Capítulo 9

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Marcy gimió, sintiendo el calor en su vientre aparecer.

Estaba apunto de correrse y sabía que la alfa también lo estaba.

—Mierda...— Gimió la rubia, jalando el largo cabello de la menor.— Estoy apunto~.

Marcy sonrió, dejándose maltratar por la mayor. Le encantaba estar así, que Sasha la follara como quisiera, donde quisiera y cuántas veces quisiera.

Prácticamente se había convertido en su dueña y eso no le molestaba.

—Darcy... Mírame...— Marcy obedeció y rápidamente cambiaron de posición. Ahora estaban cara a cara, viéndose a los ojos y siguiendo su ritmo placentero.

Sasha amaba ver el rostro sonrojado de la menor, sus ojos llenos de lujuria, el sudor en su rostro y como consecuencia algunos mechones se quedaban pegados en su rostro.

Amaba esa vista.

Y Marcy podía decir lo mismo, amabas los ojos de Sasha sobre ella, su rostro ligeramente sonrojado, el sudor recorrer su rostro y como sonreía en cada jadeó que ella daba.

Les encantaba estar así.

Amaba estar así.

—Sashy~ córrete~...— imploro Marcy, saltando más rápido sobre la alfa.— Lléname~ ahh~...

—Eres mía Darcy~— gruño la alfa, mordiendo ligeramente el cuello de la menor.— Solo mía~...

Marcy asintió y beso a la alfa, sintiendo como su orgasmo aparecía, sus paredes vaginales apretaron el miembro de Sasha, lo que hizo que esté palpitara.

Pronto, Marcy sintió como Sasha se corría, pues además del gruñido de la alfa también sintió lo cálido de la semilla llenarla.

Se apretó a la mayor, sentido el calor y los latidos del corazón. No deseaba separarse, no le importaba el gran nudo que estaba haciendo la alfa, lo que le importaba era estar así, junto a la alfa, sin ninguna preocupación.

Sasha beso la mejilla y parte del cuello de la menor, dando pequeñas caricias a su espalda y muslos.

—Te amo...

Marcy sintió su rostro perder el color, la mirada de su abuelo era horriblemente sería y eso solo indicaba lo peor

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Marcy sintió su rostro perder el color, la mirada de su abuelo era horriblemente sería y eso solo indicaba lo peor.

—Asi que... Un aborto.— Marcy apretó los dientes, sientiendo su corazón latir con fuerza y el miedo inundar su ser.— ¿De quien?

—Yo...

—De quién fue.

Marcy sintió ganas de llorar con tal pregunta. ¿Cómo le decía a su abuelo que no sabía? ¿Que tanto el señor G como Sasha se habían corrido dentro de ella?

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