≪𝐎𝐧𝑙𝑦 𝐄𝑣𝐚𝐧 𝐏𝑒𝒕𝒆𝒓𝒔≫. . . ⬇︎

★Evan Peters

⚠︎Advertencia: ninguna.
♡Persona: Evan Thomas Peters.
✰Título: “Un día normal con Evan”.

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— Termina tu comida, cariño. —

Bajas la vista hacia tu plato, la mezcla de verduras aún humeantes te devuelve la mirada. Tu guión resaltado se encuentra a la izquierda de tu plato.

— Lo haré. Solo estoy leyendo mis escenas para mañana. —. Dices, sin embargo, lanzas otra pequeña cantidad de zanahoria y te lo metes en la boca de todos modos.

— Sí, bueno, tienes el resto de la noche para terminar con eso. Tu comida se va a enfriar. —.

Evan empuja tu pantorrilla con su pie vestido, el suave roce de su calcetín estampado contra tu piel desnuda.

Levantas las cejas ante la pantalla abierta de su computadora portátil, su propio guión brillando en él.

— Estás siendo hipócrita. —. Bromeaste al notar como él también tenía a un lado de la mesa su guión.

Deja escapar una risa suave y apuñala un trozo de brócoli con su tenedor, masticando lentamente. Una vez que traga, te muestra una sonrisa blanca como la perla.

— Tu turno. —

Su pie cae sobre el tuyo y no lo empujas, bañándote en el contacto físico mínimo y un poco inusual. Tu mirada se desvía de nuevo a tu papel, dejando tu tenedor junto a tu plato.

— ____, come primero, trabaja después.. —.

Querías responder, pero sabes que tiene razón. Doblas la cubierta de tu guión y la apartas, despejando el camino para que puedas concentrarte en comer. Vuelves a levantar el tenedor y comienzas a abrirte camino a través del brócoli de tallo tierno que descansa junto a las chirivías asadas con miel.

— ¿Tienes sed? —. Pregunta Evan amablemente.

— No, estoy bien. —. Una desinteresada respuesta fue soltada por tu boca.

Se levanta de su asiento frente a tí de todos modos, abre la nevera y revuelve las botellas hasta que encuentra la más fría. La condensación crujiente humedece las yemas de sus dedos.

Gira la tapa y lo vacía en un vaso, antes de agregar un poco de hielo del congelador. Los cubos tintinean contra el costado del vaso cuando lo sienta frente a tí.

— No has bebido mucho hoy. Toma un sorbo. —.

Estás más allá de discutir mientras te llevas la copa a los labios, saboreando la frescura en tu lengua.

.  .  .

Una vez que habías terminado tu comida, Evan se pone de pie, haciendo una pausa para darte un beso en la frente. Su mano permanece en tu hombro, frotando con el pulgar la tensión de tus músculos.

— Vé a sentarte y relajarte en el sofá, yo lavaré los platos. Prometo que estaré allí en un minuto. —.

— Evan, tú cocinaste. Déjame solamente- —.

Sacude la cabeza, guiándote hacia arriba de la silla de madera y llevándote hacia la sala de estar.

— Ponte cómoda y elígenos una película, ¿sí? Después de eso, te ayudaré con tu ensayo... —

Te acomodas en el sofá debajo de una gruesa manta tejida, una que tu mamá le había hecho a Evan para la navidad que acababa de terminar.

Tus oídos escuchan el sonido de él llenando el fregadero, las salpicaduras de agua, el ruido silencioso de los cubiertos al volver al cajón y la melodía alegre que tararea en voz baja. Una sonrisa feliz adorna tu rostro.

Eliges una película, una comedia romántica, y golpeas la mesa de café con las uñas mientras esperas. Evan nunca había sido rápido con los platos. O cocinar, para el caso. Sin embargo, ver la absoluta determinación en su rostro y el deseo de mantenerte feliz compensó la falta de velocidad.

.  .  .

Entró en la habitación apenas unos minutos después, acunando dos tazas contra su pecho, cubiertas con crema batida y malvaviscos pequeños y crujientes. Eran de los que tenían una capa exterior más dura, pero un centro pegajoso perfecto.

Su mano sale hacia ti, el mango apuntando hacia tus dedos. Él te asiente. “Para tí.” Le das una sonrisa, aceptando con gratitud y te acercas para que haya más espacio para que se siente.

El brazo derecho de Evan rodea tu hombro y te tira con fuerza contra su cuerpo. Se siente cálido, pero todavía arrojas parte de la manta sobre sus piernas, temerosa de que se enfríe. Sus labios se encuentran con la línea de tu cabello en un casto beso.

— Eres tan maravilloso. —. Tú dices con una dulce y enamorada voz.

— Una persona maravillosa merece ser tratada maravillosamente, cariño. —. Evan besó por última vez tu cabello, mientras su gran mano masajeaba tus hombros con delicadeza, disfrutando de la compañía del otro mientras ambos veían la televisión.

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DIOS MIOOO, AMO A EVAN PETERS😭😭😭😭😭.

Gente, me enamoré de Evan Peters, socorro jamás lo voy a conocer 😭😭😭😭😭😭😭.

Me muero.

Soy re simp de Evan.