"Gangster" - Joseph Quinn P.T2

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Advertencia: Insultos

Autora: Katsumiis

꙰ૈ☆

Te despertaste aquella mañana por tu despertaron, sobre saltada. Habías tenido una pesadilla horrible la noche anterior. Te levantaste de un salto y corriste hasta el baño, para darte una ducha rápida. Luego de eso, te cambiaste, poniendote una camisa blanca manga larga, unos pantalones color beige y unos tenis blancos igualmente. Tomaste tu mochila, teléfono y auriculares pero cuando ibas a salir un aroma dulce llego a tu nariz y pensaste, ¿lo de anoche fue realmente un sueño? 

Miraste el registro de llamadas y viste las distintas llamadas de Camille. Corriste al baño y miraste que no en la canasta no estaba tu pijama de primero si no la ropa que usaste el día anterior.

—¿No fue un sueño...? — Preguntaste a ti misma con miedo. Caminaste hasta la puerta y la abriste lentamente. Con terror, caminaste hasta la cocina, viéndolo de espaldas.

— Buenos días cariño. — Te saludo el con una suave sonrisa en el rostro. — Se que compras algo para desayunar en camino a la universidad pero ahora en adelante, no más. Yo te preparare el desayuno. — Dijo el, entregandote un plato con panqueques, decorado con distintos frutos rojos y chocolate. — Se que te gusta, anda. Come. — Dijo mientras caminaba al refrigerador en busca de jugo de naranja.

— No puedo, llegare tarde. — Dijiste con seriedad, viendolo.

— Oh, por eso no te preocupes. Yo te llevare, mi auto esta en tu cochera. — Dijo con una sonrisa mientras cerraba el refrigerador y ahora buscando un vaso.

— ¡No!, no. Estoy bien así, me gusta caminar, hoy ire con Camille. — Dijiste antes de tomar una fresa y llevartela a la boca. — Igual, gracias por el desayuno, lo comeré cuando vuelva. —Dijiste intentando irte pero el te detuvo, haciendo que te sentaras en una silla.

— Recuerdo que me regañas por no desayunar, ahora es mi turno. — Dijo con una sonrisa cálida en su rostro mientras tomaba asiento en frente de ti y colocaba el plato, igualmente, en frente de ti. — Yo te ire a buscar entonces, se que hoy no trabajas. — Dijo el.

— ¿Me estuviste acosando? —Preguntaste con indignación.

— Investigando, realmente. ¿Como piensas que dejare que mi novia así como así? — Pregunto con ironía antes de reírse. — Si no comes, ahí si llegaras tarde. — Dijo con una sonrisa sin parar de verte. De mala gana empezaste a comer, sin apartar la mirada de el. El lugar estaba tenso pero tranquilo.



— ¡Hannah! — Luego de salir de tu hogar y caminar unas cuantas cuadras más adelante te encontraste con Camille, quien saltaba de felicidad.

— Hola Camille.— La saludaste con tranquilidad, caminando junto a ella pero al ver que ella no empezó a hablar la volteaste a ver confundida. — ¿Pasa algo? — Preguntaste confundida.

— ¿Y? ¿Como lo conociste?— Pregunto con emoción, tomando tus manos y dando saltitos mientras camina. Al principio la miraste raro hasta que recordaste de lo que estaba hablando.

—Oh... — Te reiste nerviosamente. — Lo conocí en... En la cafetería. — Dijiste, inventandote una excusa barata.

— ¿Era aquel chico argentino que te dio su numero? — Pregunto con emociona.

— No, el fue el día que faltaste. — Ella refunfuño y se cruzo de brazos.

— ¿Y porque no ha vuelto? — Pregunto ella.

— Viaja mucho, su trabajo es de... Promocionar productos así que le toca viajar para hacer comerciales. — Explicaste con una sonrisa nerviosa pero ella pareció convencida. Ambas se pararon para esperar al bus, mientras llegaba, Camille empezó a contarte sobre como hablo con aquel chico, notando su sonrisa risueña y lo feliz que estaba.


Ya estabas por salir hacia la parada de auto bus para ir a algún lugar, cafetería, librería, etc, junto a Camille, para hacer sus tareas pero al salir lo ves, parada al lado de un auto lujoso y observando como una chica intenta llamar su atención pero es en vano.

— Mira a ese hombre... Que guapo es y se ve que- — No la dejaste terminar cuando la jalaste con fuerza para que empezaran a caminar hacia otro lado. — ¿Si lo viste? Dios, yo dejaria todo y mire iría con el.... — Dijo con una sonrisa mientras mordía su labio.

— Oh, si supieras como realmente es, te lo digo, harías lo que fuera para escapar. — Dijiste a lo cual Camille se detuvo en seco y te miro.

— Parece que lo conoces... — Dijo ella, con los ojos entre cerrados mientras se acercaba a ti.

— No, claro que- — Su oración fue interrumpida por algo, bueno, alguien. 

— Buenas tardes señoritas. — Saludo aquel hombre con una sonrisa antes de girar a verte.

— Oh, Hola. — Saludo Camille con un leve sonrojo en su rostro mientras abrazaba tu brazo.

— ¿Camille, cierto? — Pregunto a lo cual la chica se emociono y asintió frenéticamente. — Es un gusto, Hannah me ha hablado mucho de ti. — Dijo, extendiendo su mano hacia la chica.

— ¿Así que si se conocen? — Pregunto levantando las cejas mientras te observaba.

— ¿Y como no? Ella es mi novia. — Dijo con una sonrisa mientras se acercaba a ti, abrazandote por los hombres. — ¿Verdad, cariño? — Pregunto. Ciertamente extrañabas cuando su voz te decía "cariño" o "amor" pero aun tenias miedo de todo en lo que el esta involucrado.

— Si. — Dijiste con una leve sonrisa.

¡Entonces es el! — Exclamo con felicidad antes de dar algunos brinquitos de felicidad. — Entonces, los dejo para que disfruten su tarde. Adios Hannah, nos vemos mañana. — Dijo antes de despedirse de ti con su característico beso en la mejilla.

— Escríbeme cuando llegues.— Le dijiste con suavidad a lo cual ella asintió y se fue.

— Bien, ¿donde te gustaria ir? — Pregunto el mientras daba media vuelta y caminaban hacia aquel auto lujoso.

— A mi casa. — Dijiste con seriedad, abrazándote a ti misma.

— ¿No quieres ir a algun salon o restaurante? — Negaste con la cabeza antes de voltear a verlo y sonreírle con suavidad. — ¿Te sientes bien? — Pregunto con preocupación, besando tu frente.

— Sabes lo que pasa, Quinn. — Dices a lo cual suspira y te sonríe cálidamente.

— Prometo hacer todo lo posible para no involucrarte en nada peligroso. — Te susurro con suavidad antes de besar tu mejilla. — ¿Si? No tengas miedo. — Dijo, acercándose hacia la puerta del auto, abriendola y dejándote entrar.



En otra parte, en aquel mismo momento. Dos hombres observaban aquella escena con una sonrisa en sus rostros antes de mirarse mutuamente.

— ¿Tienes su horario? — Pregunto el mas alto de ambos.

— Si, mañana sale hasta las ocho. — Dijo con una sonrisa.

— Hay que dejarlos un tiempo tranquilos... Luego empezamos. — Dijeron antes de reír suavemente, caminando en dirección contraria donde el auto, donde ibas.

My girl [One-Shots Eddie Munson y Joseph Quinn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora