Capítulo 12

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Frío... Era lo único que sentía.

Marcy despertó una vez más, sintiendo su corazón latir con fuerza y el aliento escapar de su boca. Revisó el lugar, buscando a la alfa que la volvía loca.

Pero nada...

No había nadie...

Sus lágrimas aparecieron, el miedo inundó su ser y no pudo aguantar los sollozos. Se levantó rápidamente, buscando algo de ropa y abrigarse del frío día. Le dolía su pecho, su lobo aullaba con fuerza pidiendo que la alfa la calmara pero, Sasha no lo haría.

No, era obvio. Solo la había contratado para pasar su celo y como el pago fue con tarjeta no se esperaría para darle el dinero. Ahora Sasha la veía como lo que era... Una tonta prostituta...

Secó sus lágrimas agarrando su bolso y sus tacones, tenía que salir de ahí y reportarse si no quería meterse en problemas. Inspeccionó el cuarto una vez más antes de salir.

El hogar donde estaba era hermoso, ahora con la luz del día podría apreciarlo mejor y se pudo dar cuenta de una foto que adornaba el pasillo. Una foto donde un pequeño rubio sonreía felizmente a la cámara, ese niño seguramente era el hijo de Sasha pues el parecido era innegable.

Sonrió, pasando sus dedos por el cristal. Su lobo aulló nuevamente con alegría, olvidando el dolor que minutos atrás sintió... Era como si ese cachorro le transmitiera la alegría que el emanaba, su pecho se sintió cálido, incluso pudo notar que su aroma era más dulce de lo que es. ¿Qué le pasaba? ¿Qué tenía ese pequeño para hacerle sentir así?

El era el hijo de Sasha...

Un Waybright más.

Suspirando se apartó de la foto, sonriendo una última vez antes de caminar nuevamente hasta la salida, pero al abrir la puerta el protagonista de la foto estaba frente a ella...

—¡Hola!— Saludo con alegría y cariño el cachorro.— ¡Eres muy hermosa!

Marcy sintió sus mejillas arder con aquellas palabras del pequeño niño enfrente de ella. Levantó su mirada, encontrándose los ojos azules de Sasha.

—¿Ya te vas?— Pregunto suavemente la mayor, empujando al niño y a ella para que entrarán nuevamente al hogar.— Ordene pizza...

—¡Me encanta la pizza!— Gritó el niño.— ¿A usted también le gusta señorita....

—Jeffry...— Sasha iba a regañarlo por ser algo imprudente, pero al ver qué  Marcy sonrio, algo en ella se calmo.

La Omega se agacho a la altura del cachorro, acomodandole el flequillo rubio.

—Regina, me llamo Regina.

Sasha quedó boquiabierta al escuchar dicho nombre, sintiéndose algo confundida y teniendo un dejá vu. ¿Dónde había escuchado ese nombre? Algo picó en lo más profundo, pero no logro recordar... era algo más... Algo... Que no lograba recordar.

—¡Yo soy Jeff Waybright!— Gritó nuevamente el menor.— ¿Es la novia de mamá?

—¡Jeffry!— gritó Sasha, sintiéndo sus mejillas arder.

—¿Sabía que Sasha ya tiene un novio? Aún que no se comportan como novios... ¿Usted si se comporta como una novia para Sasha?

—Okey... Niño, vete a lavar las manos para comer.— El rubio asintió y corrió al baño más cercano.— Lo siento... Es muy curioso.

—Descuida, yo era igual a su edad.— Hablo Marcy mientras componía su postura.— Yo... Debo irme.

—Asi que... Regina...— Se quedaron calladas un rato, haciendo un contacto visual en forma de guerra.

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