"Gangster." - Joseph Quinn

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Advertencia: Insultos.

Aclaración: Cuando las palabras estén en negritas (Hola) es que se habla otro idioma.

Autora: Katsumiis

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Estabas completamente feliz y tranquila en tu nueva vida lejos del peligro. Tuviste una relacion con un chico amable, lindo, detallista pero al darte cuenta de como era su estilo de vida, sabias que eso no era lo que quieras para ti, para tu futuro, así que, en una decisión difícil lo terminaste y tuviste que huir de el. Cambiaste de nombre, ahora vives en Canadá, donde estudias en la universidad y trabajas como mesera en una pequeña cafetería.

Ya era de noche y tu turno ya había terminado. Tomaste tus cosas con tranquilidad y empezaste tu trayecto a casa junto con una nueva amiga francesa que conociste en la universidad y casualmente trabajaba contigo.

— ¡Hoy estuvo increíble! — Exclamo ella con su acento francés mientras daba una vuelta. — El me hablo, ¡por fin! y quedamos en vernos el fin de semana para estudiar. — Menciono con emoción antes de chillar.

— ¡Eso es increíble, Camille! — La felicitaste con una gran sonrisa mientras abrazabas su brazo.

— ¡Lo se! Por fin podre conocerlo mejor. — Un suspiro enamorado salio de sus labios antes de que ambas riera. — Es una pena que no vivamos juntas, así te contaría toda la conversación en persona. — Dijo ella a lo cual asentiste.

— Pero para eso existen los celulares y whatsapp. Escríbeme y cuéntamelo todo.— Le dijiste a lo cual ella asintió, deteniéndose.

— ¿Que tal pijamada virtual? — Pregunto con una sonrisa. — Así también podemos hacer las tareas mientras hablamos. — Lo pensaste por unos segundos hasta que asentiste. — ¡Te adoro, Hannah! Te conozco desde hace unos meses pero siento que nos conocemos de toda la vida. — Menciono ella, abrazándote con fuerza y riendo.

— Si, la verdad me siento igual contigo. Tambien te adoro. —Le diste un suave beso en la mejilla en forma de despedida. — Prometeme que me escribirás cuando llegues. — Le dijiste mientras tomabas sus manos.

— Claro que lo hare, tu prometeme lo mismo. — Pidió ella.

— Tambien lo hare y estaré lista para que me cuentas cada minúsculo detalle. — Ambas rieron emocionadas antes de despedirse, yéndose por diferentes direcciones. Ibas tarareando con tranquilidad, te encantaba vivir en un barrio tranquilo donde no pasaba nada malo, o eso pensabas. Llegaste a tu hogar y al intentar meter la llave para abrir notaste como esta la estaba abierto. ¿Abran entrado a robar? Ojala no, gastaste mucho dinero remodelando tu nuevo hogar y no querías perderlo todo. Entraste con miedo, notando todas las luces del pasillo apagadas, te sacaste tus zapatos, colocándote unas pantuflas, antes de caminar hasta la mitad del pasillo, notando como la luz de la sala de estar estaba encendida. 

— ¿Que mierda?... — Murmuraste por lo bajo, confundida y asustada. Al llegar a la sala de estar notaste como alguien estaba de espaldas viendo por la ventana.

— Tanto tiempo, cariño.— Aquella voz hizo que tus cosas cayeran al suelo y retrocedieras. —¿Como has estado? —Se dio lentamente la vuelta y te observo con una gran sonrisa en su rostro.

— ¿C... Como es que...? — Tartamudeaste confundida.

— ¿Como es que entre? — Se río. — Facil, tu madre dejo una llave debajo de la alfombra.— Dijo, mostrando las llaves con una sonrisa. — Seguro quieres saber como te encontre, ¿verdad? — Camino hacia ti, dejando el vaso en la pequeña mesa de la sala.— Querías venir a universidad de Columbia británica desde la secundaria, fue facil saber donde estarías T/N. — Se rió por lo bajo.

— Alejate. — Pediste al ver como intento acercarse a ti. — Ya te lo explique todo, Joseph. No quiero meterme en esas cosas. — Le dijiste pero el simplemente se rió.

—Oh, cariño. ¿Crees que es así de facil? — Pregunto con una sonrisa burlesca. — Ahora, sera mejor que empaques tus cosas, iremos a otro lugar. — Dijo, levantando tu mochila y dejándola en un sofá.

— No. — Dijiste con miedo. — No ire contigo, estoy bien con mi vida aqui, en canada. — Le dijiste pero para el fue como si le dijeras un chiste. Volvió a reír y te miro.

— T/N... T/N...T/N. — Dijo con diversión. — ¿Pensaste que cambiando de nombre y de pais no te iba a encontrar? — Pregunto el con burla. —Te lo advertí, nunca escaparas de mi. — El tomo tu brazo con delicadeza y te atrajo a el para abrazarte pero te negaste, lo empujaste y te alejaste con rapidez de el.

— Vete, porfavor. — Le pediste pero el simplemente se quedo quieto, observándote. — No lo volveré a repetir, Quinn. Lárgate. — Le dijiste ahora con más desespero. Todo el lugar estaba en silencio hasta que llego una llamada a tu celular. Sabias quien era y no querías que se enterara pero el tenia planes diferentes, el tomo tu mochila y saco el celular.

— ¿"Camille"? — Pregunto mientras te observaba.

— Dámelo. — Le pediste mientras intentabas alcanzarlo pero el elevo su brazo, haciéndote imposible alcanzarlo.

— T/N, digo, Hannah esta ocupada ahora. No moleste. — Dijo al teléfono antes de colgar y tirar tu celular al suelo bruscamente.— Tambien cambiaste de numero, ¿no? — Dijo con una sonrisa.

— Quinn ya te lo dije, yo no quiero tener nada que ver contigo. Lárgate o llamare a la policía. — Lo amenazaste pero el simplemente volvió a reír.

— ¿Crees que la policía me detendrá? — Pregunto con ironía mientras sonreía. — Si no pudieron cuando tenia 14, peor ahora. — Dijo el, tomándote de la cintura y pegándote a el con fuerza. 

— Alejate. — Pediste mientras forcejeabas pero fue completamente inútil, el era realmente fuerte. El telefono volvio a sonar haciendo que el refunfuñara.

— ¿Por que "Camille" te llama tanto? ¿Acaso es tu pareja? — Pregunto entre dientes.

— Estas loco, es mi amiga. — Le dijiste, finalmente poniéndote separarte y tomar el teléfono, respondiendo este.

¡Hannah! ¿Estas bien? Llevo rato llamándote y no respondias, me tenias preocupada. — Dijo tu amiga con nerviosismo.

— Si, estoy bien. — Dijiste para luego reir.

Un hombre me había respondido la primera vez y pense que era un secuestrador porque te llamo por otro nombre. — Dijo ella, lograbas escuchar como apretaba aquella pelota que tenia cuando le daba algún ataque de nervios o ansiedad.

— Si, solo fue... Fue mi novio. Estaba jugando. — Dijiste a lo cual ella se sorprendió.

¿Desde cuando tienes novio? — Pregunto ella con emoción, olvidando el tema principal.

— Te lo contare bien luego, ¿si? Tengo que irme. — Dijiste y sin darle oportunidad de despedirse, cortaste la llamada y te giraste a verlo.

— Buena elección de palabras. — Te felicito el antes de volver a acercarse a ti.

—¿Que quieres de mi, Quinn?— Preguntaste entre dientes.

— Tu amor. — Tu lo miraste con cierto cariño y medio. — Olvida mi estilo de vida pero amame, antes de que supieras mi trabajo todo estaba bien. — Dijo, se notaba la tristeza en sus palabras y mirada.

— Sabes que le tengo miedo a las cosas ilegales. — Le dijiste mientras sentias como el te abrazaba.

— Lo se y lo siento, debí decirte la verdad desde antes. —Dijo. — Tambien lo siento por inyectarte un tranquilizante. —Dijo.

— ¿Tranquilizante? — Repetiste confundida antes de sentir como algo te pica, posteriormente sintiendo como algo entra en tu cuerpo.

— Lo hago por nosotros. — Te susurro con dulzura. Tu visión se volvió borrosa pero notaste como el te cargaba y te llevaba hasta tu cama, dejándote ahí antes de perder el conocimiento.





Parte 2?

My girl [One-Shots Eddie Munson y Joseph Quinn]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora