Cardinales

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Un dolor punzante en el pecho hizo que se despertara, sabia a la perfección a qué se debía y creía que era otra forma en la que el pelinegro lo estaba obligando a sufrir, se levantó con mucho esfuerzo pero no pudo dar un solo paso antes de caer a suelo por el dolor, hace años había escuchado que un lazo roto podía hacer sufrir tanto al Omega como al Alfa pero siempre el más afectado era aquel que aún tenía esperanzas y amor hacia la persona contraria, sin duda alguna el podía estar seguro que el único que estaba sufriendo era el pues el pelinegro ya le había dejado más que claro que no sentía ni siquiera cariño mucho menos amor.

Tsunade había escuchado el golpe al estar despierta contemplado a los dos niños que los acompañaban por lo que no tardo en ir a ver el peliblanco y la verdad fue que pese a todo no se sorprendió ni un poco cuando el hombre le dijo que era lo que estaba pasando, ella sabía que tarde o temprano su antigüo compañero de equipo iba a deshacerse de aquello que lo mantenía atado a la aldea y la verdad le había extrañado que haya esperado tanto tiempo para hacerlo, el gran aprecio que sentía hacía ambos era realmente fuerte y le dolía tener que ver cómo es que ambos se hacían daño a veces le daban ganas de golpearlos a los dos para que entrarán en razón y se dieran cuenta que el lazo que compartían era una hermosa muestra de amor pero ya era demasiado tarde el lazo se había roto y ahora ambos iban a tener que vivir con ese constante sentimiento de abandono, la verdad era que talvez nunca debieron de haberse unido al haber crecido en ese mundo shinobi los sentimientos solo eran un estorbo que en muchos casos los volvían inútiles, un claro ejemplo era ella, una ninja médico que le tenía miedo a la sangre por no haber podido evitar que tanto su hermano como su Omega murieran.

El peliblanco ya se encontraba dormido y sedado para evitar que el dolor lo volviera a despertar, ella se quedó cuidando de el toda la noche limpiando el sudor de su frente con un paño mojado para que pudiera refrescarse, al no ser una herida física ella no podía utilizar chacra para curarlo así que solo le quedaba esperar a que el dolor bajara por si solo, en los años que llevaba como médico casi nunca atendió a personas con este problema por lo que no sabía cómo sobrellevarlo incluso cuando ella paso por eso después de la muerte de su Omega.

Fue una noche muy cansada para ella por lo que al día siguiente estaba agotada pero aún así decidió empezará el viaje para poder regresar a la aldea lo antes posible y haci poder atender al Uchiha y al Hatake que estaban en mal estado gracias al tsukuyumi de Itachi, el rubio era bastante hiperactivo y la trataba como si fuera su abuela en contraste al menor de los niños que era todo lo contrario y hasta parecía no querer a la mayor cerca suyo, este mismo le había dejado en claro que la única razón por la que había ido a buscarla era para poder ayudar a su papá Kakashi, eso dicho por el menor si que la tomo por sorpresa pues no sabía que el peliplata tuviera un hijo hasta que el rubio le explicó la situación dejando en claro que aunque no fueran familia de verdad todos en el equipo siete lo consideraban parte de su familia.

Después de una semana y media por fin iban llegando a la aldea, la rubia fue rápidamente hacía el hospital en dónde se encontraban sus próximos pacientes postrados en cama al ser incapaces de moverse por el dolor, atendió primeramente al joven Uchiha y después procedió a atender al Hatake que se encontraba en mejor estado que el menor en todo ese tiempo era observaba por un par de ojos negros provenientes del Hatake más chico, el niño no se había despegado de la cama del hospital desde que llegaron a la aldea y se podía notar la preocupación en su rostro.

Una vez termino de atender al mayor se fue hacia el cuarto del niño cejon pues tenía entendido que este se encontraba en mal estado por la pelea que había tenido con el menor de los hijos del Kazekage, dando como diagnóstico la perdida de sus posibilidades para volverse ninja en un futuro, por otro lado también fue a revisar a la joven pelirosa del equipo siete que se acababa de presentar como Omega en esos días y por lo que le dijeron aún no lograban encontrar los supresores indicados para ella, mientras los otros dos se quedaban solos en la habitación en un silencio algo incómodo por la tensión que había entre ellos gracias a la última discusión que tuvieron, los dos se querían disculpar con el otro pero no encontraban las palabras adecuadas para hacerlo hasta que el mayor vio como uno de los brazos del niño estaba cubierto de vendas fue que se animó a hablar primero.

Deed of evil (Gaara Y Tú ) Yaoi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora