My girl [One-Shots Eddie Munson y Joseph Quinn]

"Rain."

Advertencia:

Autora: Katsumiis

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Las calles de aquel pequeño pueblo eran solitarias y frías por la gran tormenta que azotaba los techos de las casas. Los truenos no faltaban, eran agresivos y fuertes, y, sumando el gran ruido de la lluvia rabiosa, no era muy agradable para ti. Le tenias pánico a estas lluvias y siempre te quedabas en tu habitación, cubriéndote con las sabanas y abrazando algo. Tu novio sabia eso y siempre se preocupaba por ti, llamaba de vez en cuando durante esas lluvias para asegurarse que estuvieras bien pero, en esa ocasión, estabas sola, sin energía y la señal fallaba. Todo una pesadilla.

Te aferraste a tu almohada mientras le rezabas a todos los dioses que conocías para que la lluvia terminara pronto cuando escuchas el timbre de tu hogar. Rápidamente te pones de pie, corriendo a la puerta y mirando por el ojo, observando a tu novio, empapado, parado.

— ¡Eddie! — Exclamaste con una pequeña sonrisa aliviada y unos ojos iluminados antes de sentir los brazos de tu novio al rededor de ti, dándote un cálido abrazo.

— ¿Estas bien, mi niña? ¿No te sentiste asustada? — Se miraba genuinamente preocupado por ti, acariciando de una manera dulce y suave tu rostro.

— Yo... — No terminaste la frase cuando un gran estruendo se oyera a los lejos, sobre saltándote. Tu novio reaccionó a los segundos, atrayendote hacia el.

— Puedo quedarme si te sientes sola o con miedo... — Le susurro con dulzura y cariño. Eddie siempre fue un chico cariñoso y amable contigo, dispuesto a sacrificar muchas cosas por ti. Te amaba y tu lo amabas a el, eran una pareja tan pura y dulce que, hasta la pareja más popular del bachillerato los envidiaba. Obvio, tuvieron sus malos entendidos como cualquier relación pero nunca se llevo a la agresión o insultos, siempre en paz y armonía.

— Por favor... No soporto ese ruido de los truenos... — Dices. Lo empujas hacia dentro, cerrando la puerta con seguro antes de que ambos fueran a tu habitación. Le diste toallas, para que se secara, lo mandaste a darse una ducha, para que no se resfriara, y ropa limpia y seca, de tu padre

— Realmente me preocupe por ti cuando empezó a llover... — Tu susurro con suavidad mientras se abrazaban. — Más cuando me acorde que me habías dicho que hoy ibas a quedarte sola... Tuve que venir lo más rápido posible. — El acaricio tu cabello con gentileza antes de besar tus labios.

— Eres el mejor, amor... No se que haría sin ti. — Le susurraste en respuestas, acomodándote entre sus brazos.

— Ya van a ser 4 años, y los que faltan.

— Y los que faltan. — Ambos soltaron algunas risitas llenas de amor y cariño antes de suspirar. — ¿Podemos acostarnos? — Le preguntas, acariciando sus manos.

— Todo lo que quiera mi princesa hermosa. — El junto sus manos en tus mejillas antes de darte un beso en los labios.