≪𝐎𝐧𝑙𝑦 𝐄𝑣𝐚𝐧 𝐏𝑒𝒕𝒆𝒓𝒔≫. . . ⬇︎

『Evan Peters』

⚠︎Advertencia: Smut, descripción de escena sexual explícita.
❀Título: “Amamantando a Evan”.

Era temprano por la mañana, la cálida luz del sol se salpicaba sobre las cortinas de las que pudo penetrar con un brillo cegador vertiéndose sobre la pared frente a la cama donde ambos se encuentran.

Tu suspiro indicaba que aún permanecías profundamente dormida con una expresión relajada y pacífica de la que nadie jamás podría arrancartela, no si él está a tu lado.

Evan. Su cabeza descansa sobre tu pecho permitiéndote escuchar sus tranquilos y silenciosos ronquidos que apenas eran audibles pero que llenaban de vida la habitación con su presencia inigualable.

Él había tenido un día ajetreado, bastante complicado en el set de la nueva película de Tron, tuve que pasar gran parte de la mañana probándose ajustados trajes comprobando cuál le sentaba mejor mientras los estilistas decidían arduamente y los maquillistas hacían su magia sobre su esculpido rostro.

En cuanto llegó a casa no tardó más de dos segundos en abalanzarse sobre con cuidado para enrollar sus brazos cariñosamente alrededor de tu cintura hasta acentuarlos perfectamente a tus costados y acurrucando su faz en la curva de tu cuello tomando consuelo para dejarse llevar y recaer su peso en poca medida encima de ti.

Te besó repetidamente, salpicando amor y cuidado en forma de tiernos besitos adorables sobre tus mejillas y pómulos, sin dejarte perderte de apreciar su maravillosa sonrisa genuina pero con un atisbo cansado tirando de la comisura izquierda de sus labios.

Cenaron rápidamente para disfrutar por completo de los abrazos dulces, casi empalagosos cuando se acomodaron en la cama de tamaño king perfectamente alisada y con un aroma floral dulce que flotaba en el ambiente cerrado para hacerlo mucho más mágico y especial.

Y ni bien haber aterrizado la mitad de su rostro contra el centro de tu pecho pareció desmayarse sobre ti, respirando lenta serenamente expulsando el caliente aire contra tu piel enviando escalofríos que te recorrían hasta la médula cuando iba acompañado de un gimoteo somnoliento para luego desvanercerse en el silencio apacible.

Y cuando las horas de descanso suficientes habían surtido efecto en él, abrió sus ojos tardíamente sintiendo una extraña sensación como si repentinamente sus párpados se hubieran convertido en bolsas que pesaban toneladas y lo obligaban a volver a cerrar sus ojos inevitablemente para retomar en donde se había quedado en el mundo de sus sueños.

Con todo su esfuerzo impuesto, se forzó a sí mismo a mantenerse con los ojos abiertos mirando fija y pensativamente la pared de la habitación con lejanía y perdición sin siquiera haberse percatado que era un trance momentáneo en el que su cerebro debería comenzar a estimularse lenta y paulatinamente.