≪𝐎𝐧𝑙𝑦 𝐄𝑣𝐚𝐧 𝐏𝑒𝒕𝒆𝒓𝒔≫. . . ⬇︎

『Charles Decker』

⬤Advertencia: mucha ternura.
▲Personaje: Charles Decker.
⬤Título: “¿Está todo bien?”.

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— Charles, ven aquí. —.

— ¿Hmm? ¿Qué pasa, amor-. —.

Charles dejó de hablar cuando le untaste un poco de masa para galletas en la mejilla. Apenas podías contener la risa cuando su boca se abrió en algo parecido a una sonrisa. Empezó a reírse un poco, lo que prácticamente te dio el visto bueno para estallar en risitas.

— Amor, tienes algo en la cara.. —. Dijiste entre risas, obteniendo una risita sarcástica por parte de Charles.

— Oh, gracias, preciosa, no me había dado cuenta. —. Dijo con una sonrisa, rodando los ojos y sacudiendo la cabeza.

— ¿Te importaría limpiarlo para mí? Ya que fuiste capaz de detectarlo tan bien. —.

Tu risa se había calmado un poco cuando le diste un beso en la mejilla donde habías untado la masa para galletas. Aunque cuando te retiraste, todavía había algo allí.

— Oh, espera, aún queda un poquito. Ven aquí. —.

Sacaste la lengua, ibas a lamer la masa de galletas restante de su rostro, solo haciendo que comenzara a alejarse de tí, todavía riéndose.

— ¡Ah, uh, uh! ¡No! ¡Nu-uh! ¡Iré a buscar una toalla de papel! ¡No tienes que lamerlo de mi cara! —.

Sacó una toalla de papel del rollo mientras te reías de él, sus risitas se unieron a las tuyas.

No podrías explicar por qué, pero Charles te puso tan mareado y risueño. Era tan amable y dulce, y la sola idea de estar en su presencia era suficiente para derretirte allí mismo.

Absolutamente adorabas a tu novio. Ustedes dos habían estado saliendo durante unos seis años, habiéndose conocido en su segundo año de secundaria. Siendo antiguamente compañeros de laboratorio en química.

La adorable sonrisa de Charles que mostró los hoyuelos más lindos que jamás hayas visto fue suficiente para que hablaras más con él. Y muy pronto, los dos conducirían por lugares, tomarían fotos con su cámara y saldrían en citas. Nada demasiado lujoso, pero no necesitabas lujos para ser feliz. No con Charles.

— ¿Hermosa? ¿Estás bien? —. Preguntó sutil y dulcemente Charles.

Miraste a Charles, que había terminado de limpiarse la masa de galletas de la cara. Sus cejas se fruncieron por un momento, y sus hermosos ojos de gacela mostraban una extraña cantidad de preocupación por las circunstancias.

— Parecías un poco distraída. ¿Estás bien? —.

Te acercaste a él, tomando su mano entre las tuyas y presionando un beso en sus nudillos.

— Nunca ha estado mejor, Charlie..—.

Su adorable rostro se sonrojó cuando su linda sonrisa apareció por milmillonésima vez esa noche.

— Bien. Me alegro. —. Farfulló muy suave y adorablemente el susodicho.

Ustedes dos simplemente se quedaron allí, tu pulgar acariciando suavemente el dorso de su mano y él sonriéndote, pareciendo ser un momento eterno y completamente amoroso.

Pero no fue hasta que los ojos de Charles parecieron mirar detrás de tí antes de que soltara tu mano.

— ¿Vamos a terminar de darle forma a estas galletas, preciosa? ¿O simplemente vamos a arrojar algunos montículos allí y esperar que no se derritan juntos? —.