y las llaves.
- ¿Que casa? - Pregunto curioso el hombre.
- Le compre una casa pequeña a Greta para que viva con su hija, así no se la pase alejada de ella. - Le explico al hombre, sonriendo.
- Que amable. - Sonrió el hombre. - Tenemos que irnos. - La tomo de la cintura, caminando hacia la salida de la mansión.
- ¿No podemos ir el otro mes a ver la casa? - Pregunto el azabache con una leve sonrisa.
- No. Hasta que pase un año, mínimo. - La pareja salio siendo seguida por los chicos, quienes rogaban. - Sube tu primero. - Le dijo a su mujer parándose frente a los chicos.
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My girl [One-Shots Eddie Munson y Joseph Quinn]
FanfictionContenido +18 ✈ Amor ✈ Romance ✈ Coqueteo ✈Caricias