『Tate Langdon』

1.5K 50 66
                                    

⚠︎Advertencia: Smut, vocabulario vulgar, juegos sexuales, relación de poder, descripciones de escenas sexuales explícitas. Se recomienda discreción.

Tate Langdon como profesor (segunda parte).

*Título: "Clases privadas".






































Tu minifalda se sacudía con los suspiros silenciosos del viento que azotaban tus piernas y erizaban tus vellos con un toque gélido que te hacía tiritar ligeramente de frío atinando a encogerte disimuladamente de hombros mirando cautelosamente haci...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Tu minifalda se sacudía con los suspiros silenciosos del viento que azotaban tus piernas y erizaban tus vellos con un toque gélido que te hacía tiritar ligeramente de frío atinando a encogerte disimuladamente de hombros mirando cautelosamente hacia los lados para verificar si alguien más te estaba viendo llegar a tu destino.

Con tus zapatos raspando el áspero cemento sólido de la entrada a una acogedora casa que te daba la bienvenida con monótonos colores aburridos, neutros. Nada extravagante. Solo una robusta puerta de madera barnizada de un amargo chocolate te saludó de frente antes de que tus nudillos la tocasen sutilmente indicando tu presencia.

Suspirando con tus ojos cayendo hacia el suelo y jugando infantilmente con tus brillantes zapatos recientemente limpios en los que tu reflejo casi podía verse. La puerta frente a ti no tardó no más que al menos un minuto en abrirse y revelar una imponente presencia.

Se para erguido, firme sobre sus pies y con una mirada seria, inexorable, oscura y misteriosa que recaía sobre ti y tu figura tiritante a la despiadada intemperie. Tate Langdon te analiza de pies a cabeza y una promesa se forma en tu mente casi a la velocidad de la luz cuando puedes percibir como sus orbes chocolate se dilatan y calientan en sorpresa, grata sorpresa con solo echar sus ojos sobre ti.

Con nerviosismo toses forzadamente mientras por inercia te acomodas la correa de tu mochila encima de tu hombro con un tirón brusco, dándote de esa forma tiempo a tí misma a buscar las palabras correctas para decir en lugar de un jadeo anonadado seguido de un gimoteo emocionado.

-Hola, profesor Langdon. Aquí estoy como le prometí. Sonreíste inocentemente, sacando a relucir lo mejor de tu pobre actuación para no demostrar que ese hombre tenía un gran, severo, gigantesco impacto en ti.

-¿Lo recuerda? Ladeaste la cabeza hacia a un lado inquisitoriamente ni bien notaste la expresión de inquietud y confusión salpicarse sobre sus delicadas y tensas facciones.

-Eh- sí, claro que lo recuerdo. Se mordió su labio inferior de una forma que fue tan malditamente hipnótica, atractiva, sensual.

-Pasa. Será mejor que nos vayamos acomodando y te pueda ayudar con lo que me dijiste.

Con un ademán cortes de su mano guiándote a entrar en su casa, la calidez consoladora fue la primera que te recibió, y figuradamente te viste a ti misma abrazándote y tarareando de felicidad cuando el tórrido calor derritió todo rastro de frío en tus manos anteriormente frías y tus pies hechos probablemente dos pequeños cubitos de hielo.

≪𝐎𝐧𝑙𝑦 𝐄𝑣𝐚𝐧 𝐏𝑒𝒕𝒆𝒓𝒔≫.  .  . ⬇︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora