『Tate Langdon』

2K 90 86
                                    

⚠︎Advertencia: Smut, vocabulario vulgar, descripciones de escenas sexuales explícitas. Se recomienda discreción.

✫Título: "Necesidad ocasional nocturna".















Era tarde por la noche, demasiado tarde pero eso no quitaba que tu insomnio persistiera como un pitido molesto e inquietante en tu interior que te impedía si quiera poder pegar un ojo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Era tarde por la noche, demasiado tarde pero eso no quitaba que tu insomnio persistiera como un pitido molesto e inquietante en tu interior que te impedía si quiera poder pegar un ojo.

Te encontrabas en tu cama acostada mirando con cansancio e irritación hacia tu techo, replanteándote ideas y contando unas al menos quinientas ovejas de las que estabas cansada de memorizar.

Cada noche era lo mismo, la misma basura monótona y aburrida en la que únicamente podías postrarte en tu cama acostada boca arriba y dignarte a respirar lentamente en un intento de realizar respiraciones relajadas que siempre aconsejaban en los videos que veías.

Sí, hasta ese punto habías llegado, hasta tener que ver videos con consejos e ideas supuestamente efectivos para una persona con insomnio o simples problemas ocasionales para dormir.

Fue ridículo pero estuviste agradecida de que nadie estuviese allí para verte tirada jugando con tus dedos y moviendo nerviosa tus piernas de un lado hacia el otro por la cama.

Con un suspiro molesto cerraste los ojos con fuerza para intentar inducirte forzosamente en un desesperado sueño que parecía no desearte, obviamente no funcionó, ni siquiera importaba tratar de recordar las miles de veces que te repetiste y gritaste a ti misma que simplemente te durmieras, que cerraras tus ojos y te dejases llevar para poder finalmente yacer inconsciente en tu cama.

Una fugaz idea cruzó momentáneamente tu mente acompañado de un brillo ligero y juguetón en la vasta oscuridad de tus ojos, pero tan rápido como apareció se esfumó. Negaste silenciosamente con la cabeza cuando te negaste a tí misma si quiera ejecutar ese estúpido plan.

No ibas a hacerlo, no ibas a llamarlo, puedes encargarte de este pequeño pero al mismo tiempo gran problema tú sola.

«Pero él-»

Negaste enérgicamente una vez más recordándote que no lo harías, no te atreverías a molestar a Tate a estas horas, a las malditas cuatro de la madrugada de un domingo.

Tu pecho bajó con un exhalación desilusionada cuando tú misma te negaste a tomar tu teléfono y marcar el número del rubio chico que siempre lograba tranquilizarte y dejarte en un estado de tanta paz y tranquilidad interior tal como para enviarte velozmente al sueño tan necesario.

Y sin que lo estuvieras esperando en absoluto, tu teléfono comenzó a vibrar a un lado de ti en tu pequeña mesita de noche situada al lado derecho de tu cama.

≪𝐎𝐧𝑙𝑦 𝐄𝑣𝐚𝐧 𝐏𝑒𝒕𝒆𝒓𝒔≫.  .  . ⬇︎Donde viven las historias. Descúbrelo ahora