『Adam Sheppard』

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⚘Advertencia: NO.
⚘Personaje: Adam Sheppard.
⚘Título: "Me sentí tan feliz..."

-☁︎☼☁︎-

Corrían por la arena, felices, riéndose con dulces y suaves carcajadas, con sus voces suaves y un tanto agudas.

Espantaban a las palomas que descansaban su anatomía en la húmeda arena, con sus corridas por alguno que otro lugar.

Sintiéndose tan bien, cruzando miradas por momentos, como unos tontos enamorados, tomándose las manos por momentos.

Tan agradable, feliz y reconfortante momento, disfrutando de sus compañías, demostrándolo con sus obvias expresiones faciales de felicidad, trotando unidos a una velocidad media por el inestable y un poco mojado camino arenoso.

Con el bello y maravilloso paisaje de fondo, el cielo, aquella magnífica bóveda celeste, con miles de millones de estrellas, entre ellas el sol, que cuando este iba cayendo lenta y agradablemente, iba tiñiendo el manto celeste del cielo, con gustosas combinaciones coloridas, resaltando con obviedad entre ellas el naranja y el apagado rojo, enamorando e hipnotizando a cualquiera que quisiera verlo por tan solo unos pocos segundos.

Sus cabellos bailaban por el aire, moviéndose libremente con sus ligeros saltos debido a la débil marcha de sus pies contra el suelo. El cabello del Sheppard danzaba y golpeaba en su delicada espalda, gracias a su larga longitud enrulada, de color café, que alguna vez, se entrometía en su boca, invadiédolo la molestia de los pelos en sus dientes y lengua.

Las gaviotas se alejaban volando, libres por el cielo, cantando fuertemente, con su singular y conocido sonido, moviendo sus alas fácilmente por el aire, haciendo sombras en la salada agua del mar, yéndose a otra zona en la que pueda anidar.

Las gotas de sudor se situaban en sus frentes y espaldas, cubiertas por sus ropas, haciendo presencia el acogedor y agobiante calor, subiendo sus temperaturas corporales, y colorando sus mejillas y pómulos de un suave rojo, pareciendo dos tomates andantes.

Pasar el tiempo con Adam era increíble, increíblemente reconfortante después de cualquier problema o discusión que hayas tenido antiguamente, pasar tiempo con él te hacía olvidar todo, absolutamente todo, te relaja y tranquiliza tenerlo a tu lado.

Y lo mismo sucede con él, tú le haces olvidar todo, lo haces feliz, le das energías y motivaciones para seguir viviendo, para seguir con sus acciones.

Una saludable amistad había florecido entre ustedes dos, tan espontáneamente, como si de la misma nada hubiera surgido, por ello aún sigue apreciando el momento en que terceros los presentaron, haciendo de aquella lejana situación, una muy especial.

. . .

Sus cuerpos al fin habían tenido un descanso, un respiro, metafórica y realmente, cayéndose agotados en la arena, exhaustos y despavoridos, ensuciando sus prendas de vestir, aunque sin importarles siquiera un poco.

Sus anatomías cayeron secamente al suelo, con la cabeza hacia arriba, forzados a ver el atractivo cielo teñido, que lo recorrían a gran altura las aves.

De a poco sus respiraciones se iban calmando, retomando el tranquilo proceso de antes de comenzar su ardua maratón.

Sus pechos lentamente subían y bajaban, expulsando el oxígeno por sus fosas nasales, relajando sus músculos, que antes se encontraban entumecidos y fuertemente tensados, volviéndose ambos una gelatina.

-Podríamos hacer esto más de seguido ¿cierto?- La voz de Adam se escuchó suavemente, ocultándose un poco con el sonido de las olas rompiéndose y llegando a la orilla.

-Sí, me encantó hacerlo. Me sentí tan feliz...- Dijiste honestamente, con una sonrisa dibujada en tus labios.

Adam se giró, torciendo su cuello, para observarte mejor, aunque aún su enrulado flequillo le dificultara un poco aquella acción.

Te observaba con sus ojos bien abiertos y con una forma de "o" en su boca, como si lo que hubieras dicho lo hubiera sorprendido, demostrando su sorpresa de una manera tierna, viéndolo de reojo, haciéndote evitar conectar sus miradas debido al rubor que causó en toda tu faz.

Adam deslizaba su mano izquierda por la arena, cubriendo ligeramente su piel con aquellos pequeños cristales arenosos, hasta que las puntas de sus dedos hicieron un débil contacto entre sí, como si unos tontos embobados fueran, tan tímidos como nunca antes lo fueron.

Dos primeros dedos se entrelazaron, el índice y el medio, viéndote obligada a girar tu cuello, mirándolo a tu costado, con su melena desordenada y desparramada por todo su alrededor, ensusiándose de la molesta arenilla.

Luego de la inicial unión de sus pares de dedos, tímidos y nerviosos, sus palmas se juntaron, entrelazando completamente sus manos, una con la otra, emanándose un cálido calor a través de aquél puente de piel entre ustedes.

Una brisa los tomó de imprevisto, lanzándoles algunos de sus mechones de cabello lejos de sus caras, dejando el camino libre para que la arena llegase a ambos, y el tierno momento se vea interrumpido por la imprevista brisa.

Con sus cuerdas vocales produjeron un sonido de queja, que fue expulsado por su boca, cerrando sus ojos por la intrusión de la arena, rompiendo su agarre de manos para cubrir sus rostros con sus dorsos, en un ahogado intento por detener el pasaje desagradable que se había formado mediante la presencia del viento.

Una vez pasado aquél viento por la zona, descubrieron sus ojos, viéndose una vez más, conectando sus miradas una vez más, y regresando el rojizo a sus cachetes una vez más.

Estallando en risas al poco tiempo, debido al aleatorio momento que habían pasado, riéndose tontamente, levantando sus espaldas, y dejando caer su peso en un solo brazo, girándose hasta tenerse frente a frente.

-Me tranquilizas tanto... Amo eso-. Hablaste una vez después de que el silencio se había hecho entre ustedes.

Él respondió con una sonrisa sin mostrar sus dientes, entrecerrando un poco sus ojos, moviendo fugazmente su cabeza hacia un lado, quitando los molestos cabellos de la zona donde sus ojos estaban situados.

Y con un poco más de confianza, Adam volvió a unir sus manos, más tranquilo y despreocupado, acariciando con su pulgar tu piel, siguiendo en su rostro posada una media sonrisa de ojos entrecerrados.

Tan tranquilo...

-_♡_-

HOLAAAAAA.

No te puedo creer que regresé, pensé que no iba a regresar, porque la inspiración se había ido de mi ser, pero bueno, aquí me tienen, y con algo feliz, porque estoy feliz (mentira).

≪𝐎𝐧𝑙𝑦 𝐄𝑣𝐚𝐧 𝐏𝑒𝒕𝒆𝒓𝒔≫.  .  . ⬇︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora